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domingo, 11 de septiembre de 2016

PPK SACA RONCHAS CUANDO BAILA

Algunos periodistas y una parte de la intelectualidad que se irroga el derecho de “aconsejar” al Presidente de la Republica, critican a este último, de combinar sus actividades políticas, con bailecitos originales y bien ejecutados.

Prudentemente, yo me afilio a la citación de Nietzsche, que consideraba como un grave desperdicio, el día en que no podía bailar. O como decía el marsellés, Maurice Béjar: Bailar tiene un mínimo de explicaciones y un máximo de sensaciones. Cuando el gringo PPK baila, no tiene mucho que relatar, pero tiene mucho que decir. En cambio, la japonesita Fujimori, cuando camina con las polleras andinas (prestadas para fotografiarse), parece bailar el Nihon Buyo, un poco acelerado y sin tener nada que decir…

El gringo PPK me resulta simpático, aun cuando nos separa un abismo ideológico de profundas antipatías. Pero cuando baila, justo es reconocer que posee un estilacho locuaz, que amenaza de convertirse en exclamación poética. Lo que confirma aquello que alguna vez dijo Paulo Cooelho, que el baile es una de las formas más perfectas de comunicación, con inteligencia infinita…

Bailar en permanencia como lo hace PPK, cuando tiene 73 espadas de Damocles que empuñan 73 cretinos, es como bajar al infierno y escupir al diablo. Con un poco más de sensualidad en sus bailes, es claro que PPK sacará a bailar, uno de estos días, a la japonesita Fujimori y como decía lúcidamente Kundera, el erotismo es como el baile: una parte de la pareja siempre se encargará de manejar a la otra… El cerebro crea el pensamiento y el baile es uno de sus lenguajes…No hay que angustiarse, el gringo terminará por bailar con su pareja… al fin y al cabo, son de la misma camada…


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