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viernes, 31 de agosto de 2007

ORACIÓN DEL BLOGGERO

Bendito y alabado seas ¡oh blog bien amado!
Tú que me reflejas en un gigantesco espejo,
Alimentándome con la admiración de lo que escribo,
Y perdonándome por lo que, debiendo, no describo.

Benditos sean los comentarios y el halago reconocedor,
De mis talentos incuestionables de gran escritor,
De la vena de genio que me permite pavonear,
De lo poco que los otros me pueden ilustrar.

Bendito y alabado seas ¡oh blog bien amado!
Porque estimulas mi ego centrándolo a tu costado,
Convirtiendo mi pluma en eje de fundamentos irrebatibles,
En una post modernidad, que mi estilo globaliza a los irresistibles

Bendito sea el lector fugaz, transitorio, conocido, anónimo o escondido,
Por dejarme nadar en la profundidad de tanto tópico desconocido,
En la superficie agitada de la trivialidad fútil pero transparente,
En el océano de lo chic y lo decente:
Ser más importante que utilitario, es más trascendente.

Bendito y alabado seas ¡oh blog bien amado!
Porque muestras generoso mis cualidades en alto grado,
Porque aunque siendo orgulloso de mi formación media,
Escondes que soy ferviente y dependiente, admirador de Wikipedia.

jueves, 30 de agosto de 2007

HUAYNO CON FUGA DE CUECA

La responsabilidad histórica que augura a Chile, en caso de negarse a la extradición del ex Presidente Fujimori, comporta una bofetada a mano abierta, que asi mismo esta, comporta un desprecio violentamente ofensivo a la verdad, a la justicia y al derecho internacional. Pero sobre todo, comporta un puñetazo chileno a mano cerrada contra las justificadas expectativas latinoamericanas, de consolidar una jurisprudencia continental de respeto por las democracias, por aquellas democracias que han sido rudamente liberadas de las satrapías dictatoriales, satrapías que han hecho uso y abuso de las patentes de corzo, o de los autoproclamados derechos o licencias para matar, impunemente.

Negar la extradición del asesino de la doble nacionalidad, que accedió incomprensiblemente a la primera magistratura de la nación, será también para Chile, una incomprensible resolución que traducirá, la fuerte vigencia aún campante en ese pais, del mito de la independencia de los poderes del Estado, la certitud que el contra peso de la verdad y de la dignidad, se aplastan, confortablemente, por los intereses y cálculos políticos de menudas y deleznables ventajas inmediatas, por las transitorias prioridades internacionales que equivocan a menudo, dónde se encuentra la dignidad de un Estado Limpio con mayúsculas y dónde se encuentran las actitudes correctas, sin mácula de viciosas componendas, sin la sombra de oscuros tira y aflojes que enarbolan prebendas ordinarias y tenebrosas complicidades vecinales.

El expediente Fujimori, desde el punto de vista legal, no tiene vacíos sustantivos que lo inhabiliten. Al contrario, la abundancia argumental que se expresa en la sustentación de las acusaciones contra el ex presidente peruano, en situación de fuga, son de gran envergadura y de un saber hacer sin resquicios ni boquetes jurídicos cuestionables, lo que ha provocado que el Tribunal presidido por Alberto Chaigneau, dedique casi 6 horas el dia de ayer, a una discusión a donde lo probable, es que certifique una anormalidad que habrá que lamentar, es decir, claramente, el puje de consideraciones de orden político y de oportunidad, de una resolución de lejos decidida, inmediatamente después del fallo de Orlando Álvarez, que negó, el 11 de julio, la procedencia en bloque de la extradición, sin ninguna cortapisa.

Chile, perderá la ocasión de engrandecer su creciente preocupación por impedir la impunidad de ciertos criminales menores, a quienes confirmó, últimamente, las penas de prisión a perpetuidad y otras, pero en el ámbito de América Latina, perderá la oportunidad de sembrar un antecedente histórico que se aúne a la audacia europea de haber sentado el ejemplar precedente de perseguir a los grandes criminales de los derechos humanos. El reciente viaje a Australia, anunciado por el Presidente García, nos permitirá constatar si otras latitudes aceptan la deposición de numerosos peruanos que se sienten víctimas de las también criminales aventuras del mandatario actual y si están dispuestos a procesarlas, como lo hizo el Juez Garzón.

