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domingo, 31 de agosto de 2008

FIBROMAS EN EL UTERO


Parece, en efecto, que los Blogs en el Perú están cobrando cierta importancia al punto que, a veces, se manifiestan como fibromas inofensivos no cancerosos que llegan, sin embargo, a dificultar el génesis del delito, la gestación secreta de trafas monumentales, o las incorrecciones embarazadas de una concha de la puta madre, como las que gestan y gestionan muchos de nuestros parlamentarios, picados por el dengue de la corrupción.

Esos fibromas sacan ronchas y hacen sangrar.

Esos fibromas que comienzan a causar problemas durante el embarazo de combinas imposibles y de múltiple posibilidad… hasta en el minuto del parto (como la fallida operación del hijito del primer ministro, o tantas otras evocaciones ociosas que lindan, desde el nepotismo hasta la corruptela feroz), pueden, también, causar abortos involuntarios o partos prematuros.

Nosotros aprobamos por ejemplo, los “partos de los montos”, aquellos que se roban escandalosamente al fisco, y que se cuelgan patrióticamente en el cuello uterino de la red, pero no aprobamos los “partos de los montes” que, según Samaniego, traen al mundo a un minúsculo roedor.

El caso de un caricaturista del diario La República, un minúsculo ratoncito, no responsable de la elección cromosomática de sus progenitores, pidió y obtuvo permiso para ejercitar con libertad de conciencia, la gimnasia animada de sus erráticas convicciones políticas. Hasta allí no hay nada raro porque es lo que hacen las redacciones más civilizadas del mundo, aunque ello comprima de rabia, los dientes y mandíbulas de muchos.

Ahora bien, que este bicho preste servicios en un programa del PNUD, que es la fantasmagórica filial caribeña del gobierno, no veo porqué pueda llamar la atención hasta llegar a las alturas indignadas de la ira, sobre todo, cuando nadie describe ni explica la naturaleza de su trabajo. Habría que saber qué hace y cuanto cobra por ello, para evaluar el “delito”

En otras palabras, a pesar de la antipatía palpitante contra los miembros de la colonia de arañas y pirañas, el condenado tiene derecho a defenderse y se necesitan más elementos antes de usar los raticidas.

Por otro lado, que un caricaturista se haya definido a una opción política detestable, mismo aprista, esta en su legítimo derecho. No se pueden combatir sus ideas ni sus felonías -si las hubiera-, con ese espíritu macarthista a la inversa, espíritu que amenaza corroer la blogosfera, reeditando los viejos métodos y paradigmas de esa prensa amarilla y amarillenta, afecta al sensacionalismo y al dedazo como recursos de notoriedad y de venta.

Recordemos que el amarillismo califica a esa prensa innoble que levanta o echa por tierra a la gente, sin mayor fundamento comprobable que la habilidad del autor para inflar o desinflar los hechos. Desde mi humilde punto de vista, el ratoncito no ha cometido otro delito que esconder la verdad. Deporte nacional favorito de los apristas, impregnado en el genoma humano y mientras no dispongamos de hechos concretos de corrupción, no caeremos en el jueguito muy criollo de tirar en las patas de la gente, solo porque son apristas.

Hasta Huguito Neyra en sus tiempos de mejor periodista, alternaba sus artículos, ocupando un sillón de dirección en el izquierdista programa del PNUD, “Capacitación y Comunicación” de los años 70. A la época, sus cachetitos se inflamaban ya, de un discreto pro aprismo, carmesí…y nadie grito: ¡escándalo!