publizida.es

lunes, 28 de enero de 2008

HUMALA, LAS RATAS Y LOS RATONES

(Vira Gasot)
Nuestro Perú republicano, heredero desgraciado más de miserias que de grandezas, ha incubado a lo largo de su historia, el principio inmortal de la collera y su irrestricta defensa a muerte. Collera siempre exclusiva y, por definición, excluyente y excluida de otras colleras exclusivas y excluyentes, tan iluminadas las unas como las otras y todas, legítimas fundadoras del rabo de paja, concepción tecnológica peruana que en materia de política, arma la de nunca acabar y nos define como un pueblo de miserables sentados en un banco color oro, pero sin brillo y maloliente.

Esa es mi patria, ese es mi Perú...

La collera del Apra, cuyo pensamiento en materia de captura y uso del poder político, actúa como si le habrían confiado la custodia del estado para toda la eternidad, ha comisionado a un esperpento de dudosa juridicionalidad, pero de certera ignorancia jurídica, la eliminación factual de un enemigo declarado de la collera aproalanista, el comandante Ollanta Humala.

La Fiscal Gladiz Fernández, ratón obediente del nervioso ordenador de palacio, viene de solicitar para él, una módica pena de prisión de 15 años. Así, la carneteada roedora dócil y sumisa, prospecta alejarlo de la brega política alejando, o creyendo alejar con esta torpe reflexión, el peligro de la presencia de la izquierda en las elecciones del 2011, peligro que representa para todos los partidos de derecha, una abominable pesadilla y a la que hay que conjurar legal e ilegalmente y si no se puede, allí están los búfalos, émulos de los Colina, en perpetua busca de trabajo sucio.

Se imputa a Humala de tener responsabilidad en el "Andahuaylazo" lo que costó lamentablemente la vida a 6 personas y Humala se defiende evocando su ausencia del país cuando ocurrieron los hechos, pero esta circunstancia parece ser más agravante que atenuante ante los ojitos pardos de la roedora, porque según élla, la libertad de opinión sólo se respeta cuando se coincide con el Apra y sus satélites, y cuando no, la libertad de opinión colgaría como una espada de Damocles, presta ha hundirse en el cráneo del que contradice.
Yo me pregunto, en el terreno fecundo de la suposición, ¿cuál habría sido la actitud del Apra, ya no frente a la victoria del "Andahuaylazo" sino, frente a la derrota de Toledo, indígena calzonazo, pusilánime y sobón de los gringos?
Frente a este pálido personaje a quien muchos de los que hoy inciensan, confundiendo su desorden y su incapacidad como sinónimos de tolerancia democrática, a la época, acariciaron todos a una, la idea de licenciarlo por incapacidad mental y moral.
Esa es mi patria, ese es mi Perú... reza la canción, pero no dice que el nuestro, es un país donde hay que salir a la calle todos los dias, un país donde hay que hacer mítines en permanencia contra las ratas, los ratones y contra los ectoplasmas de cinco puntas que amenazan, también en permanencia, a la libertad de pensar, al firmamento y a sus estrellas...