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viernes, 22 de octubre de 2010

Ministro prefiere incorporar Bélgica a Alemania.


En el conflicto institucional que vive Bélgica y que amenaza en transformarse en conflicto constitucional debido al impase, aparentemente insuperable, entre las formaciones políticas que representan a Walones y flamones en la discusión sobre el futuro del país, una novísima alternativa, altamente discutible viene de ser lanzada hoy por el Ministro de Energía, Paul Magnette. Según él, en caso de escisión, la Walonía franco-hablante tendría “interés” en incorporarse a Alemania, por que “Francia posee una cultura que está en las antípodas de la nuestra” El ministro socialista belga agregó, “si algún día tendríamos que incorporarnos a alguien, eso será más bien con Alemania. Eso está más de acuerdo con el interés industrial de la walonía” explicó hoy en el periódico “La Libre Belgique” Paul Magnette, personaje importante del partido socialista belga (PS).
“Cuando veo la situación en Francia, comprendo que no quedan sino tres incorporacionistas en Walonía” agregó el Ministro, desestimando la corriente minoritaria que propone la unión entre la región franco-hablante del sur de Bélgica y Francia, señalando de paso que, “ser incorporado a un país cuya cultura se encuentra en las antípodas de la nuestra, es ridículo. Entre nosotros no hay un solo automóvil que se quema, porque negociamos, porque tenemos una cultura de concertadores. No vamos a dejarnos imponer de un solo golpe, un plan sobre las pensiones, por un gobierno autoritario...”
El antiguo profesor de Ciencias Sociales y Políticas y hoy brazo derecho del presidente del PS, Elio Di Rupo, afirmó también que, “Hay una ruptura cultural con los franceses” y con los alemanes las simetrías son más notorias porque ambos países están dentro de un sistema federal proporcional, de concertación social y que ellos “saben cómo hacer coaliciones”
Bélgica, desde hace tres años sufre una grave crisis política en razón de las divergencias que oponen a flamones y franco-hablantes, siendo los primeros quienes avanzan sobre la mesa un programa nutrido de reivindicaciones por una autonomía regional sui generis, amenazando con provocar una mayor polarización.

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