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lunes, 26 de noviembre de 2007

ALAN GARCIA, O EL SINDROME DEL VERDULERO

(Vira gasot)




Si la expresión, el perro del hortelano, hace alusión al imposible amor de la Condesa de Bel flor con su secretario, con quien, por razones de clase social no pudo concretar los ardores de su pasión y, por razones de odio impidió que ame a otra, la paradójica situación de no comer ni dejar comer, no encaja exactamente con el titulo que el Doctor García ha dado a su artículo, ni mucho menos con lo que sostiene.

En el Perú, aun vivimos el estadio de una hambruna crónica, bi-centenaria, donde más bien, los pocos que siempre han tenido mucho para comer, quieren vender ahora, lo que pertenece a los muchos que comen poco o nada, para seguir comiendo opíparamente, ellos y sus familias y por los siglos de los siglos a venir.

El proverbio español, debe leerse fuera del siglo de oro y en concordato con la actual globalización: El perro del hortelano quiere servir mejor a sus amos, sirviéndose del hambre de los demás y rifando por un puñado de lentejas, lo que nos queda de nuestros minerales, de nuestros recursos, de nuestro territorio.

Lo dicho por García, se pierde en la precariedad anecdótica, es una pachotada demagógica de falsas confrontaciones o de falsificados antagonismos que distinguen en el medio, la riqueza que el pais posee y que según él, no se utiliza por razones ideológicas o burocráticas.

Hay, efectivamente, mucha riqueza en el Perú. Una formidable riqueza que las prospecciones de las transnacionales extranjeras en los últimos 10 años, han detectado con lupa y han escrutado su caudal casi sobre cada kilómetro cuadrado de nuestro territorio. También es verdad que hay dificultades e impedimentos burocráticos, reglas que fueron establecidas para favorecer únicamente a los que tienen la capacidad económica de vulnerarlas o de declararlas letra muerta, pero que ahora, su obsolesencia reclama de nuevas fórmulas protectoras, mayores porcentajes de desgravación impositiva, remate de saldos patrimoniales de la nanción, en agosto y en todos los meses del año, mejores condiciones de sumisión y sometimiento al capital, sin la presencia reguladora del estado y sin control alguno, condiciones en breve, apropiadas para la agresión moderna de la inversión salvaje y para la geoprivatización total que propugna el heredero del partido que nació bajo el sigo del entreguismo y de la abdicación, abdicación primero ideológica, luego política, después económica y ahora las tres juntas y revueltas.

Los tiempos han cambiado, para constatarlo, el Apra habla ahora a través de El Comercio, en perfecta simetría de intereses, en la misma longitud de onda que los capitalistas chilenos demandan a García de allanar el camino para venir en masa e entronizarse en la metalurgia, el proyecto del Presidente, tiene nombre propio, ¡primero los chilenos! ¡Vivan los Alanbrones! Es, simplemente, el colmo de la claudicación.

No se trata pues, de un trasnochado síndrome del Perro del Hortelano, el “patrimonialismo”, que es de su original invención, más se parece a la táctica y a la estrategia conventual del Apra, en cuya capilla, reza la siguiente certitud: o eres del Apra o te mueres, cayéndole a pelo su auto confesión, cuando dice:”Ocurre también, cuando un grupo que captura el poder, una región o un municipio, decide gobernar solo y bloquea el aporte técnico y profesional de otros ciudadanos. En este caso, el perro del hortelano dice: “Sino lo hago yo, nadie debe hacerlo, solo puede hacerlo la gente de mi propio equipo…”

Por lo que pienso que más que el síndrome del perro del hortelano, se trata más bien del síndrome del verdulero agiotista y especulador, que ha decidido rematar las verduras que no le pertenecen. No se trata de quitar al Estado la obsesión del control total, se trata, razonablemente, de no desposeer al Estado de sus prerrogativas y de sus obligaciones sociales, reduciéndolo a un papel de obsesionado alcahuete de la depredación, masiva y corporativa, con beneficios tangenciales o socialmente irrisorios y con secuelas ambientales irreversibles, según los casos, que es como los grandes capitales dejan allí por donde pasaron. Esa, es la única realidad verificable en el Perú y en el mundo entero. Capitales, sí, pero que ayuden a generar transformaciones estructurales de fondo, no maquillajes fantasiosos de formas huecas e insubstanciales.

Que hay que estimular al empleado público que presta el mejor servicio, de acuerdo, a condición que retrospectivamente García analice y auto critique la enorme falacia, el demagógico embuste de la austeridad aplicada a los servidores del Estado, cuyos mejores elementos desertaron y desertan en busca de otros privativos horizontes, porque en el fondo, la maniobra de la disminución de salarios busca fragilizar a la administración pública y acentuar progresivamente la corrupción y su nulidad, para adaptarla a los objetivos de dejar hacer y dejar pasar, todos los chanchullos que apareja un Estado ubérrimo de ultra liberalismo. Allí están las veladas críticas a organismos estatales que frisan el control administrativo y que defienden sus leyes orgánicas de constitución, porque corren el riesgo del paralelismo puesto en práctica ya, en el ámbito de la justicia, por la voluntad palaciega de alisar el camino de las grandes traiciones que se preparan.

El programa de saqueo intermitente que propugna el Doctor García, contiene un capítulo que provoca muy particularmente la cólera y la incomprensión, por su espíritu inhumano, por sus características de crueldad, por su relación con la temeridad de querer legitimar el robo y el despojo, desde el nivel oficial.

Mediante un decreto supremo, dice que autorizará a más de cien beneficencias a vender los activos de las viviendas de su pertenencia a quienes las ocupan. Hay, según él, 30 mil habitaciones o viviendas por las que los inquilinos pagan alquileres irrisorios. La idea es que esos inquilinos, 150 mil, en la realidad, una vez propietarios, mejorarán sus bienes o las venderán al vecino, con lo que se consolidará una vivienda mejor y la Beneficencia tendrá mayores recursos. El presidente o los que redactaron estas proposiciones, ¿tienen conciencia que se trata de peruanos, de seres humanos que viven en las quintas y corralones? ¿Ha cumplido el Estado con efectuar un estudio socio-económico, sobre la situación de esos pobladores, sobre su capacidad de compra y en el caso de que sus economías lo permitan, permitirán también efectuar transformaciones? ¿Dónde está el rol protector del Estado, cuando con certitud sean confrontados a la obligación de vender al mejor postor y los mejores postores ya sabemos de dónde saldrán, es decir, de los sótanos de la especulación inmobiliaria que finalmente arrojarán a esos propietarios de un día, a vivir en nuevas tabladas y arenales? ¿Quiénes son, entonces, los verdaderos perros modernos del hortelano? ¿A eso el Apra llama progreso y desarrollo?

Inmediatamente después, García habla de vender las creencias del estado. Creencias que suman varios cientos de millones y que recomienda hacer paquetes para venderlos en subasta pública a fin de que sean otras personas y otras instituciones las que se encarguen de cobrar y el Estado podrá emplear, de esa manera, los beneficios de las subastas para promover obras de desarrollo. Allí también, los más fragilizados pagarán el pato, los pequeños deudores que no pudieron pagar sus impuestos, entre otros. Pero sobre todo, se abrirá un nuevo capítulo de crueldades inatajables, dramas silenciosos que verán, ante la indiferencia general, desfilar las mafias corporativas de la prepotencia, las caras cortadas de la agresión y la persecución física y moral implacables, los matones del crédito no reembolsado, los que tienen carta blanca para embargar sueldos y salarios, pensiones, cuentas bancarias y otras pertenencias. Pero los otros, los directores de bancos quebrados, de firmas privatizadas, los grandes deudores de las bancas nacionales, esos, si podrán reciclarse en el comando de las flamantes empresas expertas en espulgar deudas.

Quisiera resumir esta farda de desvaríos “vende patria” y poderme ir a dormir porque ayer me acosté muy tarde. Con el perdón de los que conversamos en la capilla ardiente, los seguiré escuchando mañana y los otros días. Seguiremos. Buenos días o Buenas noches.

lunes, 19 de noviembre de 2007

EL REY Y EL POBRE VARGAS LLOSA

(Vira Gasot)

La senilidad
rampante que alcanza a tocar las primeras neuronas del político adefesioso y del literato en perdida de velocidad, Mario Vargas Llosa, comienza a traducir con lúcida vehemencia los obstinados desvaríos de la razón, sin que tampoco la razón de ellos, ilustre una constante, ni una constancia de honradez ni de honestidad política; por el contrario, se trata más bien de las perturbaciones que desarrolla una senectud estíptica y avara, anhelante de concentrar al máximo, en su tacaña billetera , los compensatorios neuroeuros que la España de sus amores le arroja por su fama discutida y discutible, antes que por sus artículos ”minables” : codicia otoñal que solaza a su cerebro de porfiadas y escandalosas servidumbres, de reaccionario contumaz, de anti semita arrepentido y ahora, de rutilante neo cronista, neo colonial y fascistoide. ¿Es la Fox de Aznar que también le paga?

Desde sus pálidas funciones, cuando posesiona sus parcializados puntos de vista sobre la intemperancia del Rey de España en contra del Presidente Chávez, descendiendo hasta lo exiguo, se dirime entre las más rastreras de las subjetividades ególatras y entre sus congratulaciones muy españolas y muy católicas, capitaneando arabescas sumisiones como bufónicas rabonadas:

“Asi sea señor, ha estado usted contundente” o lo que se deduce en el trasfondo de sus improperios biliosos: “Sígale pegando señor, poco importa transgredir la ley o el protocolo, si la alegría que usted nos depara señor, nos emociona hasta el orgasmo…y todo esto, lo escribo para usted, señor, arrullado por los animados compases de ese flamante pasodoble que se titula, ¿porqué no te callas?...”

Porqué no me callo mejor yo ante lo irreparable, ante la irreversibilidad de la postrimería que estos desafueros anticipan, como bolas de fuego, como matonerías intelectuales disfrazadas de sesudas disquisiciones, por qué no me callo finalmente, frente a estas alucinaciones que trascienden de las teorías económicas y sociales decadentes y monstruosas, que lo empujan y lo hacen caminar aun, con sus iras impertérritas de malevolencias mezquinas hasta contra el multiculturalismo, con su bastón de laureles caprichosos, laureles que también se opacan y se destiñen y que las nuevas generaciones revisan extrañadas para explicarse el porqué real, que debe existir, de su nombradía sorprendente y sorpresiva.

En teoría, no hay diferencia entre “sus” teorías y sus prácticas bochincheras pero en la práctica, sí, porque cada vez que inunda el continente con sus despotismos plumíferos, ataca mórbidamente a millones de seres humanos pobres, sobre todo, cuando emplea el contrabando de señalar y distinguir al crecimiento económico, como la panacea del desarrollo, lo cual es ocioso machacar y sobre machacar encima de la arrogante falacia, certitud embustera que la rechazan incluso, los más bulímicos economistas neoliberales.

La cerrada defensa que Vargas Llosa hace del Rey Juan Carlos, pasa por agua tibia la supervivencia del pecado original que la sangre azul española perpetró en América india y que los más de 500 años de distancia que nos separan, no absuelven la iniquidad salvaje de la colonización en el exterminio puro y simple de grandiosas civilizaciones, ni sus gestos de insolencia y superioridad racial, que se prolongan hasta nuestros días y que en Santiago, los reflectores del mundo entero descubrieron, lo que todos vieron salvo Vargas y que se esconden como resabios inmortales en el gesto del emperador, en su grito-ordenanza de dejar escuchar la unívoca e inequívoca versión real; es decir, la obligación de escuchar atentamente el piadoso paternalismo subyacente y sus concejos de altanería extravagante, de lo contrario, la vindicta neo colonial de negarse a escuchar lo que nunca, nunca quisieron oír ni comprender, no se hizo esperar y la madre patria testaruda, continuó a imponer desde la altura de un soberano de cartón, el legitimo aullido del conquistador cuando Chávez tubo la osadía de llamar al pan, pan y al vino, vino: ¿porqué no te callas? le dijeron, pura y simplemente y Vargas, agrega:

“El grito deja al soldadote de marras quieto y mudo, como sin duda le ocurría en el cuartel cuando su superior lo aderezaba de carajos…”

Pero Vargas Llosa, sigue hablando hasta por los codos para justificar, en número de líneas y con ideas lineales, el salario de filipillo moderno, cuando sus apreciaciones se estancan en el horizonte estrecho de la mediocridad, cuando con acentos de odio por el tercer mundo se refiere despectivamente al Jefe de Estado de un respetable País como Nicaragua y dice:

“Otro tercer mundista y comandante entra en escena, esta vez un Daniel Ortega maltratado por los años con una calvicie acelerada y una panza capitalista…”

Y para concluir con un remate digno de Pantaleón con sus envejecidas visitadoras, nos instruye asegurándonos que:


“La enseñanza más obvia e inmediata de este psicodrama es que hay todavía una América Latina anacrónica, demagógica, inculta y bárbara a la que es una pura pérdida de tiempo y de dinero tratar de asociar a esa civilizada entidad democrática y civilizada que aspiran a crear las cumbres iberoamericanas…”

Esto es lo queda del escritor, esto es lo que escribe el político extemporáneo de la doble nacionalidad, y contemporáneo siamés de Fujimori, este último, candidato a senador en el Japón y el anacrónico embajador itinerante de la reacción, Mario Vargas Llosa, fundador de una vertiente extrema de la derecha extrema, el Partido Unión y Democracia (UPD)

sábado, 17 de noviembre de 2007

TUDELA, LA SAGRADA FAMILIA.

(Viara Gasot)


Desde las rancias alturas rancias de la burguesía limeña, los hermanos Tudela han escrito el guión, que los más mediocres telelagrimones universales, incluidos los que producen las telenovelas peruanas y las de Bombay, habrían rechazado con un gesto de repudio y abominación. Pero los Tudela lo acaban de patentar, plantando todos los elementos vulgares y anodinos en la trama de la rapacería de cuello y corbata y en medio de un decor de falsas elegancias y boatos con olor a sádico-sulfúrico, pero de todas maneras, encaminados en la recta final de la desaparición y la desaprobación .

Un padre y novio anciano de 92 lúcidos años, lo cual es excepcional, y lo cual tampoco excluye su empolvada y polvorienta trayectoria, es atracado en su hogar, por sus propios hijos mayores(uno de los cuales fue Canciller Fujimorista) , quienes irrumpieron pertrechados de calibres jurídicos pesados, que incluían una jueza, dos connotados abogados, policías diligentes y hasta una ambulancia con musculosos mozos sosteniendo, sendas camisas compresoras para embarcarlo rumbo al sanatoriun, de grado o fuerza.

El patriarca Tudela, acusado de demencia y senilidad, se defendió a raja tabla como un adolescente, pero tuvo que defenderse legalmente de nuevo y varias veces, ante los renovados embates magullero-alevosos de sus hijos, que en el colmo de todos los colmos, encargaron a la magistrada de preguntarle ceremonialmente, cuál era su definición personal sobre la felicidad…

Y todo esto para qué, para legitimar con este secuestro fallido, antiguas apropiaciones contantes y sonantes, otras en camino y otras por venir, pero sobre todo, para impedir un matrimonio de conveniencias convenidas, con probables desheredos, lo cual, es agua de otro molino.

Definitivamente en este tragicómico espectáculo, a los Tudela no les quedará otra cosa que acostumbrarse llamar “mamá" a la nueva esposa, para ver si por la vía de la persuasión les cae algunos milloncitos de dólares, de los 60 que están en disputa.

Definitivamente también, la burguesía peruana carece terriblemente de encanto y, paradójicamente, de clase; término que nos prestamos provisionalmente para ilustrar la inefable mediocridad de espíritu, las augustas mezquindades que engendra el poder del dinero y las falsedades existenciales que jalonan la vida de una clase social despreciable y decadente.

jueves, 15 de noviembre de 2007

CIERRA EL HOCICO, CACHACO (Segunda parte)

(Vira Gasot)


Finalmente, los españoles están traumados con el tremendo impacto que provocó el gesto osado, gesto de Imperator fascista que su Rey, Don Juan Carlos, zurrándose en la Constitución española que le impide confrontarse políticamente, se confundió de súbdito y, creyendo además, que Santiago de Chile era una prolongación de la zarzuela, lanzó a viva voz la ordenanza de cerrar el hocico al “cachaco insolente” más insultado del planeta, por ilustrar irrespetuosamente los orígenes tenebrosos de Aznar, en materia de doctrinas totalitarias contra natura. Se confundió también, porque los chilenos, demostrándole cálidamente sus afecciones genuflexas y reverénciales, creyó encontrarse en Sevilla o más lejos aún, lejos, muy lejos de Ceuta y Melilla a donde hace muy poco, la hostilidad de centenares de manifestantes pidió su cabeza e increpó sus oídos sordos, frente a las viejas reivindicaciones territoriales que Marruecos exige de España. Lo que le dijeron en árabe a su Alteza Real, no se puede repetir.

Los periódicos españoles, comparten esta mañana sus apreciaciones sesgadas sobre el incidente que protagonizó Don Juan Carlos con el presidente venezolano, Hugo Chávez y no parece amainar la ola de pronunciamientos críticos que enjuician desde todas las perspectivas, la soberana metida de pata o si se prefiere, la pérdida de sangre fría del soberano, lo que todavía da mucho que hablar y mucha tinta que derrochar.

Del costado oficial, se vienen multiplicando las iniciativas gubernamentales con Miguel Ángel Moratinos a la cabeza, para de nuevo, hacer callar al soldado rebelde, esta vez, a punta de diplomacia muscular y mediante emisarios ibéricos y, comedidos como secretos Felipillos locales. Las tempestuosas declaraciones de Chávez de revisión de las relaciones bilaterales y la demanda de excusas públicas, amenazan con devolver al Rey a su condición de Jefe de Gobierno como todos los otros, a su condición de ser humano, como lo son todos sus súbditos, pero tal parece que se agarra fuerte de su Áurea protectora, aunque su corona haya sido definitivamente resquebrajada y que mucha gente, por comenzar en esta América mestiza, comience a mirar al Rey con los ojos del alma y con los tanteos olfativos de todos a quienes repele la impronta del franquismo facho.

Una brecha ha nacido con la madre patria. Para buen número de españoles, el gesto desplazado se justifica por una especie de reacción protectora y paternal, sin distingos políticos, pero se olvidan que no se pueden transponer las especificidades del tablero político local, en un auditorio internacional que nada tiene que ver con el tira y afloja o con las susceptibilidades de sus formaciones políticas en competición. El Aznar fascista que reprueba Chávez, hipócritamente no es el mismo Aznar que combaten los socialistas.

Para disminuir la enormidad de la infracción real y transferir su responsabilidad, los periódicos españoles compiten en el terreno de los hipotéticos, lanzando la versión construida en laboratorio, según la cual, Chávez con las elecciones ad portas por el Referéndum Constitucional del 2 de diciembre, necesitaría mantener al tope la flama patriótica para inclinar el si a su favor, es decir, que el encontronazo con el Rey habría sido el resultado de una puesta en escena, un simple cálculo publicitario en busca de rentables beneficios electorales. Si es así, estamos indefectiblemente ante un acto de aguda perspicacia, una jugada magistral que sus adversarios descubren bien y temprano, pero sin querer, pontifican la maniobra, exaltándola al rango de genialidad. Pero aquí, también somos muy imaginativos y de vena hondamente especulativa, por lo tanto, podríamos inferir que la coartada tiene sello del PSOE, porque también están ad portas las elecciones generales del 2 de marzo y los socialistas necesitan vitaminizarse en las canteras del antifascismo versión light, solo que para ellos, el tiro les salió por la culata.

Las cosas en realidad son de otra manera, las cosas son más simples y más comprensibles. Lo que anida en el corazón de Chávez, es un fundado sentimiento de animadversión contra Aznar, Aznar, es el sombrío y poco carismático político español, que ha encontrado una ocupación rentada y altamente rentable, y que, como abanderado de la cruzada universal anti Chávez es el ejecutivo discrecional y con carta blanca para agredirlo en toda circunstancia, es el responsable directo de todas las inmundicias que salen de la cadena norteamericana Fox, del ultra millonario Rupert Murdoch y de todos los sicosociales bombardeados en permanencia en Venezuela y en el mundo, con una clara destinación desestabilizadora y subversiva.

Chávez tiene muchas razones para combatir al embustero ex presidente de los españoles, comenzando por la jubilosa celebración del Partido Popular, cuando este aun se encontraba incomunicado y preso, cuando los embajadores de los Estados Unidos y de España, bajo instrucciones precisas de sus respectivos gobiernos, prepararon el golpe del 2 de abril del 2002, legitimando entre comillas, al golpista Pedro Carmona.

Desde los propios salones del palacio de Miraflores, ambos embajadores difundieron una declaración vomitiva garantizando la desaparición política de Hugo Chávez. Esto se llama simplemente, intromisión directa, escandalosa conjunción de la voluntad y de los designios extranjeros que con el apoyo de los vende patrias locales, escribieron las páginas más negras de la ingerencia y el atropello, a una de las naciones más respetadas de América Latina.

Y ante tales gravísimos hechos, ¿cómo no quieren que los venezolanos no sientan repugnancia por el infinitamente repugnante Aznar?

miércoles, 14 de noviembre de 2007

CIERRA EL HOCICO, CACHACO

(Vira Gasot)



De nuevo, los verdaderos bufones han descolgado sus mejores squecht para recitar, incansablemente y de memoria, los burdísimos libretos escritos por la sociedad internacional de la hipocresía y la sumisión. Más los otros. El pretexto, las declaraciones del Presidente venezolano, Hugo Chávez, que en un justo exceso de repugnancia llamó al pan, pan y al vino, vino.

Digamos, que sus declaraciones expresaron tenuemente la aversión bulímica que tenemos muchos millones de seres humanos en el mundo, por las asnadas estupefactas y putrefactas del neofascismo en general y por el mentiroso asno fascista, Aznar, en particular.

El quechua se adelantó prodigiosamente al atribuir a este nombre, un significado de pestilencias fétidas y nauseabundas.

Que el lugar no era propicio, que los invitados de marca sintieron la sodomía en sus castas y virginales orejas, que las convenciones de la diplomacia y del servilismo latinoamericano yuxtapuesto y sometido al pujante interés ibérico impide los excesos oratorios, que los benéficos ibéricos venidos a Santiago con Rey y todo a presidir el conciliábulo de los grandes chanchullos, a organizar la penetración orgullosa, sin dolor y sin urgencias lubricantes, a presidir la irrupción festiva de los pioneros de la yuca, a bendecir el falso cacareo de los modernos albaceas, que logran conciliar la demagogia de la cohesión social, con la gonorrea globalizante de la inversión por la inversión, aquella inversión con beneficios exclusivos, excluyentes y unilaterales; en fin, que el Rey no vino para escuchar las malacrianzas de un cachaco y toda la sucesión de etcéteras que se juzguen necesarias, allí están, todos. Todos juntos revueltos y solidarios en la cumbre aterrada de borrascas populares, sentados a la diestra de un grandazo por las huevas, de un papanatas ocioso y también fascistoide, el Fraguista Franquista o a la inversa, aquel mártir fanfarrón que Tejero elevó a la condición de Rey de los anacronismos imposibles y de las antiguallas duraderas, humanamente y socialmente vergonzosas.