Si Chile nos acuerda un no, con bemoles o sin ellos, el Parlamento Peruano deberá obligar al consejo de Ministros, aunque sea el primer y único acto útil que patrocina, para que su titular, Don Jorge del Castillo, renueve y active la orden de captura por delito de homicidio calificado, del fugitivo y frustrado senador japonés a cargo de la INTERPOL que, según la revista Caretas, está estancada en el Concejo de Ministros, desde el 9 de junio pasado.

martes, 28 de agosto de 2007

EL GATO FAVRE EN EL DESPENSERO

Esta expresión muy utilizada en estos últimos dias, incluidos algunos diarios, que en el embustero juego de sus editoriales y comentarios alternan con sus loas veladas o abiertas, una que otra tímida crítica al gobierno (críticas que en el laboratorio de la comedia o de la hipocresía, no hacen sino, reforzar la certitud de su vergonzosa dependencia del régimen y del Apra), como es el caso del decanocivo periódico, “El Comercio”, no logran completar su sentido proverbial, ejemplarizando claramente y de un solo plumazo, la peligrosa presencia de representantes de la empresa privada, en la gestión de una obligación social que por antonomasia corresponde a los órganos del Estado.

Encarar y conducir la reconstrucción de la devastación telúrica, es una función específica del Gobierno, de los Gobiernos Locales y de los Gobiernos Regionales cuyos fiscales inmediatos son, o deben ser, las organizaciones sociales de la población, quienes den la garantía de buen uso del inmenso presupuesto financiero acordado y sin duda a multiplicarse. Es lo que se llama la transparencia desde la base.

Bien que toda sospecha de incorrección no sea por el momento, justificada, el comportamiento y la ética moral del Gobierno, debe consistir en no mezclar los intereses sociales del pais, con los intereses privados, cuya finalidad, también por antonomasia, son el lucro y el máximo beneficio económico posible. Lo contrario, sería aceptar estúpidamente por los tiempos de neoliberalismo depredador que corren, que una repentina transformación hormonal y genética, viene de operarse en el corazón de los capitanes de la empresa privada, quienes, introducidos en la despensa del Estado, solo actuarán como policías de tránsito, con la estampita del Beato San Martín colgada en el cuello. Ese cuento ya no se lo traga nadie y debe hacer pensar seriamente en el porqué, de la pertinaz tendencia de los periódicos y de numerosos periodistas comprados, cuando exaltan hasta la paranoia, las ficticias bondades de la privatización a ultranza.

El Gobierno debe desprivatizar las intenciones desmesuradas que rondan al proyecto de reconstrucción, a menos que la enorme tentación de un diezmo partícipe y poco cristiano, explique la salivación excitada del primer mandatario, que en sus megalómanas ansias de reconstrucción inmediata, encubre el germen desorbitado de la construcción de nuevas fortunas.

Si se quiere ayudar verdaderamente a la reconstrucción, hay que encarar a los damnificados, saber cuantos son y qué es lo que han perdido exactamente. Si de vivienda se trata, el estado debería en el acto promulgar disposiciones simples y eficaces, como por ejemplo, subsidiar, según los márgenes disponibles de recursos nacionales y recursos extranjeros recibidos, un porcentaje sensible de estos, en beneficio de aquellas personas que decidan reconstruir sus casas por si mismos, con materiales nobles y antisísmicos, prohibiendo el uso del adobe pero pagando la diferencia de su sustitución y liberándolos de toda carga impositiva. Es ilusorio hacer de otro modo, sin la existencia de programas variados de ayuda económica y material, multisectoriales, dado que el monto de un salario, no podrá concurrir jamás a pagar ni en cincuenta años, el costo de una vivienda. El estado, si quiere la intervención de la empresa privada, debe incentivar su participación, interviniendo en el abaratamiento de los materiales de construcción, a partir de subsidios, exoneraciones tributarias y otras ventajas fiscales. En suma, es de buen sentido social, de orientación social de lo que se trata, porque una devastación tan grande que ha golpeado mayoritariamente a los pobres, solo puede enfrentarse con en concurso desinteresado de todos.

