publizida.es

sábado, 15 de noviembre de 2014

Fernando Raimondi Uribe o la muerte inútil

El joven de 22 años, estudiante de periodismo que trabajaba para la revista Caretas y a quien se le encomendó investigar un tema tan peligroso como "el sicariato", fue, de toda evidencia, asesinado fríamente a raíz de sus arriesgadas exploraciones en el telúrico mundo del hampa.
Fuera del hecho indignante que el Perú persigue con desesperación, aspirar a la segunda plaza en el pódium del crimen latinoamericano, después de México por supuesto, hay preguntas más cercanas al 
corazón y a la rabia fulminante, que es necesario formular:

¿Fernando Raimondi Uribe estaba legalmente contratado?  

¿Cuánto percibía para formar parte de la "unidad de investigación" de "Caretas"?  

¿No es acaso elemental, encargar ese tipo de trabajo a un periodista profesionalmente cuajado y de experiencia?

¿Invocar los méritos de tesón y entrega personal de Fernando, pueden justificar la temeridad 

irresponsable de enviarlo a la boca del infierno?

La prensa peruana ignora la repugnancia que suscita, en el  exterior, su comportamiento ladino y marrullero. Desde hace demasiado tiempo se encuentra sumergida entre la arrogancia de su mediocridad y la total ausencia de moral y de ética. Manchada de un comportamiento  hipócrita y reptiliano, es capaz de ser pérfida incluso con sus propios servidores y de  gambetear con la explotación y la mal honestidad y, al final, quienes pagan la  factura, siempre son personas como Fernando a quien obligaron a transitar,  de manera escueta,  desde la primera página de los diarios hasta las páginas del olvido. Hoy, esos mismos diarios, no cesan de glorificar el trasero silicónico de starlettes sulfurosas. Esa es nuestra prensa.





No hay comentarios: