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sábado, 26 de octubre de 2013

Espionaje sin espias

CONVERSACIONES EN LA
CAPILLA ARDIENTE

Victor Raul Gamarra Sotomayor


El escándalo que ha provocado la revelación de las actividades secretas de la NSA nos impone una reflexión o más bien varias reflexiones sobre los alcances y consecuencias de este hecho.

Sin duda, las indignaciones y la reacción de un buen número de dirigentes europeos espiados por sus aliados americanos, comenzando por el canciller alemán, Angela Merkel, no ha sido otra cosa que la teatralización de una protesta destinada a guardar las formas. En Europa, todo el mundo espía. Ese viejo deporte ha sido inscrito en las primeras páginas de la antigüedad y, desde entonces, las guerras y las alianzas han sido precedidas de una intensa actividad de espionaje, cada vez más sofisticada, al punto que la tecnología de hoy a casi liquidado a los agentes secretos de carne y hueso, obligándolos a colgar, definitivamente, sus impermeables, sombreros y lentes obscuros.

El espionaje americano que ha logrado penetrar en la intimidad de millones de personas (70 millones de comunicaciones interceptadas en un mes, entre diciembre y enero) es, en realidad, la punta de lanza de un proyecto universal destinado a controlar, tecnológicamente, a todos los seres humanos de la tierra, con el propósito de vigilar su relativa libertad y explotar sus hábitos de consumo para encuadrarlos dentro de una estrategia de explotación económica, “racional y eficaz”.

La estructura de este sistema tiene sus pilares en el plano político, a todas las instituciones dedicadas a la recolección de informaciones, como la NSA, el FBI y la CIA. 

Esas son las cabezas visibles de la enorme red de servicios especializados de información, sustentados y dirigidos por la Casa Blanca.

En el plano social y comercial, Google et Facebook, más una gran cantidad de sociedades similares, son las entidades que se ocupan de recolectar la informaciones personales, desde las más inocentes hasta las más íntimas o secretas.
Los usuarios de esos motores de búsqueda son los proveedores fundamentales de la información que colecta la CIA, facilitando de esa manera su trabajo, a partir de la exposición gratuita  de sus datos personales.


El mundo entrará, en muy poco tiempo, en la era del súper espionaje a escala universal. La información recolectada, permite ya, en la actualidad, construir productos adaptados a la personalidad de cada cual. En el futuro, el internet de los objetos inteligentes, dotados de la capacidad de rebuscar hábitos y costumbres personales, permitirá un   enriquecimiento exponencial, transformado así el marketing, tal como lo conocemos, en una actividad fósil. Nosotros somos, en suma, los productores de la información que genera la riqueza de otros y, por lo tanto, la consolidación de la dominación y de la explotación. Dentro de este contexto ¿cómo no relativizar y considerar como un hecho menos importante el espionaje entre Estados, que la sistematización tecnológica de la información del ciudadano, al servicio de los grandes capitales industriales y financieros?

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