lunes, 27 de agosto de 2007

SISMO Y CISMA EN BÉLGICA

Ese encantador Pais europeo, llamado Bélgica, se sacude y se debate hoy entre las cadencias desacompasadas de un sismo político, cuya magnitud ha sobrepasado todas las alertas rojas, y, la fase irremediable del desplome de las precarias estructuras que lo sostienen, parece rondar peligrosamente, como una espada de Damocles que apunta sobre el frágil cordón que aun sujeta, penosamente, la enclenque unidad del Reino y que puede dar paso a la separación de un matrimonio de razón, pero forzado entre “Walones” y “flamones”, dos comunidades social y lingüísticamente diferentes y contrapuestas. A ellas, en este mosaico de complejidades surrealistas, se adiciona la comunidad de expresión alemana que aunque minoritaria, también tiene algo que decir.

Cíclicamente, y sobre todo en las inmediaciones de cada elección sean estas municipales o senatoriales, siempre se han presentado disfrazados de una comprensible amplificación partidista, los revoltosos reclamos de mayor autonomía, provenientes del sólido norte del país, sólido porque concentra a una mayoría porcentualmente indiscutible de súbditos que enarbolan al león, como símbolo irrenunciable de la bravura flamenca y que año tras año, han obtenido cada vez, mayores y mejores concesiones, en el terreno de las competencias regionales.

Esta vez, la parte francófona del pais ha dicho niet. Los “walones” han sumado sus fuerzas políticas de orientaciones contrapuestas y han opuesto un
macizo frente de defensa de sus intereses comunitarios y regionales, caldeando, de esta manera, al rojo vivo, las tensas relaciones intercomunitarias
que amenazan de estallido.

En los cerca 8 años de gobierno del Primer Ministro, Guy Verhofstadt, las tensiones y la sorda lucha entre ambas comunidades mayoritarias del pais, han podido mantenerse a raya, fuera de los episódicos enfrentamientos verbales, que en permanencia animan la vida política de este pequeño gran pais, pero ahora, después de las ultimas elecciones de julio de este año, el espectro de la división del pais se perfila con mayor nitidez y hace temer, por las consecuencias insospechables de una tal eventualidad.

Ives Leterme, líder Demócrata Cristiano, ganador de las elecciones y Presidente de la Región Flamenca, recibió el encargo del Rey, Albert II, para formar un gobierno, en el esquema inevitable de una coalición, a cuyos probables integrantes ha planteado, desde el principio, sus exigencias radicales en materia de profundizar el federalismo, con ventajas ostensibles para la zona flamenca e inaceptables para la zona “walona”

Esas exigencias, tocan aspectos tan disímiles como la separación de los servicios de seguridad social, el empleo, la justicia y hasta el código de la ruta, dentro de la concepción extendida, según la cual, los flamones, por ser mayoritarios en la contribución fiscal, financian indirectamente a las ciudades walonas, incluidas sus ineficacias económicas.

Estas posturas extremas, se alimentan del conservadorismo a ultranza, que tiene su vitrina de nacionalistas ultras, en la ciudad de Amberes y cuyo radicalismo violento condena la política de emigración y reclama exclusividad en lo que toca a la nacionalidad, sembrando de paso, una terrible confusión que ha ganado ya, casi el 50 % de intenciones confirmadas de autonomía y separación, es decir, simplemente y puramente, la desaparición de Bélgica, de la misma manera que se produjo la desaparición de la Checoslovaquia.

Laterme, ha fracasado rotundamente en su rol de formador de gobierno. El Rey ha recogido la esponja arrojada con desesperación por su incapacidad de árbitro, y el impase, cobra las dimensiones de la incógnita en el porvenir inmediato, el fracaso de un nuevo formador, conducirá, inevitablemente a presenciar el desenlace del último acto unitario de ese pais, pais cuya generosidad e inteligencia, logró, paradójicamente, concertar en múltiples ocasiones, la unión de los europeos.

domingo, 26 de agosto de 2007

A FORRARSE CON FORSUR

Como si no habría sido suficiente la inmensa devastación que provocó la pérdida de vidas humanas, el terremoto del 15 agosto ha dejado pérdidas materiales cuyos montos no pueden calcularse con exactitud, a pesar de las cifras preliminares avanzadas por los organismos públicos. Sola certitud, los danificados han engrosado súbitamente el ya nutrido batallón de gentes sin techo, que se agregarán, sin demora, a los regimientos de la miseria que invade todo el sur del pais y que reclaman, legítimamente, una mayor atención gubernamental.

