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lunes, 14 de julio de 2008

LAS INSOPORTABLES INDECENCIAS DEL APRA

(Vira Gasot)


A casi
una semana del paro nacional, la mayoría de los comentarios y de los análisis políticos del mismo, se reducen a una exaltación ponderada o a una denigración infamante de sus resultados, según la postura política de cada cual.

La postura del gobierno y de sus monaguillos, ronda en la indecencia y la encabeza su redondo líder, con sus curvilíneas declaraciones a las que nos tiene acostumbrados, declaraciones con ribetes de incendiario hoy, y con ribetes bomberiles al día siguiente, o al revés:

El Mesías del paraíso perdido, nuestro excéntrico y chiflado presidente, acordaba acentos de legitimidad y de comprensión por el paro al comienzo del mismo, para luego denigrarlo y minimizarlo al 5 % de seguimiento, al día siguiente de su realización.

¿Es un brillante volteretaso que da lustre a su muñeca política? ¿O es el gesto de clásica mezquindad interesada, que los mediocres utilizan para escamotear la verdad de los hechos?

Saberlo ya no interesa tanto, porque es conocida la inicua imagen, la imagen de mentirosos, de fanfarrones parcializados y de fanáticos hasta la traición, que los militantes apristas llevan injertos en sus células, y que su máximo líder ejercita con aborrecible destreza pedagógica.

Que hubo mucha gente, o que hubo poca gente no es el quid del asunto. Para los promotores y para los detractores animados de sinceridad, lo único que interesa debatir, honestamente, es si el bendito paro tenía justificaciones morales y si esta extrema medida de fuerza fue la respuesta justa a la indiferencia gubernamental, frente a sus espejismos de una economía floreciente que se afana en demostrar y que para la mayoría de la población, es inexistente, porque el hambre está allí, dramáticamente presente y no se puede disimular y mucho menos ocultar. Las razones del paro son legítimas, lo ilegítimo e indecente es soslayarlas.

La doblez y la miseria conceptual que los Mulder y la cohorte de sabandijas apristas en los que se sustenta, tienen de la lid en política, han creado, para vergüenza de todo el Perú, un spot publicitario con el auspicio de un reo repudiable y en pleno proceso judicial y a quien, además, le acuerdan veracidad y autoridad a sus declaraciones por la desmovilización del paro. El APRA no vacila en servirse hasta de la delincuencia, como método de gobierno. Es como si el capo de la cocaína, Don Pablo Escobar, hubiera sido escogido por su gobierno para publicitar un sopot en contra de la droga. Un mamarracho de contrasentidos inmorales y absurdos. Eso es el APRA, ¿qué les parece?