El Rey vino a Latinoamérica a repartir maní, los cacahuetes simbólicos de su gratitud anticipada por la generosa y leal reentrega de nuestros recursos. Por la armoniosa concertación de estructuras sólidas e ideales para el saqueo moderno. Sus nuevos virreyes, prisioneros, además, de otro tipo de anacronismos objetables, sintieron elevar su rango social y hasta mejorar la pigmentación de su piel, por el solo hecho de haberlo tocado o de haber compartido, en el anfiteatro preparatorio de las grandes felonías, el fondo invisible de la mascarada, la gran traición que se prepara en contra de los verdaderos intereses de los pueblos.

Pero Juan Carlitos, también nos hizo reír con sus equivocaciones de tiempo y espacio histórico. Pocos se habrán dado cuenta de sus contracciones maxilares, de la violencia sañuda que ovalizó sus ojos hasta desorbitarlos, del rictus bilioso y belicoso de la exasperación, instalado indefectiblemente en sus cigomáticos faciales; Kafrune decía: “Tira el caballo adelante y el alma tira patrás”,

En suma, de cómo una cólera real, de soberano, puede transformarse en soberana cólera, incontrolable, abusiva, sin realeza ni respeto, solo con la pintoresca prolongación caricatural del gesto autoritario y soberbio del conquistador, gesto axiomático que renace divinizado entre todos sus mayúsculos músculos faciales de monarca incontestado, enconados; gesto acompañado con su grito-ordenanza de callarse la boca o más precisamente, de cerrar el hocico, en ese inmenso patio trasero de sus pertenencias perdidas pero recuperables que es América Latina, en ese hangar inmutable y voluptuoso donde todavía muchas gentes se inclinan, reverencian y aplauden, tanto sus desplazamientos al wc., como sus certitudes y sus caprichos de alteza lujuriosa, gesto incólume que finalmente nunca desapareció desde tiempos de la colonia, y que vivifica al mismo tiempo a Franco y a los príncipes mentores de las monarquías abyectas. España regresa a América con las mismas ambiciones pero con otras banderas menos descoloridas, El 2 de mayo heroico se gestó para nada. El Pizarro de los puercos ha resucitado.

Algunos tontos inútiles, rearmados de la cacofonía sociológica que abandonáramos hace 30 años, y que ponderan la clarividencia de la neutralidad y la independencia a la que denominan “científica”, osan desde su apoltronamiento intelectual y desmovilizador, ignorar que las masas empobrecidas de América Latina, han inaugurado un nuevo periodo en la historia de la humanidad, que crean y redefinen la solidaridad continental que crece y que aterroriza. Que ellas, comienzan a tomar resueltamente al toro por los cuernos y el combate se anuncia rudo y desigual entre dos alternativas inalterables, la primera, lucha por la devolución de la dignidad de los hombres sobre tierra americana y, la segunda, lucha por la perpetración al infinito de la explotación y la esclavitud, bajo normas y formas modernizadas.

Con Chávez o sin Chávez, estas coordenadas vociferantes son inocultables.

Los frentes, todos los frentes son útiles para conducir la palabra y hacer de ella una espada, empuñar la palabra certera de la revuelta y de la desobediencia es una obligación de los que creen en el amor y no en el odio, empuñar la palabra del rechazo a la impunidad y a los proyectos de impunidad que se barajan en las intendencias y en los palacios es una obligación moral, no hay nada más execrable en grosería, ignominia y en afrenta deshumanizante, que aquella que consiste en mofarse de las aspiraciones de justicia y equidad social de los que nada tuvieron y nada tienen, aspiraciones que nacieron justamente en la colonia y que se prolongan inauditamente hasta nuestros días. Que nadie se engañe ni se tape las orejas porque las revoluciones se alimentan de los olvidados en la miseria, de aquellos a quienes solo son de su propiedad las interjecciones: Un carajo de amargura bien plantado para maldecir la infamia de la explotación injusta.

La excepcional nobleza y dignidad de los que sufren, es incomparable e incompatible con los defensores del neoliberalismo devastador, con su batallón de pérfidos obsecuentes capitaneados por el eunuco sin harén, Aldo M., la muñequita Rodrich y sus similares de consonancias y coincidencias borbónicas y extranjerizantes, más todos los otros coríferos deslucidos y mediocres, esos que gratuitamente o remunerados denigran desde la prensa corrupta y desde la televisión vendida, contra Chávez, a través del insulto soez, la mentira exuberantemente organizada y la imprecación ramplona.

Los militantes y los que simpatizan con el venezolano, deberán sentirse mil veces mejor de equivocarse con una “patanería uniformada”, que atinar vergonzosamente con las certitudes del enemigo sin uniforme, los primeros son susceptibles de perfección, los segundos, siempre serán enemigos uniformes pero no invensibles.

lunes, 5 de noviembre de 2007

DE NUEVO LA IZQUIERDA EN GUATEMALA :LE MONDE

Au Guatemala, le social-démocrate Alvaro Colom a remporté le second tour de l'élection présidentielle, dimanche 4 novembre. Avec 52,8 % des suffrages, il a devancé de plus de cinq points le général Otto Perez Molina (droite). Après une campagne qui a fait plus de 50 morts, le scrutin s'est déroulé sans incident majeur. Il a été marqué par une abstention de plus de 50 %.

La gauche revient au pouvoir pour la première fois depuis le coup d'Etat de 1954, appuyé par la CIA et la compagnie bananière américaine United Fruit, qui avait renversé le président Jacobo Arbenz. Après plusieurs dictateurs militaires, les élections organisées depuis 1986 avaient été remportées par des candidats conservateurs ou de centre-droite.

En 1996, des accords de paix ont mis fin à trente ans de guerre civile qui ont fait plus de 200 000 morts, pour la plupart des Indiens mayas massacrés par l'armée et les groupes paramilitaires. Attisée par le narcotrafic et la multiplication des maras (gangs juvéniles très violents), la criminalité a explosé.

GOUVERNEMENT DE "CONCILIATION"

Candidat pour la troisième fois, M. Colom a promis de former un "gouvernement de conciliation nationale". Parmi ses modèles, ce fumeur impénitent cite le président brésilien Luiz Inacio Lula da Silva, la présidente chilienne Michelle Bachelet et le chef du gouvernement espagnol José Luis Rodriguez Zapatero.

Face au poing brandi par son adversaire, Otto Perez Molina, M. Colom, chef d'entreprise de 56 ans et ingénieur de formation, a choisi la colombe comme symbole de solidarité avec les pauvres, près de 80 % de la population. Il s'est engagé à augmenter la pression fiscale - actuellement moins de 10 % du produit intérieur brut, soit l'une des plus faibles du continent - en luttant contre l'évasion fiscale des plus riches. Il compte sur la création d'emplois - il en a promis 700 000 au cours de son mandat de quatre ans -, l'épuration de la police et de la justice, la lutte contre l'impunité et la corruption et la formation de comités de quartier pour faire reculer la délinquance.

Après avoir fondé plusieurs entreprises textiles et présidé l'association des exportateurs de produits non traditionnels, Alvaro Colom est entré en politique en 1991 pour reprendre le flambeau de son oncle Manuel Colom, ancien maire de la capitale assassiné en 1979. Jusqu'en 1997, il a dirigé le Fonds national pour la paix et organisé le retour au Guatemala de plus de 40 000 Indiens qui s'étaient réfugiés au Mexique durant la guerre civile. Cette expérience a marqué ce catholique pratiquant, l'un des rares Guatémaltèques d'origine européenne à avoir été honoré du titre de "chaman" (prêtre maya).

Séquelle d'une fracture du palais à l'âge de quatre ans, il a des problèmes de diction. Ses adversaires lui reprochent son manque de caractère. D'après eux, Sandra Torres, la femme qu'il a épousée en seconde noce, le mène à la baguette et pèse sur les décisions de l'Unité nationale de l'espérance (UNE), le parti qu'il a fondé en 1999.

M. Perez Molina a dénoncé l'infiltration de criminels et de narcotrafiquants au sein de l'UNE, qui a obtenu le plus grand nombre de sièges au Congrès (52), sans atteindre la majorité absolue. M. Colom a répondu que les criminels avaient été expulsés du parti. Mais des doutes subsistent, notamment après la démission de son chef de campagne, José Carlos Marroquin, qui a évoqué la présence de mafias au sein de l'UNE. Le président élu a promis qu'il renforcerait la coopération avec les Etats-Unis, le Mexique, la Colombie et ses voisins d'Amérique centrale pour lutter contre le trafic de drogue.


Jean-Michel Caroit
Article paru dans l'édition du 06.11.07.Abonnez-vous au Monde à -60%


José Domingo Carrillo


Entre la historia y la memoriaEntrevista y revolución: Estudio de las elites políticas revolucionarias en Guatemala, 1960-1996 1
Universidad Autónoma de Aguascalientes, México
jcarrill@correo.uaa.com.mx

Notas*Bibliografía

Introducción



La idea de escribir sobre las elites revolucionarias tiene diversas motivaciones, la primera, es la que surge de las vivencias personales que corren paralelas al interés por estudiar, sobre episodios de la historia en los cuales el autor ha sido contemporáneo.2
Cuando inicié mis estudios de historia en 1978 en la Universidad de San Carlos de Guatemala, la efervescencia revolucionaria tocaba a las puertas de las aulas y las movilizaciones populares creaban las condiciones, para que los estudiantes de aquella época mirásemos a la sociedad guatemalteca como una quimera, donde era posible realizar todos los sueños. Los acontecimientos muchas veces opacaban la posibilidad de un análisis sereno de la coyuntura, precipitando a veces, la acción colectiva. De aquellos sueños impregnados de ideas de cambio social despertamos aturdidos por la violencia y la guerra. Obnubilados por el horror, los estudiantes de aquella época tomamos diferentes caminos, tal vez por ello, al retornar por la senda de la historia mi intención sea recordar rostros olvidados, lugares y tiempos, olores y colores que tuvieron un significado en nuestras historias de vida.
El otro estímulo por aprender sobre la revolución, proviene de un curso tomado en la Universidad de Costa Rica, impartido por el Dr. Victor Hugo Acuña, la temática de aquella materia giró en torno a la teoría de las clases sociales y de los movimientos sociales, acercándome a la tarea por el medio académico, interesado por encontrar una respuesta a las múltiples interrogantes que nos planteábamos los historiadores centroamericanos, por los sucesos vívidos por la región durante aquellos años.
Finalmente, bajo la dirección del Dr. Richard N. Adams, he delimitado el argumento y he dirigido la mirada hacia el conocimiento de las elites revolucionarias, cuyo papel en la historia de Guatemala ha sido determinante. Esta comunicación tiene como propósito presentar algunos aspectos sobre el estado de la cuestión, algunos de carácter metodológico y, un primer ejercicio en la sistematización e interpretación de la evidencia empírica, obtenida en tres entrevistas realizadas, una en México D.F. y otras dos en la ciudad de Guatemala.3

A. Breve Estado del Arte

En los últimos años la moda por escribir testimonios, relatos de vida y memorias, ha invadido con éxito el mercado editorial guatemalteco y centroamericano, el interés quizá se explique por dos razones: la primera de naturaleza histórica, es decir, la recuperación de un pasado trágico cuyo amargo recordatorio debe servirnos para no volver a él jamás. En esta línea de investigación ubicaría los informes de la Comisión del Esclarecimiento Histórico y el informe REMHI, cuya fuente básica de información es el testimonio; la segunda razón sería de naturaleza coyuntural, por la importancia que tiene conocer y proceder a "desmontar" la institucionalización de la contrainsurgencia, y la creación de un Estado de Derecho con plenas garantías ciudadanas para todos los guatemaltecos.4


En mi opinión, estas dos razones admiten el interés mostrado por algunos autores que publican aspectos poco conocidos, que ayudan a esclarecer capítulos de la historia reciente del país. Es innegable que los libros hasta ahora publicados hacen hincapié en los caudillos, cuya impronta en esos episodios es cardinal; sin embargo, este proyecto toma una distancia de aquellos textos, en tanto que mi intención es reconstruir a través de entrevistas a profundidad, una biografía colectiva de la elite revolucionaria que pretendió dirigir el cambio social.

