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domingo, 1 de marzo de 2009

CACABANILLAS CACASENAY TOMBITAS CALATAS



El primer desliz
acaba de producirse: Sancionar sin investigar y sin proceso administrativo. Imaginar por un solo instante la sexualidad de la Cabanillas -lo que de por si es una tarea dura, una ruda prueba-, sospechándola cómo se chorrea y cómo se abandona lascivamente a los juegos duros y secretos de su alcoba, cómo se entrega sin reservas al dulce goce de su haber sexual, para luego decretar con “mano dura”, que las tombitas a quienes les colgaron sus inocentes travesuras en la red, han cometido un acto impúdico… castigándolas demagógicamente con dos meses sin goce de haber… Eso, es una triple invitación para penetrar en los arcanos de la hipocresía y la deslealtad consigo mismo.

Es, retornar al Brabante monacal de la edad media: “No queremos “vedetistas” que estén dispuestas a proteger el orden público desnudas”. Es la voz presidencial del falso puritano que destruye las bondades egregias y naturales de la piel, el que se aterra de sus propias impulsiones pero brinca, hipócritamente, con la lujuria tenebrosa y mórbida de los verdaderos enfermos de sexo. El puritano es un traidor.

Es, exaltar la facundia apristona de la doble moral con su inmoral presidente a la cabeza, que sabe tanto de conyugal como de brincadas extraconyugales, como cuando sale a la palestra para justificar sus deslices o para felicitar los de su pupila, que no busca otra cosa que acariciar, fálicamente, todos los efectos mediáticos que amplifican su imagen de presidenciable aunque legalmente cometa una falta grave, castigando injustamente a las gatitas “Fénix”… Aunque esas mogigatadas oculten lo esencial de su misión, que es perseguir a la verdadera corrupción que reina por todo el país.

Al fin y al cabo, el fin justifica los miedos. El doctorcito lo ha dicho célebremente a las autoridades estatales: “Brínquense sobre las normas y gasten sin temor a las leyes ni a los controles…”

Son las pautas referenciales de la filosofía aprista del robo, disfrazadas de una falsa eficacidad administrativa.