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miércoles, 14 de noviembre de 2007

CIERRA EL HOCICO, CACHACO

(Vira Gasot)



De nuevo, los verdaderos bufones han descolgado sus mejores squecht para recitar, incansablemente y de memoria, los burdísimos libretos escritos por la sociedad internacional de la hipocresía y la sumisión. Más los otros. El pretexto, las declaraciones del Presidente venezolano, Hugo Chávez, que en un justo exceso de repugnancia llamó al pan, pan y al vino, vino.

Digamos, que sus declaraciones expresaron tenuemente la aversión bulímica que tenemos muchos millones de seres humanos en el mundo, por las asnadas estupefactas y putrefactas del neofascismo en general y por el mentiroso asno fascista, Aznar, en particular.

El quechua se adelantó prodigiosamente al atribuir a este nombre, un significado de pestilencias fétidas y nauseabundas.

Que el lugar no era propicio, que los invitados de marca sintieron la sodomía en sus castas y virginales orejas, que las convenciones de la diplomacia y del servilismo latinoamericano yuxtapuesto y sometido al pujante interés ibérico impide los excesos oratorios, que los benéficos ibéricos venidos a Santiago con Rey y todo a presidir el conciliábulo de los grandes chanchullos, a organizar la penetración orgullosa, sin dolor y sin urgencias lubricantes, a presidir la irrupción festiva de los pioneros de la yuca, a bendecir el falso cacareo de los modernos albaceas, que logran conciliar la demagogia de la cohesión social, con la gonorrea globalizante de la inversión por la inversión, aquella inversión con beneficios exclusivos, excluyentes y unilaterales; en fin, que el Rey no vino para escuchar las malacrianzas de un cachaco y toda la sucesión de etcéteras que se juzguen necesarias, allí están, todos. Todos juntos revueltos y solidarios en la cumbre aterrada de borrascas populares, sentados a la diestra de un grandazo por las huevas, de un papanatas ocioso y también fascistoide, el Fraguista Franquista o a la inversa, aquel mártir fanfarrón que Tejero elevó a la condición de Rey de los anacronismos imposibles y de las antiguallas duraderas, humanamente y socialmente vergonzosas.

El Rey vino a Latinoamérica a repartir maní, los cacahuetes simbólicos de su gratitud anticipada por la generosa y leal reentrega de nuestros recursos. Por la armoniosa concertación de estructuras sólidas e ideales para el saqueo moderno. Sus nuevos virreyes, prisioneros, además, de otro tipo de anacronismos objetables, sintieron elevar su rango social y hasta mejorar la pigmentación de su piel, por el solo hecho de haberlo tocado o de haber compartido, en el anfiteatro preparatorio de las grandes felonías, el fondo invisible de la mascarada, la gran traición que se prepara en contra de los verdaderos intereses de los pueblos.

Pero Juan Carlitos, también nos hizo reír con sus equivocaciones de tiempo y espacio histórico. Pocos se habrán dado cuenta de sus contracciones maxilares, de la violencia sañuda que ovalizó sus ojos hasta desorbitarlos, del rictus bilioso y belicoso de la exasperación, instalado indefectiblemente en sus cigomáticos faciales; Kafrune decía: “Tira el caballo adelante y el alma tira patrás”,

En suma, de cómo una cólera real, de soberano, puede transformarse en soberana cólera, incontrolable, abusiva, sin realeza ni respeto, solo con la pintoresca prolongación caricatural del gesto autoritario y soberbio del conquistador, gesto axiomático que renace divinizado entre todos sus mayúsculos músculos faciales de monarca incontestado, enconados; gesto acompañado con su grito-ordenanza de callarse la boca o más precisamente, de cerrar el hocico, en ese inmenso patio trasero de sus pertenencias perdidas pero recuperables que es América Latina, en ese hangar inmutable y voluptuoso donde todavía muchas gentes se inclinan, reverencian y aplauden, tanto sus desplazamientos al wc., como sus certitudes y sus caprichos de alteza lujuriosa, gesto incólume que finalmente nunca desapareció desde tiempos de la colonia, y que vivifica al mismo tiempo a Franco y a los príncipes mentores de las monarquías abyectas. España regresa a América con las mismas ambiciones pero con otras banderas menos descoloridas, El 2 de mayo heroico se gestó para nada. El Pizarro de los puercos ha resucitado.

Algunos tontos inútiles, rearmados de la cacofonía sociológica que abandonáramos hace 30 años, y que ponderan la clarividencia de la neutralidad y la independencia a la que denominan “científica”, osan desde su apoltronamiento intelectual y desmovilizador, ignorar que las masas empobrecidas de América Latina, han inaugurado un nuevo periodo en la historia de la humanidad, que crean y redefinen la solidaridad continental que crece y que aterroriza. Que ellas, comienzan a tomar resueltamente al toro por los cuernos y el combate se anuncia rudo y desigual entre dos alternativas inalterables, la primera, lucha por la devolución de la dignidad de los hombres sobre tierra americana y, la segunda, lucha por la perpetración al infinito de la explotación y la esclavitud, bajo normas y formas modernizadas.

Con Chávez o sin Chávez, estas coordenadas vociferantes son inocultables.

Los frentes, todos los frentes son útiles para conducir la palabra y hacer de ella una espada, empuñar la palabra certera de la revuelta y de la desobediencia es una obligación de los que creen en el amor y no en el odio, empuñar la palabra del rechazo a la impunidad y a los proyectos de impunidad que se barajan en las intendencias y en los palacios es una obligación moral, no hay nada más execrable en grosería, ignominia y en afrenta deshumanizante, que aquella que consiste en mofarse de las aspiraciones de justicia y equidad social de los que nada tuvieron y nada tienen, aspiraciones que nacieron justamente en la colonia y que se prolongan inauditamente hasta nuestros días. Que nadie se engañe ni se tape las orejas porque las revoluciones se alimentan de los olvidados en la miseria, de aquellos a quienes solo son de su propiedad las interjecciones: Un carajo de amargura bien plantado para maldecir la infamia de la explotación injusta.

La excepcional nobleza y dignidad de los que sufren, es incomparable e incompatible con los defensores del neoliberalismo devastador, con su batallón de pérfidos obsecuentes capitaneados por el eunuco sin harén, Aldo M., la muñequita Rodrich y sus similares de consonancias y coincidencias borbónicas y extranjerizantes, más todos los otros coríferos deslucidos y mediocres, esos que gratuitamente o remunerados denigran desde la prensa corrupta y desde la televisión vendida, contra Chávez, a través del insulto soez, la mentira exuberantemente organizada y la imprecación ramplona.

Los militantes y los que simpatizan con el venezolano, deberán sentirse mil veces mejor de equivocarse con una “patanería uniformada”, que atinar vergonzosamente con las certitudes del enemigo sin uniforme, los primeros son susceptibles de perfección, los segundos, siempre serán enemigos uniformes pero no invensibles.