Pero ¿que es una elite revolucionaria? Algunas precisiones conceptuales, nos ayudarán a comprender teóricamente el comportamiento de los actores sociales, objeto de mi estudio.
La elite, es un grupo selecto de personas que se reúne para trabajar en equipo, son individuos representantes de diversos sectores sociales o de grupos de personas que ocupan puestos estratégicos en organizaciones poderosas que tienen poder y que toman decisiones. Es en el momento en que se reúnen y trabajan colectivamente, cuando se consolidan como elite, construyendo a partir de determinadas prácticas políticas, de la creencia generalizada en ciertos valores y en la estipulación de reglas, que legitiman su poder, su status y privilegios frente a los subordinados.5

No utilizo el concepto de vanguardia revolucionaria porque tiene una connotación política, enfatizando en aspectos ideológicos, mientras que el de elite es suficientemente flexible para incluir a grupos de personas, que disputan frente a otras elites los recursos disponibles.
El énfasis de esta investigación está dirigido a encontrar en los relatos obtenidos por medio de las entrevistas, los aspectos significativos de la revolución que los informantes sientan y expresen que afectaron sus vidas. Qué fue lo importante para estas elites en su vida individual y colectiva de la revolución guatemalteca.

B. Los estudios específicos sobre el tema por investigar


En Guatemala existen algunos acercamientos que pretenden hacer balances de lo escrito, aun cuando son parciales e incompletos6, son también los testimonios y las memorias los textos que se ocupan de estas cuestiones, como por ejemplo, Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia (1989), Rigoberta Menchú la nieta de los mayas (1998); de Víctor Montejo, Testimonio: muerte de una comunidad indígena en Guatemala (1993); las memorias de José Manuel Fortuny (1994). Las testificaciones de antiguos guerrilleros, como las de Julio Cesar Macías, Mi camino: La guerrilla (1998); la historia de la lucha armada urbana escrita por Miguel Angel Sandoval (1997) y referida a los años sesenta y setenta; la contribución de Mario Payeras, en El trueno en la ciudad. Episodios de la lucha armada urbana de 1981 en Guatemala (1987) y de este mismo autor, una versión sobre los orígenes de la guerrilla en su segunda etapa intitulada Los días de la selva; Las redes de la memoria, de Roberto Díaz Castillo (1998); las memorias de Alfonso Bauer Paiz (1996); y últimamente, la publicación de balances críticos sobre el experimento revolucionario en Nicaragua -que aún falta por escribir para Guatemala-, el libro de Sergio Ramírez Mercado (1999) Adiós muchachos. Una memoria de la revolución sandinista.
Los problemas históricos planteados por estos autores son analizados desde una vivencia personal, utilizando el testimonio como fuente de información principal, los resultados han sido un ajuste de cuentas individual con la historia vívida, una catarsis que en algunas ocasiones ha servido para expresar las desavenencias y las críticas hacia otros líderes. El común denominador de estos libros es que los personajes principales son los caudillos, los comandantes guerrilleros o las luchadoras sociales. Tal como afirma Lorena Carrillo, en el género de la novela testimonial, en las biografías y en las historias de vida -agregaría yo- el énfasis se expresa en el protagonismo del propio autor.7

C. El contexto de las entrevistas

La primera entrevista que realicé fue en la ciudad de México, iniciando a las 9:45 a.m. y finalizando a las 2:00 p.m., cinco horas de conversación con César Montes, durante las cuales hubo varias interrupciones debido a que estábamos en un hotel, sede del evento político en el cual mi informante era invitado. César Montes es un hombre de cincuentaiocho años, no muy alto, delgado, aparenta la edad que tiene pero en general se conserva en buena forma. Usa anteojos y es de buen apetito, es un buen conversador y le agrada fumar.8

Cuando nos retiramos al lobby del hotel mi duda fue la siguiente: ¿Qué preguntarle a un líder de la antigua guerrilla guatemalteca que ha escrito sus experiencias? Decidí seguir el orden de la entrevista a partir de un tema: el libro en el cual narra sus vivencias en Guatemala, El Salvador y Nicaragua, formulando preguntas espontáneas durante la conversación, pero con la anticipación de un tema: el libro, pero siendo flexible para que César Montes expresara sus ideas sin ningún tipo de limitación.9 Fueron en total diez y seis preguntas abiertas las cuales "proporcionan al informante la libertad para escoger su respuesta. Puede escoger los temas de información que desea proporcionar, y omitir aquellos que no desea dar a conocer".10 De esa larga entrevista surgió un tema, entre otros, por demás interesante con el cual quisiera iniciar este artículo.

César Montes me planteó la doble identidad que había desarrollado en la vida clandestina y su identidad como Julio César Macías, su verdadera identidad. El me dijo que:
"Escribí un libro que en El Salvador se llamó Epitafio de César Montes, en Nicaragua se le puso como subtítulo La guerrilla fue mi camino Epitafio de César Montes, y resulto que no se murió el canijo....(pausa) ¡más vivió! entonces ya nadie me dice mi nombre, yo trate como de recuperar mi nombre, cómo fue que nació Cesar Montes, como producto de la lucha y de una decisión, y resulta con que ya como que es un...(pausa) como diría la Gioconda Belli La mujer habitada pues aquí es un hombre habitado que tiene adentro de si otro hombre, que es algo así como una especie de segunda piel, que resulta con que conocen más a Cesar Montes que a César Macías. Y resulta con que a veces pues cuando me hacen cheques, me los hacen a nombre de César Montes, o cuando llego a algún lugar preguntan por César Macías nadie me conoce, y cuando preguntan por César Montes si me conoce todo mundo y entonces este ...(pausa y sonríe) pues ya no le hago bronca a eso verdad, entonces es...(pausa) como que la vida de...(pausa) un día en la vida en ese ser humano, es un día en la vida que uno tiene que estar este...(pausa) cohabitando con un personaje ficticio que resulta más real que la chingada."11

Esa doble vida ¿obligó a estos hombres a llevar una doble identidad? La lectura del testimonio escrito por Montes, nos presenta una vida familiar desarticulada, el mismo perdió a un hermano y a su esposa; el instinto de sobre vivencia obligaba a cambiar los hábitos cotidianos, transitar de una a otra identidad resultaba una práctica cultural habitual. Pero, ¿Qué pasó con Cesar Montes al firmarse los acuerdos de Paz? ¿murió el personaje, el seudónimo, y nació Cesar Macías?
La pertinencia de esta metodología en la investigación histórica se basa en que nos hace posible conocer al ego del entrevistado, un yo ideal al cual se recurre para encontrar un sentido a la narración y a la historia vivida. Esta manera de presentarse ante la mirada inquisidora del entrevistador le provee al informante la seguridad de que su versión es verídica y para el historiador este viaje simbólico por el pasado constituye la materia prima para interpretar.
Dividir la identidad individual y cohabitar, como lo señala mi informante, con un personaje que algunas veces rebasa al verdadero actor nos lleva a los enmarañados caminos de la vida privada de los informantes, lo que aparece en nuestra entrevista pero que no es dicho, tal vez nada más insinuado. ¿Quién expresa sentimientos? El personaje mítico creado por la revolución o el hombre común y corriente, ¿o quizás ambos?
II
En la segunda entrevista, realizada en Guatemala, mi informante fue Gabriel Aguilera, académico y activo militante de la vida política. El asunto de la identidad para él tomó otro matiz, significó una experiencia interesante transitar de la oposición a la administración pública y desde ahí realizar tareas a su juicio importantes para el gobierno, el país y para su desenvolvimiento profesional, enfatizando en su respuesta los relevos generacionales:
JDC: Y tu experiencia como una persona que opinaba en términos de la oposición democrática hacia el Estado autoritario y luego tu gestión en la administración pública del gobierno guatemalteco cómo la evalúas

GA: Bueno, muy interesante porque yo hice gestión pública en el terreno de la política exterior del Estado, yo estoy muy satisfecho de la gestión de la política exterior que hizo el Estado cuando a mí me tocó estar particularmente porque desde ahí se contribuyó, primero al proceso de paz, y después se contribuyó al cumplimiento de los acuerdos. Una cosa que a mí me satisface particularmente fue haber manejado las relaciones con Cuba y también haber sacado a Guatemala del banquillo de los acusados de los países violadores de los derechos humanos, y haber logrado el reconocimiento de la comunidad internacional de que este país había cambiado, que a raíz de la Paz había cambiado y que era un país diferente, de manera que fue muy satisfactorio.

JDC: ¿Repetirías la experiencia de volver a la administración pública?
GA: Es posible, depende nuevamente de las circunstancias, uno tiene que estar en guardia en esto, las generaciones te preceden, no vas a estar eternamente tú de protagonista en todo, el tiempo pasa (se ríe) y hay que dejar el paso también a los jóvenes."12

III

Mi tercera entrevista fue realizada en ciudad de Guatemala, en un hotel céntrico y muy temprano debido a los compromisos laborales de mi informante. Ella es una mujer joven, profesionista y con un amplio pasado revolucionario, comunicativa y firme en sus ideas. Me pidió guardar el anonimato. Con ella el tema de la identidad surgió desde la experiencia que deja el exilio:

JDC: ¿Qué significó para vos el exilio?IA: Es una experiencia dolorosa que sigo sin superar por las circunstancias mismas. Yo pues perdí a mi compañero, ni siquiera tuve posibilidades de participar en su sepelio, y no fue la única pérdida que tuve, las consecuencias de ese hecho afectaron profundamente a un familiar cercano...(pausa) no se ha estudiado a profundidad el exilio como parte del proyecto contrainsurgente, el exilio es...(pausa) se vuelve una enfermedad difícilmente de superar. Uno se exilia y a partir de ese momento se vuelve un desarraigado de su tierra, pero al volver uno sigue siendo un desarraigado, uno no deja de ser un desarraigado. Porque en mi caso, pasé en México bastante tiempo, y México significó para mí pues el país que te permitió sobrevivir, una sociedad que te abrió el espacio con todo y las dificultades que haya podido haber, pero uno estableció vínculos afectivos con el país, con la sociedad, con la gente sin embargo llegó a México y a los dos días estoy...(pausa) como si temiera volver a pasar lo mismo y no voy a poder regresar necesito regresar de nuevo, y a veces aquí mismo uno encuentra dificultades de relación con la gente, uno aprende otros modos culturales y de alguna manera uno se alimenta de eso, otras formas de ver la vida, otras formas de actuar, y no necesariamente encaja con los patrones que ya existen aquí dentro de la sociedad, me marcó de por vida, y las marcas que el exilio me hizo cuando me tuve que ir, no se borraron con el regreso.
JDC: ¿y cómo se vive exiliada en su propio país? IA: A veces hay cosas que no entiendo de los guatemaltecos, a veces me chocan cosas aparentemente que son muy de cultura, para darte un ejemplo, yo toda mi vida me eduque en un concepto de puntualidad muy importante y como me desarrolée en un medio donde la puntualidad más o menos era la norma, a mí sí me chocaba...(pausa) yo sí me peleé con los cuates cuando eran impuntuales y la puntualidad muchas veces me salvo la vida, entonces a mí me revienta la impuntualidad y no solo porque te llegan tarde. Pasa a todos los niveles, puede ser un profesional con el que firmas contrato para hacer una consultoría y no te entrega el material a tiempo y a veces ya ni te lo entrega, o un sastre que contratas para que te haga un saco y vos llegás y "fíjese que no está", vivir con eso para mí es difícil. Me choca la forma mojigata con que se ven muchas cosas, o las relaciones entre la gente, el darle vuelta a las cosas y cuando la gente no va directo al grano, uno se acostumbra al "pan, pan y al vino, vino" ¡cómo se desarraiga uno...! aquí te dicen que te van a dar algo y resulta que sólo te lo están diciendo para no decirte que no, sin pensar que vos sos capaz de entender que te digan que no, entonces resulta que al final no te lo dan. Entonces eso me hace sentirme fuera de contexto muchas veces, desarraigada".13