El sismo, por la magnitud de la devastación material que ha desorganizado también el esquema de la producción y el trabajo, la infraestructura de los servicios sociales, el trasporte, las comunicaciones y otros, viene de constituirse cono un factor inesperado de la agudización de las desigualdades socio-económicas, por lo que, el conjunto de esta situación, no puede concebirse bajo el prisma de un enfoque “inmediatista” y exclusivamente centrado en la reconstrucción de lo que ayer, lo construido, no escapaba a sus características de anómalo e inconveniente.

En otras palabras, frente a un cuadro alterado profundamente por la devastación, en todos sus aspectos, es necesario que el gobierno privilegie un sistema de trabajo planificado y de preferencia con la participación de la población y de sus organizaciones sociales, en la determinación de objetivos claros, metas cuantificables y calendarios financieros y de ejecución transparentes. No se puede por la libre y a ojo de buen cubero, lanzar en el aire, declaraciones tan líricas como irresponsables, de estilo: “Construiremos la autopista Lima-Ica”.”Habilitaremos el Puerto de Pisco”. “Construiremos un gran aeropuerto comercial”, u otras iniciativas declarativas, preñadas del megalomanismo presidencial, cuyo bravío colofón omnímodo se expresa y sintetiza en esta tozudez: “Si la naturaleza no nos quiere, la venceremos…” Y, todo esto, sin que el Congreso haya aprobado ni debatido ninguna prioridad, nada, ni esté oficialmente, enterado de nada de nada.

La euforia presidencial, sólo puede explicarse en esta súbita embriaguez de felicidad, que hace resplandecer y fosforecer en su retina, a miles de signos de dólares y soles entrelazados, como una gigantesca promesa de amor, presta a compartir con su viejo detractor, pero ante todo, nuevo comisionado reconstructor de su economía personal, un tanto alicaída sobre todo, después del cuento chino crepuscular y oscuro que se castró en el alba del jueves pasado.

Dejar la iniciativa de la reconstrucción de los pueblos que embistió el terremoto, a alguien del sector privado con gruesos antecedentes de inoperancia y macartismo, es anunciar una nueva saga de fábulas y fabulaciones que tienen la garantía del escándalo financiero. El escenario se diseña poco a poco, a la medida de la codicia y de las ambiciones: “El Fondo de Reconstrucción del Sur, con patrimonio propio y autonomía financiera y técnica, dependerá de la Presidencia de la República…” Sin comentarios. “El Director no tendrá carácter de funcionario estatal…” El Director y los otros cinco miembros “privados” que presumible y lógicamente no tendrán tampoco el estatuto de funcionarios públicos, estarán exentos de las evaluaciones y del control administrativo del Estado…La autorruta hacia el enriquecimiento ilícito, se libera de los escombros…

sábado, 25 de agosto de 2007

LA GUERRA DEl 79 Y EL 7,9

La guerra del 79, tiene su colofón caricatural en la guerra del pisco con Chile, que con el nuevo Pisco 7,9, inventado “genialmente” a la hora dolorosa de la extremaunción, el gobierno pretende agradecer, extraña, indecente e interesadamente a la desprendida ayuda internacional que recibimos después del terremoto del 15 de agosto.

El gobierno, piensa que los extranjeros son tan imbéciles como los peruanos, de los cuales tiene la certitud y asume que nadie dirá nada de la enorme vulgaridad de promocionar sibilinamente, la legitimidad del origen peruano del famoso aguardiente, aunque para ello, tenga que servirse de la inmensa devastación natural asesina, que no termina de sembrar el drama en nuestro pais y que alcanzó la magnitud 7,9 Richter.

Pisco 7,9, es la invención de un oportunismo flagrante, cuyos insumos inspirativos se sirven de hasta ahora 513 cadáveres y centenas de heridos, producto de una traumática deflagración telúrica que se abatió sobre el sur del Perú y cuyas consecuencias incuantificables nos espeluznan y conmueven a todos los peruanos del Perú y del mundo.

