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jueves, 8 de marzo de 2007

UN HOMENAJE A LA MUJER DEL PRESIDENTE







(Vira Gasot)

Pedagogía pedante
Clara y contundente, la Señora del Presidente de la República hizo la noticia con una sola frase: “Para saber a dónde vamos -le dijo a su marido-, es necesario una línea de base: En qué comenzamos, hacia dónde vamos y qué hemos alcanzado…”

La implícita preocupación de tan distinguida dama, se orienta en el sentido de reconocer, que hasta hoy, no existe un rumbo coherente y claro, en las acciones del gobierno. Acciones que se traducen, lamentablemente, en una improvisación constante y a la deriva, como el barquito borracho que navega en el proceloso mar de la incertidumbre…Homenaje pues, en el día de la mujer, a una mujer inteligente.

Mientras que, nuestro Doctorcito, cada día que pasa ahonda su certitud, mismo su convicción, ya profunda, que el Perú es un inmenso pastizal de su exclusiva propiedad, donde, el nutrido rebaño de rumiantes de todo género que lo habitan, tienen, en lugar de un cerebro, una inmensa bolsa elástica que contiene albóndigas de nitrógeno, fósforo, potasio y otros elementos químicos que constituyen el estiércol. Dicho menos prosaicamente: caca.

Si, señor, caca en la cabeza.

El doctorcito, ha decretado fastuosamente, también, que en el espacio que circundan los hitos y las alambradas de su inmensa comarca, no hay lugar para la memoria ni para la indignación, únicamente hay sitio para la sumisión y para la resignación incondicional. Los periodistas, son traidores si son independientes.

Todos sus súbditos, tienen como obligación perentoria, la de ofrecerle sus glúteos, una ofrenda colosal de nalgas resplandecientes, un patriótico homenaje a sus dedos en forma de yuca, babeantes de infalibilidad vanidosa, sátira y satírica.

Su léxico, avasallador, aunque embrollado de graves afrentas a la sintaxis y de rencillas subversivas y sucesivas, contra la gramática en general, y, contra los signos de puntuación en particular, inmortaliza una alegre profusión de abruptos que se concatenan, naturalmente, con el absurdo, lo extravagante y lo primario. Eso, hace de él, un magistral Apolonio Díscolo, a la inversa, o con graves defectos de clonaje.

A pesar de ello, el Doctorcito intenta hacer creer a su auditorio, que es fácil detectar garrapatas y ladillas, entre las piernas de un ánima.

Sabe convencer, a los ministros de su campo, que también es fácil torcer el pescuezo de un alma, para que no pene más.

Y, a los ministros que no son apristas, los envía a medir las emanaciones de gaz del padre eterno, insistiendo que el termómetro de gas, a volumen constante, es ideal para determinar, cómo anda la temperatura divina.

A los 200 funcionarios de la alta y codiciada estructura burocrática, los intimida, con la discreción pérfida de la amenaza subterránea: “Cada cierto tiempo hay que evaluar al funcionario. Por bueno que parezca hay que evaluarlo. Los maestros han aceptado ser evaluados y han sido evaluados. ¿Y los funcionarios? Hablo de los funcionarios públicos de confianza y no de los empleados públicos de abajo por ahí no va la cosa. A los funcionarios, a los que dirigen a los empleados públicos, una evaluacioncita de vez en cuando (cada 6 meses) no estaría mal…” Lo que en el manual aprista de traducción geométrica, en política, se lee: “banda de cojudos, eficientes o deficientes, dentro de poco, ¡afueraaaa! Necesito espacio para mis pirañas…”

Otra brecha que nos permite evaluar, la chabacanería maciza y chocante del chusco Doctorcito, estalla por todos los lados, haciendo agua en cantidades voluminosas, cuando afirma, por ejemplo, que su evaluación “abarcaría saber qué conocimientos administrativos y hasta históricos posee el burócrata para tener referencias con las que trabaja. El que no conoce historia no tiene referencia para funcionar… ¿como se evalúa? Mediante metas. No hay gobierno sin metas. No puede haber un gobierno que no tenga lo que mi esposa me insiste mañana, tarde noche; la línea de base: en qué comenzamos, hacia dónde vamos y qué hemos alcanzado… Vamos a pedirles a todos los funcionarios y miembros del Estado que me entreguen metas para medirlas en los próximos semestres. También vamos a evaluar a los embajadores. Hay que señalarles metas también a ellos…”

Los asustados Embajadores, hacen la cola; algunos, empapados de premoniciones cardiacas se sacan ya, los calzoncillos, con anticipada precaución.

¿Qué es lo que el Doctorcito podrá reprocharles?

Sin duda, la ausencia de Política Internacional seria, de lo que son clamorosamente “responsables”, la ausencia de una imagen positiva del Perú, sobre todo, después del circo ridículo que el Doctorcito protagonizó, a propósito de la cooperación técnica internacional. Sabe el Doctorcito, que algunos de sus embajadores deben cubrirse la cara con un enorme edredón, cuando se enfrentan a la inevitable pregunta de sus colegas: Tu patrón, ¿es, o se hace?

Pero, retornemos al speach presidencial, para organizar nuestra comprensión sobre lo que dijo o sobre lo que quiso decir, en la última reunión con la alta burocracia, este viernes: El Doctorcito viene de anunciar a la nación, lo que efectivamente es cierto. Es cierto que el Apra no tiene un programa de gobierno, que carece de un diagnóstico imperativo, al menos provisional, sobre cómo interpreta el carácter específico de nuestra sociedad, en su actual estado de desarrollo, en todos sus estratos. Antesala obligatoria para formular un plan coherente de causas y efectos.