¿Cuál identidad se preserva? ¿Cuál identidad permite vivir en un medio hostil? ¿la que fue o la qué es? Aún existe un vacío en la bibliografía guatemalteca sobre el exilio y el choque cultural que significa volver al país y readaptarse a la cultura que se dejó atrás. Volver, para el expatriado significa reconocer hábitos usados por los nativos, para quienes el recién llegado se ha vuelto un extraño. Aprenderlos nuevamente implica una conmoción en la mentalidad de cualquier individuo, particularmente cuando se trata de un entorno castigado por la violencia y que ha obligado a sus miembros a adquirir nuevos hábitos para sobrevivir, es decir los medios necesarios para resolver problemas cotidianos, nuevos y viejos, y que por tanto algunos de ellos pueden ser desconocidos por el desarraigado. Ese nuevo contexto tal vez explique el sentimiento de rechazo de los nativos, quienes consideran al retornado como un advenedizo que perdió su lugar por haberse ido.14

El uso del tiempo en las entrevistas me parece importante de señalar, en las tres entrevistas el tiempo pasa imperturbable y relega al actor social al anonimato. La muerte simbólica del guerrillero clandestino nos muestra al hombre común y corriente, con aspiraciones, virtudes y defectos, por eso el anhelo secreto por revivir al personaje ficticio, aquel que dio vida al hombre verdadero. También el tiempo relega a las generaciones anteriores, sucumben aun cuando guarden el prestigio que les otorga la edad, no obstante como dice Gabriel Aguilera "hay que estar en guardia" puesto que en el escenario siempre aparecen los relevos de nuevas generaciones que ineludiblemente desplazan y hasta olvidan a los relegados.
La informante anónima sugiere una concepción del tiempo diferente, que no pasa, que se gasta y que durante la vida clandestina determinaba quien vivía y quien moría. En la vida legal y profesionista la eficiencia en la entrega del trabajo se mide por la puntualidad, por la entrega a tiempo. Un tiempo que además, detiene el presente y le permite viajar a su historia personal, al país que la recibió en el exilio y que añora.

Las referencias a marcos geográficos específicos son claras en las entrevistas –aun cuando en este texto ofrezco extractos escuetos- los recuerdos remiten a México, al área rural de Guatemala, -la selva-, y a la capital del país, espacios donde se vivió aquello que conmigo recordaron. Sin embargo no aparecen en sus relatos sonidos, colores ni referencias a vestigios materiales que nos describan el escenario, son no-lugares los contextos donde se recrea el relato de vida, espacios donde las relaciones sociales entre las personas y con el entorno están reguladas por normas de clandestinidad, por jerarquías militares o burocráticas, ello obnubila la mirada y el mundo circundante es visto a través de la lente de la revolución o del Estado.

D. Identidad individual, identidad colectiva

Otra dimensión de la identidad es la colectiva, la del país, cuya definición provoca un profundo debate y las más apasionadas reacciones en tanto que implica la toma de posición personal frente al otro. Para dos de los entrevistados no existe un acuerdo entre los conceptos de maya y de ladino para referirse a cada uno de los dos sectores mayoritarios de la población guatemalteca. César Montes expresa claramente la angustia que experimenta el ladino frente al maya, quien reclama un espacio propio y que se asume como tal aún y cuando los ladinos continúen utilizando sus propias taxonomías para clasificarlos.15

"Es un problema –el del de las tensiones entre mayas y ladinos- que debe verse a la luz de la lucha de clases, lo que nos divide no es lo étnico sino lo de las clases sociales, nos une más con los indígenas la explotación que lo que nos divide a los indígenas de los ladinos. La discusión interna sobre el papel revolucionario de los indígenas por serlo, está superada, hubo mucha mitificación de eso y la situación actual demuestra que eso era absurdo. Ahorita los que votaron por Ríos Montt, ochenta por ciento, son indígenas y son de las zonas de conflicto. Estas exclusiones y esto que existe pero que no es el parte aguas que hay en Guatemala, los mayas por un lado y los mestizos por el otro. Yo me niego a aceptar que se autodenominen mayas, porque no son mayas, en todo caso de origen maya, o son mayences o que se denominen naturales, ¿o tu eres artificial o qué diablos eres?, o sea, soy natural por que soy nativo de aquí, yo también soy natural, nativo de aquí, no nací en Suiza o Chihuahua, tan natural soy yo como tu, y nos ponen en la madre los ricos y los terratenientes, y la represión nos agarra parejo a todos, entonces yo creo que hay que entender sus especificidades, su peso que tiene en la sociedad pero no sobre la base de hacer ya la división entre mayas y mestizos".16

Pero así como el ladino tiene dificultad para observar los múltiples rostros que tiene la población guatemalteca, también asume con dificultad la propia descripción. Cómo definirse así mismo si no ha sido posible aceptar la presencia del maya en la sociedad ladina. El debate se torna aún más apasionado cuando se plantea la discusión entre liderazgo ladino revolucionario y la presencia maya. Para mi informante anónima del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), no tiene utilidad el término de "ladino" para referirse a la población guatemalteca no maya:
JDC: ¿Vos crees que parte del fracaso, que tuvo el proyecto revolucionario se explique por una dirigencia ladina y una población esencialmente maya y qué nunca hubo un discurso que uniformara las ideas, los conceptos, y qué eso explique en parte, el derrumbe del proyecto de la revolución?

IA: La verdad que no, yo no creo que ese haya sido digamos...(pausa), planteado así, la presencia de una dirigencia mestiza...(pausa), a mí me choca utilizar el concepto ladino, lo creo igualmente racista y despectivo, entiendo que si fue un factor determinante la ausencia de la consideración del carácter del país, del carácter de la nación dentro del proyecto revolucionario, entonces no lo veo digamos estructuralmente en el sentido de cómo se componía, cómo se conformaba la revolución, sería como decir no hubo una conducción esencialmente proletaria y por eso fracasó el movimiento comunista en el país y si hubiese sido solamente proletaria o hubo predominio del campesinado y por eso fracasó, creo que plantearlo...(pausa), es decir...(pausa), analizarlo dentro de los elementos de la ausencia de éxitos del proyecto revolucionario solamente desde la óptica étnica creo que para mí es limitar y sesgar de manera unilateral la visión de lo acontecido.
JDC: ¿Por qué no te gusta el concepto ladino?

IA: ¡Te lo dije ya!, lo considero sobre todo a partir del último período dentro de la concepción política en el ambiente social y político guatemalteco de una manera a veces tan despectiva, equiparable a la postura racista que el mestizo o ladino-mestizo tuvo...(pausa) ha sostenido en contra de las comunidades o del pueblo maya en Guatemala, para mí es ofensivo y es peyorativo, y muchos lo asumen incluso de una manera de cargar o de vivir auto culpas de una manera innecesarias o mal entendidas.17

Una de las causas que explican el fracaso del proyecto comunista en Guatemala, es la escasa presencia de militantes de origen obrero cuya ausencia era notoria desde la década de los años sesenta, como lo narra José Manuel Fortuny.18 Entre los veinte comunistas, aproximadamente, que se encontraban exiliados en Costa Rica en la década de los años ochenta, únicamente dos eran de procedencia social obrera.19

La conducción de las organizaciones revolucionarias no estuvo en manos de aquellos por los cuales se luchaba y las elites no conocían su opinión sobre qué tipo de cambio deseaban, hacia qué dirección y cuánta cantidad de cambio era necesaria para construir una sociedad mejor, y
fundamentalmente, cuál sería el costo del sueño revolucionario.

En Guatemala existe un debate en torno a la utilización de términos como ladino, mestizo, indio, indígena, maya y otros, que expresan no exclusivamente diferencias semánticas sino más importantes aún, culturales. Es necesario subrayar que así como el maya autodefine a un conglomerado humano, es imprescindible sostener la utilidad del concepto ladino porque a partir de esa realidad cultural e histórica se construye una parte de la identidad y de la cultura dominante de la nación guatemalteca sin cuya presencia no se explica completamente la evolución social de país.

¿Cuál fue entonces el papel de las mujeres, de los trabajadores y de los mayas en las estructuras de mando de las organizaciones rebeldes, súbditos o aliados? La polémica desatada a partir de la firma de los acuerdos de Paz en 1996 que busca reinterpretar la historia contemporánea de Guatemala, no cesa de indagar acerca de una pregunta básica: ¿por qué la revolución fracasó en su meta original que era la toma del poder? Carol Smith (1989) se pregunta ¿por qué el revés que tuvieron los guerrilleros guatemaltecos en movilizar a los mayas? Ella responde suponiendo, a partir de un estudio de caso, que en el departamento de Totonicapán la sociedad no estaba dividida en clases sociales y que por esa razón la violencia rural asumía más bien características étnicas. El resultado fue un rechazo hacia las fuerzas guerrilleras y un ingreso a la modernidad capitalista sin renunciar a la identidad étnica.20

La autora hace énfasis también, en la incapacidad insurgente por encontrar un vínculo adecuado con los grupos mayas, entre ellos Smith señala la permanencia de la identidad étnica a pesar de los trastornos ocasionados por la modernización capitalista; la segunda, el error de los revolucionarios de querer imponer categorías marxistas ajenas a la realidad política; la tercera, no tomar en cuenta la historia de la nación guatemalteca, impidiendo el desarrollo de un proyecto revolucionario acorde con las necesidades particulares del país; y por último, la falta de sensibilidad de los revolucionarios ladinos hacia lo que significa ser indígena.

El argumento académico es útil contrastarlo con los testimonios escritos por antiguos guerrilleros, quienes señalan la presencia de militantes achíes en la conducción de algunos regionales de la guerrilla, específicamente la "Región D" en Baja Verapaz, a cargo de Emilio Román López (Pascual). Miguel Ángel Sandoval (1997) incluye en su libro la fotografía de Julián de la etnia achí y uno de los fundadores del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP).21
Según Yvon le Bot (1997), entre los quince hombres –no había mujeres- que fundaron el EGP, habían cuatro achíes pero ninguno ocupaba cargo directivo alguno, ausencia importante en una organización que se instala y declara la necesidad de la guerra en un marco geográfico esencialmente maya.

