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viernes, 6 de febrero de 2009

EL ZAPATAZO

Nikita krouchov, es sin duda el primer personaje político de la historia que inauguró el uso del zapatazo como método de protesta. Ello ocurrió hace casi un medio siglo atrás y la historia recoge y confirma el hecho, señalando que el protagonista exacerbado fue el calzado zurdo del voluminoso aparachik.


Ello ocurrió en la Asamblea de las Naciones Unidas, cuando una bulliciosa oposición impidió el discurso del líder soviético, provocando en él una cólera monumental que le obligó a servirse de su zapato como si fuera un martillo, el cual golpeó frenéticamente sobre lo que creyó ser un yunque, cuando sólo se trataba de un humilde pupitre endeble.


En nuestro país, Ismael Frías, el que fuera secretario Privado de León Trotsky en la ciudad de México, también hizo volar por los cielos sus zapatos agujereados, los cuales aterrizaron forzadamente o forzosamente en la cabeza de Richard Nixon, cuando este visitó la casona de San Marcos, en mayo de1958, siendo masivamente repudiado al son inolvidable de GO HOME NIXON.


En estos tiempos modernos parece que el zapatazo regresa con fuerza a la moda. Después de Bush que supo esquivar a tiempo ese artefacto y una serie de tantos otros, el Embajador de Israel en Suecia viene de recibir en plena cara una agresión de zapatería volante, lo que sin duda, va obligar a los organizadores de conferencias que prohíban el uso de zapatos, en aquellos coloquios donde nadie se siente bien en zapato ajeno, sobre todo cuando es difícil explicar lo inexplicable, como la absurda e inhumana guerra en Gaza.


Mientras tanto, el mítico Mountazer al-Zaidi, el periodista que concedió a Bush la escenificación de su último acto público de impopularidad, continúa en la cárcel desde noviembre del año pasado, ignorando que es él, el responsable de una ola frenética de lanzamientos de zapatos que van desde la Universidad de Odesa, hasta la China, con el Primer Ministro Wen Jiabao, pasando por parís con el Ministro de la enseñanza superior, ambos victimas de sendos zapatazos y, pasando por Lima también, donde me informan que hay algo que se prepara. En efecto, García encontrará la horma de su zapato cuando reencuentre a su víctima de la memorable manifestación donde él se abre camino al andar, a punta de innobles puntapiés.
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A la gente que me leé. Gracias. Yo no sabía que eran tantos. Mi ausencia se conbina por el cambio radical de mi situación personal. Una nueva compañera rusa ha entrado en mi vida, he cambiado de casa, de trabajo etc. etc. Creo que ahora seré un poco menos irregular. Graias, muchas gracias.