Una lección elemental de Programación Administrativa, le habría permitido, no confundir la verborrea fatigante y obvia sobre la necesidad de “sus” metas, con aquellas que racionalmente se desprenden de los objetivos, preestablecidos que, no los menciona para nada, porque simplemente no existen y que, su inteligente señora, denomina, empírica pero intuitivamente, como: “Línea de base.”

Algunos de los burócratas eméritos, aquellos cuya ilustración metodológica en las ciencias de la Administración Pública, los han hecho llegar hasta donde están, deben haber sentido un colapso brutal de espanto, entre sus tripas y la garganta, por la alta densidad pacotillesca en las aseveraciones presidenciales; sobre todo, cuando tan suelto de huesos, de cartílagos y tendones, se les asignó la responsabilidad de fijar, a ellos mismos, las ¡metas del gobierno! No es de Ripley, señores, es de García…

Pero lo que es peor para ellos, es que, efectivamente, serán evaluados por un asno.

El Doctorcito, deja en claro que él y su partido, no son sino, una enorme mentira, un gigantesco engaño, un orfelinato monstruoso sin ideas fundamentales, que solo alberga entusiasmos secundarios de improvisación primaria y de ignorancia letal; ésa es la bufaleria inculta que nos gobierna, ¡eso es el Apra, qué les parece…!

También, esos son, a su imagen y semejanza, aquellos que quieren copar la administración pública; copar, es sinónimo de capturar, de aprehender.

Porqué, los apristas tienen que hacerse tantas bolas con ese falso pudor, si su vocación de servicio fuera clara y límpida, ningún complejo ni remordimiento disfrazado de escrúpulos, se interpondría en el legitimo camino de encarar el reto de gobernar con sus propios cuadros, el reto hermoso de conducir al pais, en el tono y las letras de un ideal patriótico. La farsa se desvela, No hay plan de gobierno. No hay gente capaz. No hay nada y como reza la canción: “Cuando salió el torero, no había toro, no había ruedo, no había plaza…” Solo hay, improvisación; ambición y apetito descomunal por la gran la caja y la caja chica del Estado.

Pero no desesperen, la orden vendrá bien pronto, ya llega la hora en que los apristas podrán gritar a todo pulmón y con el acento filibustero del bucanero: ¡al abordaje compañeros, la administración pública es nuestra recompensa, nuestro botín!

Hay, una razón suplementaria que impide ese abordaje, hoy. Aún, se debate la mala conciencia del malandrín que, instaló el banditismo y el desbarajuste del Estado y debe reorganizar su óptica de copamiento, esperando el mejor momento y en acuerdo con sus socios. Eso se expresa en la alianza con el fujimorato para dividir la torta sin envidias y sin enconos, ahí si existe racionalidad y planificación, en esos pactos de facto o en esos pactos sincréticos y espurios en los que el Apra dicta cátedra y experiencia histórica, como aquel, cuando su clamorosa ausencia de ética en política, le hizo bajar los pantalones, mansamente, malsanamente, frente al General Odría, quien no pedía tanto. El dictador le dijo al partido de Haya: “siéntate” y el Apra se echó, dando comienzo a un matrimonio aberrante y de aberraciones memorables.

A ese propósito y de pasada, digamos también que nos sorprende la inocencia política de algunos jóvenes intelectuales de hoy, quienes se tardan demasiado en resolver, con ecuaciones diletantes, la existencia o no, del pacto fujigarcia. Pierden el tiempo.

Deben saber, que en política, la alianza de dos ladrones se consuma, porque hay secretos; aquellos secretos de lo repartido y departido, que pesan más que los partidos en el pasado reciente, y, que los pactantes, deben aliarse sólidamente para mejor robar en el futuro, cuando como ahora, ya no se puede robar en solitario, porque entre gitanos que cojean del mismo pié…es mejor entenderse…Ahí, se encuentra la futura centralización licitacional de todos los rubros ministeriales que, será encargada, transitoriamente y durante el tiempo que dure el temporal, a organismos internacionales; luego, será unificada y telecomanda, ¿ por quién? Adivinen…

Si todo se globaliza, la coima también…Ese es el verdadero “shock de inversiones”, con réditos para el bolsillo de los conjurados.

Mañana, tarde y noche, mi mujer me dice que no tengo cara .. ! Eso no es verdad !

Pero aquí, terminamos con la desazón confirmada que el gobierno carece de una verdadera ideología y de un Plan coherente de Gobierno; nunca hubo ideología, no hay ideología. De ahí se explica, la cotidiana diarrea de anuncios espectaculares y estrafalarios que mueren, cuando cae la noche. El panfleto del “Antiimperialismo y el Apra”, es un monumental himno a la masturbación compulsiva y al engaño colectivo. El Apra, solo es un camión ambulante de títeres y titiriteros, con un ejército de cachiporras que lo resguardan, esa vocación circense y para militar, es cromosómica, como sus accesos de llanto, esas lágrimas que se enjuagan teatralmente con el pañuelito blanco, o como alguien decía, correctamente, el Apra, solo es una maquina bien aceitada para ganar las elecciones y para desfalcar al Estado.


















2 comentarios:

Anónimo dijo...

como te habrás dado cuenta, al parecer, tus escritos no merecen ningun comentario

Alex Arévalo dijo...

Si este post no merece comentarios segun el "anónimo" (aprista?) será porque tiene la claridad y la contundencia que nunca tuvo, ni tienen la ideología aprista y su política. Jugar a la gallinita ciega con la venda levantada de un lado, es decir ser corrupto y pretender no serlo, puede hacer que el gobierno aprista, en dos años, termine como piñata en fiesta infantil con 500 invitados.