La presencia de algunos mayas también forma parte de la historia del PGT, Fortuny señala que desde 1956 había comunistas mayas en las filas del Partido.22 A pesar de la incorporación masiva de los mayas a la guerra en Guatemala, la mayor parte de los líderes eran ladinos. Susan Jonas (1994)) afirma que la diferencia notable del esfuerzo revolucionario de los años setenta y ochenta, frente a la primera experiencia armada de los años sesenta, fue la incorporación de población indígena "como miembros y como líderes de nivel medio"23; no obstante, César Montes declara que en las dos experiencias que a él le correspondió vivir, en ambas hubo presencia de mayas, aun cuando en sus orígenes la guerrilla sea totalmente urbana y ladina, veamos la descripción que hace el entrevistado:

"En Guatemala durante toda una época, el despertar de la integración a la vida política de los mayas se hizo a través de la insurgencia revolucionaria. Porque los primeros fundadores del Frente Guerrillero "Edgar Ibarra", fueron sobre todo indígenas. Nosotros irrumpimos junto a los indígenas en la vida política nacional; y fuimos guerrilla precisamente porque estaban los achíes ahí con nosotros. Uno de los jefes guerrilleros después de Turcios, era Emilio Román López, (a) Pascual, que era achí, de Rabinal, entonces cuando ya regresamos a fundar el EGP (Ejército Guerrillero de los Pobres) en 1972...(pausa) nosotros no fuimos a la zona ixil, a nosotros nos llevaron a la zona ixil, a nosotros nos fueron a buscar a la selva y nos condujeron ellos como guías, y nos exigieron que subiéramos a su zona, entonces yo creo que eso no hay que dejarlo de tener en cuenta, que participan y se hacen presentes como sujeto de la historia ya no como objetos en la insurgencia guerrillera. Claro, y se convierten en el objetivo a destruir en la guerra esta de tierra arrasada que aplicó Ríos Montt y que se aplicó en la época de Lucas, una guerra etnocida; a toda la etnia ixil la consideraron enemiga, era considerado el objeto a destruir. Después de eso, cuando ocurren errores en la dirección que están consignados en el libro, el abandono de la guerrilla de sus bases sociales indígenas, el conducirlos ellos mismos para el exilio, lleva a que haya una frustración y una ruptura entre la articulación de la guerrilla y de las etnias, a pesar de que sobreviven y se mantienen sectores indígenas en los movimientos insurgentes, si, ya existe una ...(pausa) un divorcio entre la dirección revolucionaria y los indígenas".24

Gabriel Aguilera tuvo otra percepción del tema, para él debe observarse a la revolución guatemalteca como un proceso a través del tiempo, siendo sensible el observador a los cambios que ocurren en su dinámica con el paso de los años y a su adaptación a las cambiantes coyunturas del país,

JDC: ¿Crees tú que una de las posibles explicaciones del fracaso del proyecto revolucionario en Guatemala se base en la presencia de un liderazgo ladino y una amplia participación maya en la base?

GA: Yo no lo dudo, en primer lugar recordemos que es un proceso muy largo, de treintaises años, entonces no es el mismo proyecto, sino que el proyecto surgió y se fue metamorfoseando en el camino, entonces las elites revolucionarias cambiaron...(pausa) originalmente eran ladinas, sin embargo hay que recordar que en ese momento no existía el grado de conciencia que hay ahora de la composición del pueblo guatemalteco...(pausa) entonces yo me recuerdo que no preocupaba demasiado, porque no se miraba como problema la ausencia de indígenas en las primeras fuerzas revolucionarias, ahora en perspectiva se entiende que eso hizo fracasar la primera fase del proyecto revolucionario 1960-1970 ya que es conocido la concentración en el mundo ladino en el oriente del país...(pausa) la cuestión de clase, la pequeña burguesía rural apoyando rápidamente y yo comparto con los que sostienen que, haber girado hacia el grupo maya del pueblo guatemalteco en la segunda fase del proyecto revolucionario después de 1970, y el haber cambiado un programa muy centrado en la visión ladina de la revolución, haberle incorporado no sé con qué profundidad, pero haber incorporado o haber recogido un elemento de la reivindicación étnica en el nuevo programa, para mí eso explica que la primera fase fue muy débil y que la segunda fue muy fuerte. Ahora, una parte de la pregunta es ¿cambió la elite realmente?, porque cuando uno ve nombres de comandantes, pues uno tiene la impresión de que siguieron predominando los ladinos entre la dirigencia nacional revolucionaria, con presencia maya por supuesto pero, te pongo un ejemplo, los cuatro comandantes son ladinos, ¿en dónde encontramos los comandantes mayas? ya en segundo rango eso dice algo, pero no cabe duda de que sí hubo una incorporación en algunos movimientos más que otros.
JDC: Habrá tenido algún impacto ese segundo nivel de mando que tuvieron los mayas a pesar de que sobre ellos recaía buena parte de la lucha, el hecho de que no tuvieran acceso a la toma de decisiones...

GA: No sabemos si tenían o no, eso es algo que solo podemos esclarecer con más trabajo de campo porque en las organizaciones te dirían que sí había consulta y procesos ¿será cierto?, pues lo ignoramos. Sí podemos identificar a algunos mayas muy relevantes que fueron comandantes de campo, condujeron la guerra y algunos aparecían también en las delegaciones negociatorias, (sic) sin embargo, las delegaciones negociatorias (sic) eran los cuatro comandantes ladinos y también los asesores, casi diría que todos eran ladinos...(pausa) no recuerdo al momento el nombre de alguno de los asesores mayas. Uno cree que...(pausa) en principio podríamos decir que no cambió el contenido del movimiento revolucionario, cambió su programa, pero, preguntémonos sí cambió la elite o no, no lo sé.

Existen estudios que permiten reconstruir algunas evidencias del procedimiento empleado por las organizaciones revolucionarias para tomar las decisiones. Para Yvon le Bot (1997), en el Ejército Guerrillero de los Pobres "... no eran consultadas ni la población ni los simples combatientes. La centralización del poder en la organización constituyó un principio que ocultaba mal la debilidad de la dirección, pero que servía para justificar la imposición de la voluntad de los jefes, pequeños y grandes."25

La evidencia encontrada en las fuentes escritas nos conducen a conjeturar que progresivamente las organizaciones revolucionarias se iban transformando en organizaciones elitistas en los niveles de mando. A pesar de la incorporación masiva de militantes de base y de colaboradores, la cúpula se iba restringiendo, ello podría explicarse a partir de las condiciones de clandestinidad y secretividad, empero, los mismos actores señalan la concentración de la toma de decisiones y de prácticas políticas ajenas a un código de conducta democrática26 que expresara un consenso entre las elites políticas, que desde diferentes organizaciones conducían el proceso revolucionario guatemalteco.

De igual forma las mujeres eran parte de los grupos marginales en la dirección del movimiento revolucionario, tal como lo dice la informante anónima,
JDC: Volviendo a lo que platicábamos...pero no sucedía lo mismo con las mujeres, será que el liderazgo revolucionario era inclinado hacia el varón, y menos hacia la mujer, menos hacia los mayas?

IA: Reproducía exactamente la situación que se vivía en la sociedad, exactamente, y en ese momento siento yo que los elementos de reivindicación trascendían elementos en el ámbito étnico, de género, incluso en el ámbito generacional en cierto momento, entonces querer entender lo acontecido durante el periodo del alzamiento revolucionario, incluso quererlos analizar con la misma visión en sus distintas épocas ,yo creo que lejos de ampliar reduce la visión y las posibilidades de interpretación en profundidad de la historia y de la experiencia vivida, entonces ¿estuvo ausente la temática de género? Pero y... (pausa) ¿Cuándo surge incluso a nivel a mundial y a profundidad la temática de género? Es decir, y eso no significa que no haya habido mujeres presentes, yo diría con mayor fuerza dentro del movimiento popular más que dentro del movimiento revolucionario, ahí si era obvio la falta de participación, la falta de oportunidades respondía a una visión machista y eso es innegable, arraigada profundamente dentro de toda la sociedad y el movimiento revolucionario no era ajeno a eso y la temática de género tampoco en ese momento formaba parte, no lo formaba tampoco la temática de la niñez, ahora se habla de los derechos del niño, se habla de la situación de género y eso empieza a ser un concepto también incorporado a la temática revolucionaria, hoy ya en los plenos de organizaciones revolucionarias guatemaltecas en los noventa ya veías la temática de género incorporada, antes no.
JDC: Pero...entonces se sacrificaba algo individual por el espíritu colectivo, las mujeres debieron ceder...

IA: Mucho, yo creo que mucho...(pausa)DC: ¿Y vos cómo te abrías campo?IA: (aclara la voz) Yo

no siento de mi propia experiencia haber tenido, hasta determinado momento, dentro de lo que fue mi participación revolucionaria digamos, limitaciones por haber sido mujer, no lo sentí, no sé si hubo, y si las hubo fueron muy clandestinamente planteadas, no lo viví, creo que gané un espacio a pulso a distinto nivel. Excepción diría yo también de muchos casos de, a veces por encima de algunos compañeros, siento que si hubo dificultades de relación en algunos momentos porque no era muy agradable internamente ser conducido por una mujer, pero no fue la tónica cotidiana, no fue problema, las veces que yo tuve dificultades serias que me sentí excluida mi comprensión de esa exclusión es que esa exclusión no se producía por mi condición de mujer sino por mi postura de disidencia compartida también por otros compañeros varones, y el proceso de disidencia gestado por hombres y por mujeres, no era un asunto de género, un asunto de visión de lo que sucedía y de ser, de encontrar quién pagara los platos de decisiones en un momento determinado.

En otras organizaciones revolucionarias las mujeres ocuparon cargos administrativos y de conducción de la guerra en mandos medios y bajos. Le Bot (1997) afirma que las mujeres indígenas incorporadas al Ejército Guerrillero de los Pobres lo hicieron como combatientes y más a menudo en puestos de intendencia, de logística o de relaciones públicas. Las funciones dirigentes las seguirían ejerciendo en exclusividad los varones.27
Cuando Piero Gleijeses (1997) evalúa la bibliografía que intenta explicar lo que pasó en Guatemala, cómo pasó y por qué pasó, se refiere a la coyuntura de 1981 cuando la insurgencia desató una ofensiva militar en las tierras altas de Guatemala sin tener el apoyo logístico adecuado. Gleijeses, interesado en escudriñar sobre el tema recurre a una informante, oficial medio, de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), quien únicamente respondió al académico que ella no tenía la respuesta, que los grupos revolucionarios como ORPA y FAR no había sido consultados y que la decisión había sido tomada unilateralmente por el EGP y que por tanto ellos tendrían la respuesta.28

E. Motivaciones individuales, imágenes del pasado
Al escribir estas líneas recuerdo la pregunta de John Tutino cuando estudia las rebeliones rurales en México ¿por qué se rebela la gente? ¿por qué existen personas dispuestas a dar la vida y a seguir a los líderes?29 La respuesta a estas interrogantes no son sencillas de responder, César Montes me expresaba que "Esto ha servido para una redefinición de muchas gentes, algunos estuvieron en la lucha armada, en riesgo de su vida y no estaban ideológicamente con la revolución. Es algo para algunos sorprendente pero así es, hay gente que lo acompaña a uno, hay gente que quizás murió y realmente no estaba absolutamente identificado con los principios...".30

Sostener los principios revolucionarios se vuelve en los tiempos presentes ya no una decisión para la sobre vivencia en la clandestinidad, sino un referente que le da sentido a una vida de sacrificio que al paso del tiempo percibe con terrible resignación que el costo social que pagó Guatemala fue muy alto, y los beneficios muy pocos:
"(...) pues ahí estamos nuevamente identificados los que estamos en la lucha, los que continuamos, los que tenemos una identidad ideológica política firme y se separan de nosotros, hay una auto depuración, (...) yo creo que se redefine toda una serie de cosas que a lo mejor pensamos que eran para toda la vida y para toda la vida lo único que es, es la lucha revolucionaria para los que son consecuentes".31
Para César Montes las motivaciones que lo llevaron a tomar la decisión de cambiar de vida, de identidad y luchar por la revolución en Centroamérica fueron los sucesos de 1954 que como a muchos guatemaltecos les trastornó el mundo de la "pequeña y limpia" –capital de- Guatemala de aquellos años.32

"Ahí esta un poco el relato de cómo el cincuenta y cuatro nos grabó a todos, que éramos niños en aquella época, yo tenía doce años. Ahí se relata cómo fui expulsado de una academia de mecanografía por comunista a los doce años. Cuando estaba estudiando mecanografía me pidieron que pasara la denuncia de un simple ciudadano que fue a poner a un juzgado, y le dijeron que tenía que llevarlo por escrito, a máquina y en papel sellado, que le estaba robando un pedacito de tierra su vecino, que son cosas del diario que ocurren en Guatemala desde hace cien años y van a seguir existiendo. Pero la obsesión que había, creada por toda esa polarización de la lucha anticomunista del cincuenta y cuatro, escribir un...(pausa) transcribir, ni siquiera escribir, transcribir a máquina una denuncia de una usurpación de tierras era considerado comunismo, socialismo, o apoyo a un movimiento social, o qué se yo...(pausa) pues fui expulsado de ahí, ahí se vislumbran algunas cosas".33

Para los hombres y mujeres de esa generación, los sucesos de 1954 contribuyeron a fomentar el descontento ante lo que se consideraba una ruptura que comenzó con el derrocamiento del gobierno de Jacobo Arbenz Guzmán (1951-1954). Después de la década revolucionaria (1944-1954) la desobediencia y las movilizaciones sociales fueron la tónica de la vida política en Guatemala. Fue ese el detonante que movilizó a muchos guatemaltecos hacia diferentes opciones organizativas que animaron la oposición hacia los regímenes instaurados después de 1954.
Gabriel Aguilera rememoró su vida estudiantil como la experiencia más importante que despertó en él, las inquietudes políticas necesarias para que emergiera un espíritu crítico y de oposición.

