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lunes, 11 de octubre de 2010

LEGALMENTE ILEGAL




Olivier Masset-Depasse, es el autor de una película que el ha titulado ILEGAL. En esta película, se desarrolla un aspecto de la víacrucis que debe sufrir una mujer de nacionalidad rusa que no tiene la documentación oficial para residir legalmente en Bélgica. A este tipo de personas se les denomina, “sans-papiers”. Apelativo que deberíamos comenzar por recusar a causa de sus matices despectivos y/o hasta despreciativos.

ILEGAL, es sin duda, una película que pone el dedo en la llaga para abrir el debate necesario sobre la compleja situación de los indocumentados, porque nos introduce en el centro de una problemática que pone en evidencia la crueldad y la violencia de una sociedad que ostenta la riqueza y que entiende defenderse con disposiciones administrativas ineficaces y a menudo injustas.

La creación de los centros cerrados para “albergar” temporalmente a los indocumentados en situación de clandestinidad, es un ejemplo de ese tipo de medidas grandilocuentes que son más bien “des gouffres” predadores de presupuestos tan inmensos como innecesarios. Ellas, hablando de las medidas administrativas del Estado, lejos de resolver el problema en su esencia, contribuyen a extender el fenómeno y a perpetuar el sufrimiento y la exclusión de los indocumentados. Esos dramas llegan a alcanzar grados de intolerancia y de deshumanización y hay que esperar la denuncia espectacular, como lo hace ILEGAL, para llamar la atención de la gente y hacer, aunque sea solo por unos instantes, que ellas puedan imaginarse en los zapatos de Anne Coesens, la actriz principal de ILEGAL que dicho sea de paso, desempeña un rol sobresaliente en el papel de Tatiana (Tania).

La realidad cotidiana de esos centros cerrados despersonalizan al individuo, hasta reducirlos a un número. Un numero que los identifica y que les priva de los derechos más elementales como son el derecho a la intimidad y el derecho a dirigir la vida de sus hijos y la suya propia, centros que parecería que asumen tal responsabilidad por que se interponen entre la familia con sus disposiciones inapelables.

ILEGAL, Toca un tema particularmente sensible en el seno de la numerosa colectividad ruso hablante de Bélgica, en donde existen de manera subterránea dramas humanos de increíble gravedad, que conciernen, entre otros problemas, el abandono de las mujeres y de sus hijos en situación de clandestinidad, (cada 6 de 10 mujeres son abandonadas por su primer marido), la pérdida de identidad en el caso de personas que por miedo o por inseguridad se vieron forzadas a cobijarse bajo nombres supuestos y el abuso y la explotación de patrones sin escrúpulos o de propietarios que ofrecen inmuebles insalubres y sin calefacción, pasando por las redes organizadas de la trata de blancas. Bravo pues a ILEGAL y esperemos que Canes pueda consagrar a esta magnífica película.

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