Esta es la filosofía oportunista del gobierno aprista y de sus allegados, una renuncia total a la ética y a la moral elemental, un saludo gallardo a la criollada que recibirá, sin duda, el púdico nombre de operación marketing, que ya provoca una airada reprobación nacional, pero que deja también, indeleble y gráficamente, las emanaciones alcoholizantes de una iniciativa infeliz y de pésimo gusto del gobierno, cuando sobre la tabla hay mucho que amasar, mucho que reflexionar y nada de tiempo que perder.

El gobierno debe atarearse a vislumbrar las alternativas de reconstrucción, velar que esta no caiga en la inoperancia, una vez más, como las tristes experiencias del pasado, cuando los gobiernos de turno, después de cada devastación producida por la cólera de la naturaleza, crearon las famosas Corporaciones de Reconstrucción y Fomento que en la práctica, fueron nidos sobre poblados de una burocracia inútil y dispendiosa, que no llegaron a reconstruir nada, fuera de algunos símbolos de concentración masiva, como estadios, algunas escuelas y muchas iglesias.

Toda reconstrucción seria deberá comenzar por el reconocimiento presupuestal de partidas destinadas a la prevención de catástrofes naturales, en armonía con el carácter ambiental de la espaciosa zona sísmica sobre la cual habitamos. Serán necesarios estudios intensos y profundos para determinar, en el marco de un programa de desarrollo coherente, los objetivos sociales y económicos que debe contener la acción pública del Estado, en el rediseño rápido y eficiente de una estructura urbana moderna, que contemple su interacción con las necesidades sociales en el ámbito departamental y regional. Hara falta una revisión fundamental del funcionamiento de los sistemas de defensa civil, dotándolos de una estructura eficaz y, sobre todo, dotándolos de recursos permanentes y disponibles en cualquier circunstancia en que la fatalidad convoque su participación. Es urgente redefinir el concepto de “Estado de Emergencia”, disgregando clara y eficazmente sus etapas y sus competencias intersectoriales e institucionales; que cada quien sepa qué hacer y cómo hacer, incluida la Presidencia de la Republica, para evitar la desolada y desolante conducta deanbulatoria e inoperante del jefe del Estado y de sus ministros.

La comunicación, que se ha revelado de una incompetencia mortífera e inaceptable, debe ser completamente revisada y substituida por una red permanente de emergencias, concebida en varias alternativas y sobre diferentes escenarios virtuales imaginados e imaginables, extendiendo su campo de acción a la vertiente de los transportes y de las vías de comunicación, para prever defectos y variables de substitución en caso de devastación natural u otros.

Producida la catástrofe, nunca más deberá reproducirse el tristísimo espectáculo de cadáveres esperando las diligencias mortuorias, como el acta de defunción, o las improvisadas bolsas negras, substitutorias degradantes de los catafalcos, o las ordenes del levantamiento que no llegaron o llegaron demasiado tarde, provocando la descomposición por la ausencia también total de una cobertura de refrigeración.

Sobre los heridos, hay que repensar todo para evitar los chocantes espectáculos de no disponer de ambulancias ni del socorro motorizado necesario, ni de los medios económicos para el transporte hacia otros hospitales o de prever un sistema de participación social en casos como este.

Será útil también, un código de conductas claro que extirpe toda tentativa de politizar una catástrofe que sume en el dolor a la totalidad de los peruanos
y que, el apetito innoble de la figuración, con finalidades de rédito político, al mancillar la dignidad de todos, mancilla también la imagen de nuestro pais,
pais que aparece ante los ojos del mundo, como una nación miserable hasta en el aspecto cívico y espiritual. Este código debe tocar también, la
irreflexiva genuflexión a los intereses políticos de ciertos articulistas, que no supieron dejar de lado sus inclinaciones partidarias, para disparar sin ritmo
ni tino en el momento en que la razón y las convenciones morales imponían la tregua. Hay, dos maneras de señalar los errores en estas
circunstancias, mostrándolos con un índice respónsale, o con un índice condenatorio y acusador…

jueves, 23 de agosto de 2007

QUE POCA COSA ES EL HOMBRE

(Vira Gasot)