JDC: ¿Cómo ves esa trayectoria en tu vida que comienza en el Frente Estudiantil Social Cristiano, cuál fue el "mito fundador", de dónde surgió tu interés por la vida política de Guatemala?

GA: Eso fue en mi vida estudiantil, que yo creo que es bastante clásico para los que hemos estado en la vida política de la Universidad, y que uno comienza haciendo movimientos estudiantiles y sin duda que en el caso mío pues fue la motivación por la ciencia social, en esa época la Democracia Cristiana (DC) tenía una corriente que ahora llamaríamos de izquierda muy fuerte, y que se interesaba por esos temas.

JDC: Y la situación de aquellos años era violenta y empujaba a los jóvenes de aquella época a las filas de la oposición.

GA: Fueron los años en que comenzó la terrible experiencia autoritaria en el país, comenzó el terror, era un ambiente... (pausa) venía la generación mía de una experiencia terrible muy cercana que era el derrocamiento de Arbenz, tenía poco tiempo de haber sucedido eso...(pausa).

JDC: ¿Qué edad tenías?

GA: Yo en esa época era niño no participé en el movimiento de Arbenz, pero digamos que la generación...(pausa) cuando yo era estudiante universitario había conciencia de lo que había sucedido en el país, que era la pérdida de la democracia, y que había esa rebeldía , después viene el autoritarismo no se le podía pedir a lo jóvenes otra cosa a menos que dejaras de ser joven, y que se fueran a la lucha como hicieron muchos.
Pero, para las generaciones posteriores de revolucionarios, la gesta democrática y su derrocamiento en 1954 era un episodio histórico remoto, aprendido en los libros de historia, los hombres y mujeres nacidos después de Arbenz no apelaron a sucesos que no vivieron, para ellos los incidentes derivados de 1954 eran vividos por los padres, y transmitidos en el hogar en los comentarios de sobremesa, cuando la calma de la vida familiar permitía a los mayores –padres y hermanos- comentar sobre los disturbios acaecidos ese día. Fueron esos relatos transmitidos y escuchados en casa, los que les mostraron la beligerancia de los movimientos sociales en la lucha por buscar las cuotas de libertad, justicia social y democracia que la llamada contrarrevolución había restringido después del derrocamiento de Jacobo Arbenz en 1954. La informante anónima refiere que fueron los acontecimientos de la década de los setenta los que motivaron su disposición para la participación política:

JDC: Entonces, cuál fue tu experiencia fundadora, el mito fundador que te sensibilizó, que te despertó a los problemas del país?

IA: Yo lo mamé, para decírtelo en dos palabras, en mi familia, somos una familia democrática para usar un término más o menos englobador, entonces yo crecí en un ambiente...(pausa) de mis recuerdos de infancia, en una familia bastante solidaria, bastante preocupada de las cosas que sucedían, yo te diré, para las jornadas de marzo y abril del sesenta y dos, las pláticas que se escuchaban en mi casa de lo que vivían mis padres, en mi casa pasó cualquier cantidad de gente que fue refugiada y protegida por nosotros, y gente que nosotros veíamos de acuerdo al concepto que se nos había inculcado de lo que era ser bueno, de lo que era ser una persona honorable, honrada, que a veces no volvía a ver y que encajaba en ese concepto. Entonces te digo, desde muy temprana edad y yo creo que después mi pobre padre se arrepintió de habernos abierto...(pausa) porque siento que de alguna manera mi padre, mi madre, mi abuela, mis tíos, siento que de alguna manera que nosotros...o yo di un paso más, mucho más allá de lo que ellos estaban dispuestos ha hacer, y sobretodo no tanto porque no se hiciera, que lo hicieran otros pero no su hija y los temores que nunca han dejado de sentir, mis padres, hay "cuentazos" aquí por cualquier cosa y están llamando preguntando cómo estamos "miren ¡no salgan no hagan, no vayan!" Es decir, es un temor que nos compramos y que no dejamos de vivir cotidianamente en mi familia, entonces, yo diría que fue eso, participé por ejemplo sin estar organizada absolutamente en nada por pura inercia, en el movimiento estudiantil de apoyo magisterial a la huelga de maestros de 1972-1973, ya cuando entré a la Universidad, yo entré a la Universidad esperando en que momento me invitaban a participar, ya entré yo realmente eso sí...(pausa) y no te voy a decir que entré con mucho valor tampoco era así...(pausa) sabía que se iba a dar, me costó mucho aceptar, participar, pero cuando lo hice, lo hice como todo lo que hago en mi vida, totalmente.

Los motivos para luchar provienen de una mezcla abigarrada de mitos, de recuerdos, de tradiciones familiares, es la "leche materna" que se aprende y que la informante rememora como el líquido vital que protege y crea los anticuerpos para que los agentes externos no destruyan a aquella que se amamanta en el hogar, en la religión y en las aulas, lugares donde se construyen parcelas de la realidad plagadas de símbolos, de metáforas, del imaginario colectivo que George Rudé (1981) llama la ideología inherente, que se basa en las ideas sencillas del pueblo llano, pero que forman parte de la cosmovisión de los grupos subalternos que no necesitan de los enciclopedistas –como les llama Guerra Borges– para buscar y encontrar las herramientas conceptuales que les explique la naturaleza de la sociedad en la que viven. Mientras que su opuesto sería la ideología derivada, conjuntos de ideas sistematizadas provenientes de fuera de las masas, generalmente transmitidas por grupos superiores y que al combinarse es una de las causas que explican la movilización para la revolución.34
¿Cuál es la ideología de mis informantes? Cesar Montes respondió que: "Creo que fui formado muy religiosamente, siempre creo que hasta que, el hecho de que haya hasta cambiado de religión demostraría que hubo una búsqueda de la verdad por todos lados, y creo que este...(pausa) lo único que descubrí fue que no hay más cielo que el que nosotros construyamos aquí en la tierra." No obstante, en el testimonio escrito, César Montes refleja con mayor claridad la ideología de los grupos rebeldes de los años sesenta, cuyo imaginario colectivo estaba imbuido de un nacionalismo mezclado con el marxismo y el "ferviente catolicismo de Turcios Lima".
Es interesante recordar aquí, los pasajes del testimonio de Miguel Ángel Sandoval (1997), quien narra su paso por la "escuelita" del PGT, en la cual todos los participantes utilizaban un seudónimo tomado de los doce apóstoles, "El único inconveniente venía cuando se trataba de compañeras mujeres, pues para ellas los apóstoles no funcionaban. Entonces, éstas resolvían el asunto acudiendo a sus conocimientos bíblicos y de esa forma todo el mundo quedaba satisfecho".35 En la ciudad los temas que estudiaban los comunistas enclaustrados en la "escuelita" iban, según Sandoval desde los problemas del desarrollo del partido hasta "El neocolonialismo y el caso de Guatemala". Mientras que en la montaña la enseñanza se inclinaba por otros temas, "En los campamentos del Frente Guerrillero "Alaric Benet" se enseñaba a los campesinos ladinos pobres charlas políticas muy sencillas: combatir a los ricos y a las empresas monopolistas extranjeras, luchar por la tierra y por la patria."36
El encuentro entre estos dos mundos, el del guerrillero (ladinos, ex-militares, estudiantes, etc.) con el mundo maya de la montaña, impregnado de paisajes intelectuales diferentes fue en parte el detonante que provocó la hecatombe de violencia que experimentó Guatemala tras las sucesivas oleadas revolucionarias.37

La mujer a la que entrevisté me respondió que:

JDC: Te considerabas una mujer marxista, ¿siempre te has considerado una mujer marxista?

IA: Sí

Según Figueroa Ibarra, en Centroamérica la matriz marxista que sustentaba la ideología del movimiento revolucionario –con sus matices– se construyó sobre la base de la experiencia soviética y cubana.38 Es decir que a las filas de los revolucionarios llega la versión desnaturalizada y dogmatizada del marxismo, basada en manuales que difundían no solamente la crítica al capitalismo, sino versiones legitimadoras del nuevo sistema aparecido o por aparecer, dando lugar al aprendizaje y reproducción de la escolástica marxista.39


¿Qué nos expresan los testimonios recogidos? ¿Cuál es el método ideal para interpretar un conjunto de experiencias y puntos de vista que afloran cuanto más indagamos sobre el tema?
Reconstruir el mundo mental de los actores de la guerra en Guatemala me obliga a detenerme en esos asuntos, al significado que tuvo y tiene para los informantes seleccionados una materia tan compleja para Guatemala. Esto me conduce a precisar el perfil de los entrevistados, en tanto que a partir de este criterio de selección puedo esperar un cierto tipo de información.
F. ¿Quiénes son los informantes?

Las personas que he decidido entrevistar son hombres y mujeres de edad madura y mayor, con un rango que oscila entre los cuarenta y cinco y los sesenta y cinco años aproximadamente que ocuparon u ocupan posiciones estratégicas en organizaciones revolucionarias y que tenían o tienen poder y acceso a la toma de decisiones y que, se reunían para trabajar en equipo. Son mayas y ladinos asentados en la capital de Guatemala y algunos que vivan en el interior del país y/o en el extranjero, de manera que obtenga en la recolección de la información una mirada diferente sobre un mismo proceso social. Otro atributo de los informantes es su militancia en las organizaciones revolucionarias de Guatemala, armadas o no; me interesa cubrir un amplio espectro que no esté limitado por las acciones bélicas, conocer cómo se establecían la definición de roles al interior de la organización y el peso que tenía para ello el origen étnico, la clase social o el género.

