palpitaciones y aproximaciones severas sobre lo que no somos y sobre lo que creemos no ser
lunes, 12 de marzo de 2007
HONRAR EL BOLSILLO: DON VARGAS LLOSA
(Vira Gasot)
En la edición del Comercio de hoy, aparece de nuevo un pintoresco artículo del escritor Mario Vargas Llosa, a propósito de un libro de Pierre Boncenne, donde este antiguo colaborador de Bernard Pivot, en sus emisiones literarias de TV, desarrolla una elegía desmesurada a favor de Jean -François Revel, patriarca mayor de la gauchofobía francesa y abanderado de la diáspora de intelectuales renegados, autodenominados anti totalitaristas pero que, en realidad, como lo es el propio Vargas, son enemigos jurados, de toda posición o pasión que reivindique el derecho de no ser pro imperialistas ni masoquistas.
A esta banda de gente, que también tiene el derecho de pontificar a sus ídolos, como: Pinochet, Bush, Aznar y tantos otros, hoy, no los vamos a criticar tan severamente. Dejemos, entre sátrapas, sacarse los trapitos… He aquí, un pequeño párrafo de otro legendario tránsfuga español, Carlos Semprum Maura, a propósito de los Boncennes, los Revel, los Vargas Llosa…
“Boncenne presenta con objetividad y simpatía la postura crítica y lúcida de Revel en todos las batallas intelectuales que han sacudido Francia, como España y otros paises: fue intransigente con el totalitarismo comunista, así como contra Sartre, Althusser, Focault y demás cantamañanas izquierdistas que tenían la sartén por el mango, y feroz contra la moda maoísta, que sumergió los salones parisinos en los que se veía no a Verdurin, pero si a Sollers y a muchos más.
Pero cuando el autor, para ensalzar a Revel, cita los comentarios favorables de Mario Vargas Llosa, me parece indispensable precisar que Mario ha cambiado. No se si fueron amigos hasta el final, es posible, porque Revel no era nada sectario con las personas, pero no estaba de acuerdo con los groseros insultos de Mario contra Israel, o su postura ambigua en la guerra contra el terrorismo y la intervención militar en Irak, por ejemplo.
Nadie puede entregarse impunemente al Imperio Polanco, para sus artículos, sus libros, sus conferencias, sus euros…sin que se note…”