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viernes, 9 de diciembre de 2016

¡Meditemos sobre el peligro fujimorista!


En un universo parejo por todos los costados, la luz del cielo siempre será  anchurosa, incluso durante la  noche. Lo que equivaldría a decir que en el universo del oscurantismo en el Perú, el analfabetismo y la ignorancia siempre será resplandeciente. La paradoja brutal de hoy, es que la inminente censura del ministro de educación, Jaime Saavedra, es ejecutada por una pandilla de rufianes sin educación. Por una cuadrilla de golfos demagogos e iletrados a quienes se deja en sus manos, o en sus garfios, los destinos de la política educacional y cultural de la nación: La libertad de legislar en favor de los mercaderes de la educación y la contra cultura. El  derecho de imponer la mediocridad como divisa universitaria y como fuente segura de enriquecimiento rápido e ilícito.

Es, sorprendente y chocante lo que se ve en la multiplicación de mentiras, contradicciones y  paradojas de los fujicongresistas, que llegan a soliviantar el mismísimo sentido común y a la mismísima paciencia.  Lo que están haciendo es hundir al Perú en el estiércol, en la deyección total. Una desvergüenza inadmisible.

PISA tiene mil veces razón, porque calatea nuestra realidad comenzando por el Congreso.  Porque exhibe ante el mundo entero, nuestra mediocre posición en el ranking de la educación y la cultura en general que no han evolucionado de un solo ápice. Y no avanzar se conjuga con retroceder. Ello se autentifica, primero, con el infamante bajo  nivel cultural y educacional de los llamados padres de la patria. Con la vergüenza de sus declaraciones supinas, cómicas, insólitas, incultas y mal honestas. En el extranjero, el barullo grosero de los congresistas  se sintoniza en medio de gritos insultantes y violentismos matonescos. Sin rastro de educación, sin huellas de cortesía, sin indicios de civilidad ni respeto por la dignidad humana: La pura chacra trashumante, errática…

La actuación tragicómica del  fujimorismo en el Parlamento de la Nación, es una bofetada a la decencia. Una embestida brutal contra la razón y la inteligencia. Un esfuerzo claro por sembrar la discordia y aniquilar  a un gobierno que se debilita inexorablemente,  en proa a un golpe de estado que se anuncia  y se persigue entre las bambalinas secretas del poder fujimorista.

No sé por qué, pienso que los motores de los tanques serán, dentro de poco, sometidos a ejercicios de calentamiento. La ciudadana japonesa, ferviente devota de  sus ancestros imperiales, quiere sentarse ya en el sillón presidencial. En el acto. Su ambición de poder es demasiado grande y no puede esperar ni correr el riesgo de los imponderables que la asechan hasta el 2021. Para ello, hay que arrinconar al ejecutivo, a la “brava” y a como dé lugar, como hicieron los apristas con el timorato Belaunde, antes del advenimiento de Velasco Alvarado. La fórmula de un golpe militar por algún grupo castrense resentido y pro fujimorista, es una eventualidad que su estado mayor baraja…Único medio para gobernar  contra la enorme oposición que despertará en la ciudadanía y a la que tendrá que enfrentar, por la fuerza… o por la fuerza…

¡Meditemos!