Como afirma Graciela de Garay (1999), la información obtenida a través de la historia oral nos permite corregir, o aclarar las interpretaciones historiográficas cuando se refieren a un orden temático, en este caso me interesaba conversar con mis informantes a partir de un tópico importante para mi investigación: la mirada que tienen de aquellos sucesos. No es la intención de este artículo, ni del proyecto como tal, ser juez y emitir juicios sobre la historia reciente de Guatemala, tal vez nunca logre adentrarme en el contexto etnográfico del entrevistado –como afirman Schwartz y Jacobs-, es decir, el contexto según el cual el informante decide qué es lo que debe decir al entrevistador, así como el sentido y el significado preciso de lo que dice. Ese contexto es la historia de su propia vida, el concepto que tiene de si mismo y sus propósitos dentro de la entrevista.40

Sin negar que entre ellos y yo se estableció una comunicación llena de distorsión y subjetividad que está implícita en toda conversación,41 pero que me permitía sobreponerme a la desventaja señalada por los autores arriba citados: yo no era un extraño de la historia sobre la cual platicábamos, a pesar de la diferencia de edad y de la trayectoria distinta de cada uno establecimos un puente sostenido por dos bases fundamentalmente: la primera, por ser familiar para ellos y para mí el contexto histórico sobre el cual platicábamos; la segunda, por que cada quien, en diferentes circunstancias vive los episodios de la guerra en Guatemala.
Al recordar junto a mis informantes pasajes de la vida personal y colectiva nos adentramos en esa zona de sombra entre la historia y la memoria,42 esa región de nuestra vida y de la vida social plagada de recuerdos y de la historia escrita, zona establecida entre la memoria individual y la historiografía que recrea los sucesos colectivos en los cuales se enmarca nuestra individualidad. Ese encuentro de vidas y relatos, enlazados por formar parte de una generación de hombres y mujeres herederos de la guerra y sus secuelas fue una cita con el espejo de la historia.43

José Domingo Carrillo
Notas
arriba
vuelve 1. Este artículo es un avance preliminar del proyecto intitulado La sedición frente al espejo. Estudio de las elites revolucionarias de fin de siglo, Guatemala (1960-1996) inscrito en el Doctorado en Historia de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa. Deseo expresar mi reconocimiento al Dr. Richard N. Adams, quien ha dirigido hasta el momento dicho proyecto; a César Montes, al Dr. Gabriel Aguilera y a una informante anónima por su tiempo y disposición para las entrevistas. A Consuelo, quien me acompaña en esta compleja tarea que me he propuesto. El presente artículo fue presentado en el V Congreso Centroamericano de Historia, El Salvador,18-21 de Julio 2000.
vuelve 2. Skocpol, Theda, 1984: Los Estados y las revoluciones sociales, México: FCE, p.1
vuelve 3. Una ponencia intitulada "Cultura, identidad e historias de vida, Guatemala (1960-1996)", fue presentada en el II Taller de Historia Oral del Centro Occidente de México, abril 2000, Universidad Autónoma de Aguascalientes.
vuelve 4. "Tras 18 años regresa a su hogar una guatemalteca para dar testimonio de las atrocidades de la guerra." En El sol del centro. 10-06-00 Aguascalientes, México, Sección, B p. 2
vuelve 5. Lowell/Higley, 1980; Higles/Gunter, 1992; Hertz/Imber, 1995
vuelve 6. Torres-Rivas, Edelberto, 1993: La sociedad: la dinámica poblacional, efectos sociales de la crisis, aspectos culturales y étnico, En Historia General de Centroamérica. Madrid: Sociedad Estatal Quinto Centenario, FLACSO, pp .190-200, tomo VI; una versión actualizada se encuentra en la Historia General de Guatemala, específicamente en el capítulo de Cultura. (CD versión para Windows)
vuelve 7. Carrillo, 1998, p.20
vuelve 8. Los datos biográficos se encuentran en Macias, Julio César, 1998: Mi camino: la guerrilla. México: Editorial Planeta
vuelve 9. Los tipos de entrevista están definidos en Howard, Schwartz/ Jacobs, Jerry, 1984: Sociología cualitativa. Método para la reconstrucción de la realidad. México, Editorial Trillas, pp. 61-65; De Garay, Graciela, 1999: Las fuentes orales. En Reflexiones sobre el oficio del historiador, México: Universidad Nacional Autónoma de México, pp. 147-153; Adams, 1964, pp. 315-346
vuelve 10. Adams, 1964, Introducción, p.31
vuelve 11. Entrevista a César Montes, México, D.F. 16-02-00
vuelve 12. Entrevista a Gabriel Aguilera, Guatemala 26-05-00
vuelve 13. Entrevista a informante anónimo, Guatemala 02-05-00
vuelve 14. Adams, 1964, Introducción, pp. 80 y ss.
vuelve 15. Richard N. Adams afirma que "hasta los años 1950, los mayas generalmente se identificaban a sí mismos en términos de la comunidad en que habían nacido, por ejemplo, 'sampedranos', 'maxeños' o 'magdaleños'. En la actualidad, algunos mayas políticamente conscientes prefieren identificarse como miembros de un grupo lingüístico como quiché, cakchiquel, mam, etcétera. Ahora, sobre todo entre los intelectuales mayas, prefieren el término 'maya', que tiene un sentido más amplio. Como las definiciones internas sólo pueden hacerlas los miembros del grupo, los no miembros las aprenden de forma indirecta y, por lo tanto, continúan usando sus propias definiciones externas. La autodefinición de los mayas varía según los rasgos particulares que deseen enfatizar. El traje y el idioma son algunas de las variables utilizadas para autodefinirse, aunque no necesariamente indispensables. " En Historia General de Guatemala (Versión para Windows, 1999)
vuelve 16. Entrevista a Cesar Montes
vuelve 17. Entrevista a informante anónima. Véase para una defensa de la "ladinidad" el sugerente y polémico artículo de Morales, Mario Roberto, 1999: Esencialismo "maya", mestizaje ladino y nación intercultural. Los discursos en debate. En Bianchi, Clara Arenas/Hale, Charles R./Palma Murga, Gustavo, 1999: ¿Racismo en Guatemala? Abriendo el debate sobre un tema tabú, Guatemala: AVANCSO. En el mismo texto se incluye la versión maya: CojtíÍ Cuxil, Demetrio: Heterofobia y racismo guatemalteco. Perfil y estado actua,. pp. 193-216; del mismo Cojtí véase Configuración del pensamiento político del pueblo maya. Guatemala: Talleres de "El Estudiante", 1991.
vuelve 18. Flores, Marco Antonio, 1994: Fortuny: un comunista guatemalteco. Memorias, Guatemala: Editorial Oscar de León Palacios, Palo de Hormigo y Editorial Universitaria, Colección Cincuentenario de la Revolución de Octubre, p. 326
vuelve 19. Información personal.
vuelve 20. Smith, Carol, 1989: Cultura y comunidad. El lenguaje de clase en Guatemala. En Revista de Historia, Universidad de Costa Rica, No.20, pp. 33-64; Richard N. Adams afirma que desde los años sesenta existía esta reflexión entre los mayas: "Adrián Inés Chávez, fundador de la Academia de la Lengua Quiché, en Quetzaltenango, a principios de los años 60, y quien era una persona capaz de reelaborar los códigos simbólicos de las viejas tradiciones, a fin de crear una visión del mundo que hiciera posible entrar en la modernidad sin añadir contradicciones y desintegración interna a la comunidad indígena. El surgimiento de la identidad maya." En Historia General de Guatemala (Versión para Windows, 1999)
vuelve 21. Sandoval, Miguel Ángel, 1997: Los años de la resistencia, Guatemala: Editorial Oscar de León Palacios, p. 89
vuelve 22. Flores, 1994, pp. 259 y 294
vuelve 23. Jonas, Susan 1994: La batalla por Guatemala, Guatemala: FLACSO-Editorial Nueva Sociedad, p. 155
vuelve 24. Entrevista a César Montes.
vuelve 25. Le Bot, Yvon, 1997: La guerra en tierras mayas. Comunidad, violencia y modernidad en Guatemala (1970-1992), México: FCE, p. 249
vuelve 26. Sandoval ejemplifica con la llamada "fuerza moral" de algunos combatientes que dió lugar a la creación de una elite al interior del insurgencia armada, op. cit., p.31; Fortuny lo señala también para el PGT, véanse los mecanismos de elección entre los comunistas: Flores, 1994, p. 334; en páginas anteriores Fortuny afirma que el fracaso de los comunistas se explica porque son partidos de elites, no de masas (p. 313).
vuelve 27. Le Bot, 1997, véase la nota al pie en la página 111 de la obra citada.
vuelve 28. Gleijeses, Piero 1997: Grappling with Guatemala's horror, En LARR, Vol. 32, No. 1, p. 231
vuelve 29. Tutino, John, 1986: De la insurrección a la revolución en México. Las bases sociales de la violencia agraria 1750-1940, México: Editorial ERA, pp. 9-44. Ha sido de mucha ayuda la discusión de estos temas con los estudiantes de décimo semestre del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma de Aguascalientes en la materia Modernidad, identidad y movimientos sociales en el siglo XX: América Central el cual impartí entre enero y junio del año 2000.
vuelve 30. Entrevista de J.D.C. a César Montes.
vuelve 31. Entrevista de J.D.C. a César Montes.
vuelve 32. Una imagen idílica de la ciudad de Guatemala se encuentra en Díaz Castillo, Roberto, 1994: Las redes de la memoria, Guatemala: FLACSO, pp. 25-26; para una mirada sociológica véase Gellert, Gisela: Ciudad de Guatemala. El proceso de expansión metropolitana. En Historia General de Guatemala. (Versión para Windows).
vuelve 33. Entrevista de J.D.C. a César Montes.
vuelve 34. Rude, George, 1981: Revuelta popular y conciencia de clase. Barcelona: Editorial Crítica
vuelve 35. Sandoval, 1997, p. 58 y ss. Las negritas son del autor.
vuelve 36. Julio César Macías, op. cit., p. 33
vuelve 37. Este tema está tratado en la obra de Yvon le Bot ya citada, específicamente en las páginas 111-133
vuelve 38. Figueroa Ibarra, Carlos, 1997: Centroamérica. El marxismo que nos dejo la guerra fría. En Anuario de Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Aguascalientes, tomo II, p. 46
vuelve 39. Fontana, Josep, 1982: Historia análisis del pasado y proyecto social. Barcelona: Editorial Crítica, pp. 214-229
vuelve 40. Schwartz y Jacobs, op. cit., p. 67.
vuelve 41. Carrillo, Norma Natalia, 1995: Mujeres, autoimágen e identidad en el oriente de Guatemala. En Anuario de Ciencias Sociales, Universdiad Autónoma de Aguascalientes, tomo I, p. 231
vuelve 42. Hobsbawm, Eric, 1998: La era del imperio, 1875-1914, Buenos Aires: Editorial Crítica, p. 11
vuelve 43. Me inspiro por el título y el sentido de la frase en el libro de Donghi, Tulio Halperin, 1987: El espejo de la historia. Problemas argentinos y perspectivas latinoamericanas, Buenos Aires: Editorial Sudamericana
Bibliografíaarriba
Adams, Richard N., 1964: Introducción a la antropología aplicada, Guatemala: Seminario de Integración Social Guatemalteca, Editorial José de Pineda Ibarra
Carrillo, Norma Natalia, 1995: Mujeres, autoimágen e identidad en el oriente de Guatemala, En Anuario de Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Aguascalientes
Carrillo, Ana Lorena, 1998: Guatemala: la identidad, la escritura y la vida, En Géneros. Universidad de Colima
Díaz Castillo, Roberto, 1994: Las redes de la memoria, Guatemala: FLACSO
Figueroa Ibarra, Carlos, 1994: El marxismo que nos dejó la guerra fría, En Anuario de Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Aguascalientes
Hertz, Rosanna/Imber B., Jonathan (eds.), 1995: Studying elites using qualitative methods, SAGE Publications
Higley, John/Lowell, G., 1980: Elitism, London: Routledge & Kegan Paul
Higley, John/Gunter, Richard, 1992: Elites and democratic consolidation in Latin America and Southern Europe, Cambridge University Press
McCleary, Rachel M., 1999: Imponiendo la democracia: las elites guatemaltecas y el fin del conflicto armado, Guatemala: Artemis Edinter
Schirmer, Jennifer, 1999: Las intimidades del proyecto político de los militares en Guatemala, Guatemala: FLACSO
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