El horror, transforma el gesto en inelegancias desmesuradas y la palabra, gruesa y atorada de nudos, se silencia y renuncia a reivindicar su utilidad, cuando el sonido de la devastación que engendra la tierra, envuelve el horizonte de polvo, con el bullicioso resultado mortífero de su cólera, cólera que apacigua, transitoriamente, nuestra condición de petulantes, nuestras ínfulas sediciosas de vanidad, nuestros humos de soberbia orgullosa que sitúan al hombre en el epicentro de una universalidad de miasmas:

Somos muy poca cosa frente a la naturaleza, somos poca cosa para el universo, somos un caos de fragilidad extrema y aún asi, abjuramos de la humildad, repudiamos la razón, desdeñamos la inteligencia de los animales y de los insectos y aún asi, nuestra egolatría fatua continua a provocar al magma y al ozono, y aún asi, seguimos mostrándonos como superhombres hinchados de saber y de ciencia, en la competición absurda por mantener la horrible irracionalidad discriminatoria, la horrible cara de la sociedad de divisiones y de la marginación en nombre de un progreso que no llega a todos y que se detiene en la puerta, desvencijada e inmutable de los más, siendo, lo únicamente cierto, que de hombres, solo tenemos el barro…

Los que extrapolaron otorgando sibilinamente a Ica el carácter de provincia encaramada en la ojiva del cohete, en la rampa del despegue, asociándola demagógicamente a otras latitudes que como en Irlanda, ha dejado penetrar la ostentosa factoría de las ilusiones económicas, sin resultados sociales de elocuencia, deben haber escondido la cara de vergüenza por que habría sido necesario que un terremoto, fluctuante entre 7 y 8 grados Richter, desmintiera sin piedad la farsa argumental de sus elucubraciones.

Estos comedidos defensores del liberalismo patibulario y canibalístico, que ponderaban hasta el delirio sus loas y salmodias capitalistas de una ilusoria prosperidad, por la implantación fortuita de una red de explotación agroindustrial de jugosas simetrías exportadoras, han permitido ser desmentidos por la fatalidad telúrica de la verdad. En Ica no había sino, un cascaron de miserables construcciones de barro y de quincha, la estructura de sus muros solo hablan de improvisación y de miseria, de un esqueleto descalcificado y anémico, de los residuos enmascarados del subdesarrollo cruel y crónico que sobrevive en las entrañas de la ciudad, con sus servicios sociales que datan del siglo 18, con hospitales descalabrados y con dispensarios de salud limitados y casi inexistentes, con una población demunida y remitida a una cotidianidad estricta de “dia a dia”, sin reservas de alimento ni de agua, ni siquiera para dos dias ; una población peruana que desfila vergonzosamente en los noticieros de información del mundo, en las mismas posturas de desesperación que la adversidad desampara a otras poblaciones miserables como en Biafra u Etiopia, suscitando en el corazón de las gentes, un sentimiento de piedad y de conmiseración.

Las groseras falsificaciones de solidaridad, ejemplarizadas en el gesto oportunista de muchos de los políticos en penuria de ranking, con el Presidente de la República a la cabeza, se han servido del marketing para competir y traficar con los sentimientos y con la desolación de los pueblos devastados, pero lo más grave, tampoco no lo es la condenable aparición masiva de maleantes y de ladrones, que también es un indicio social elocuente de nuestra indigencia extrema, sino la opacidad, la intransparencia en la distribución de las donaciones internacionales, la fabricación irrefutable del desorden, la sospechosa anarquía impuesta desde lo alto para revolver el rió y la tentación de convertirse en pescadores.

Hay que reconstruir, es cierto, pero devastando las mentalidades atrofiadas que dividen al Perú entre los que lo tienen todo y los que nada tienen. Todo damnificado es potencialmente un desheredado precoz, que ya conoce su destino en la sociedad que se divide en clases: la exclusión y su alejamiento a los extramuros de la ciudad; en viviendas nuevas, bien evidentemente, pero diseñadas al precio de su fragilidad económica, al precio del desprecio que la sociedad establece para los pobres, sociedad aquella que durante pocos minutos se dejó llevar por el fabuloso impulso de la solidaridad general, para volver, casi inmediatamente, a la odiosa filosofía del “tanto tienes, tanto vales”, vigente en el Perú, antes y después de cada terremoto.