Una bomba ajustada negligentemente a la cintura, ha
suicidado para siempre a David Cameron.
Ultimo y primer Primer Ministro de la época: “Después del “BREXIT”. La ruptura de los débiles
palitos que ligaban, desde 1973 a Inglaterra y a la Unión Europea, ha sido
trágicamente consumada.
Después de cuarenta y cuatro años
de relaciones que oscilaron entre el amor, el odio y la ambigüedad, el divorcio
se oficializa a partir de este jueves 24 de junio, con un “BREXIT” cuyas
incalculables consecuencias económicas y sociales en el continente, son
evaluadas con estupor en ambos costados de la macha. La onda de choque, puede alcanzar a las
playas más lejanas del mundo.
No es que la Unión Europea haya
sido un dechado de fidelidad, al menos con sus principios fundadores, que justo
al salir de la segunda guerra mundial, fumeaban de ideas y postulados
solidarios, sino que ha sido, aunque sea
difícil de aceptar, transformada en una madriguera de claudicaciones. Sus altos
dirigentes no elegidos democráticamente, han construido un espacio económico y
social que ha destruido y continua a dinamitar todos los sistemas de protección
de los trabajadores, duramente obtenidos en los años 70.
Esta política de sabotaje de las
condiciones de vida y de trabajo de las clases populares, corre el riesgo de
extenderse a otros países de la Unión Europea, a quienes la bota autoritaria de
La Comisión, ha conminado a los pueblos a aceptar sus injustas resoluciones sin
chistar, o morir. Tal, el flagrante caso de avasallamiento y de humillación que
hemos visto utilizar contra Grecia.
Europa es el continente más contaminado por la
epidemia neoliberal. Virus que ha
logrado entronizarse en todas las instituciones de la Unión, como en La
Comisión, en el Parlamento Europeo, en el Banco Central Europeo, en el Euro
Grupo y en otras instituciones con poder decisional, lo cual ha pervertido a la
Unión Europea y ha hecho de ella una maquina muy bien aceitada de protección
irrestricta de los intereses, de los verdaderos patrones del mundo, es decir,
las transnacionales. La infección que continúa a desarrollarse de manera
exponencial, se muestra cada vez más irreversible, más soberbia, más
ostentadora y más brutal.
Las previsiones del destete
inglés, se cifran en dos años y desde hoy ya se perfilan los métodos que
excluirán toda piedad. Toda clemencia contra todo aquello que no esté conforme
con la voracidad, de aquellos que pudieran sentirse afectados en la primera
trinchera. Es decir, el gran capital financiero. El mismo que ya husmea cómo
sacar las mejores ventajas de esta esta tragedia. Actitud que convoca a los
pueblos de la Unión a la más rápida
desafección del proyecto europeo, que ha perdido definitivamente su alma,
renunciando a los ideales de prosperidad compartida, en beneficio de la
idolatría del mercado, de la angurria ilimitada del mundo financiero, de la
tiranía de la austeridad impuesta por la eurocracia...
Solo queda un camino. Aprovechar esta excepcional ocasión para convocar a la
constitución de una Asamblea Constituyente Ciudadana de ancha base, que
proclame nuevos principios de organización continental, nuevos líderes salidos
de justas lides electorales, en el contexto de una visión política e
ideológica, de solidaridad, de justicia social, de justicia ecológica y de
democracia real.
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