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viernes, 2 de marzo de 2007

RELOJ, NO MARQUES LAS HORAS:HIMNO A LA IMPUNTUALIDAD

(Vira Gasot)

Si los ingleses han hecho de la puntualidad un emblema nacional, los peruanos hemos hecho exactamente lo mismo, pero a la inversa.

Para nosotros, la puntualidad es: “antes de la hora o después de la hora, jamás a la hora…aunque se muera la lora…”

Esa es, la inmortal “hora peruana,” mundialmente conocida y reconocida.

Esto que suena como un eslogan, es una realidad nacional acuñada, practicada y respetuosamente trasmitida de generación en generación, y, aunque no crean en la paradoja, trasmitida con escrupulosa puntualidad…

Pero ahora, el Gobierno, nos quiere privar de uno de los escasos pergaminos universales de prestigio, de los cuales disponemos y gozamos todos los peruanos, sin distinción de raza, imponiéndonos una transformación social fundamental pero sin referéndum previo, bajo el horrible nombre de: “La hora sin demora”

Después de haberse barajado innumerables propuestas, para publicitar tan importante medida que hace parte esencial de la reforma estructural del Estado, el Primer Ministro, sin perder el tiempo, escogió tres geniales alternativas que fueron sometidas a la consideración del Jefe del Estado: “la hora honora”, “la demora deshonora” y “La hora sin demora”.

El Jefe del Estado adoptó esta última, la misma que sirvió de fondo augural a la ceremonia de lanzamiento de su impopular iniciativa, acompañado de su caballería de búfalos y ovejas, los máximos representantes de las Instituciones del Estado y de la Iglesia, sin olvidar al propio Ministro de Defensa, cuyas declaraciones posteriores a la ceremonia, confirmaron el carácter belicista que se pretende conferir a esta nueva cruzada contra el subdesarrollo, a la que solo asistieron 550 personas silenciosas, en el fondo, consternadas y tristes.

El Cardenal Cipriani, en desacuerdo con esta metamorfosis que nos piensan imponer, fue el único personaje importante que expresó su disconformidad, llegando a la ceremonia de la “puntualidad”, solamente con 18 minutos de retardo; El sabe, secretamente, que al que madruga, Dios no lo ayuda, como lo saben los miles y miles de parados que se levantan temprano para buscar trabajo, para nada; siendo más difícil de encontrar aún, ahora que los compañeros tienen la preeminencia y, además, están muñidos del carné y del tarjetazo.

El gobierno ha decidido pues, partir en guerra contra nuestras tradiciones atávicas, olvidando que por definición, cuando se dice “ya es la hora”, es falso, porque automáticamente ya paso, se alejó, aunque sea de un centésimo de milésimo de segundo.

Querer despojarnos de lo único y último que disponemos nosotros los que no tenemos nada que perder, excepto eso, el tiempo y nuestras cadenas, es lanzar una cachetada brutal a nuestra cultura, a la herencia de nuestros padres, a la poesía que hay dentro de todo marginado, a quien de tiempo en tiempo, solo el tiempo nos puede hacer sentir importantes, aunque sea por unos cuantos minutos de impuntualidad…Lo que no es lo mismo con los poderosos, que cuanto más tarde llegan, son mas esperados, más adulados y más apreciados. Querer romper esas cadenas, violentamente en un año, como declara el Primer Ministro, eso, es no respetar la dignidad de los otros. Eso, es burlarse de nuestra idiosincrasia.

Es de esperar que estos sospechosos accesos por el respeto a la puntualidad, sean extendidos al inmenso armario donde el presidente de la república, guarda celosamente sus promesas preelectorales y las extraiga, en tiempo y hora, al menos para desempolvarlas. Hace largo tiempo que no tiene tiempo para darse un tiempecito y explicarnos qué pasa. El Doctor García, nos propuso innumerables reformas que no sabemos en que estadio se encuentran, si habrá el tiempo de aplicarlas o si se han archivado definitivamente como, la Reforma Judicial, la Reforma de la Minería, la Reforma Laboral, de la Educación, etc. etc. etc.

La reforma de la Impuntualidad, no estaba considerada, porque es una de esas argucias que se asumen en curso de ruta y que consiste en crear un falso clima de lucha encarnizada contra quimeras, inexistentes u inofensivas, como la “lucha” contra la puntualidad que la consideran y potencian demagógicamente, en los hechos, como uno de los graves flagelos sociales, flagelo sofístico e imaginario en la esfera de la realidad, pero de gran rédito político, en la esfera psicopublicitaria.

Por otro lado, tratar de cambiar este prestigioso reconocimiento universal de impuntualidad, del que gozamos los peruanos, sería asestar también, como lo repetimos, una innoble estocada, meridianamente puntual en el corazón de nuestras costumbres inmemoriales; y, sus consecuencias, serían calamitosas, sobre todo para los turistas, a quienes privaríamos de un importante tema de conversación cuando muestran, de regreso a su pais, las fotos que testimonian del calvario, de la vida y milagros por las que tuvieron que pasar en nuestro querido pais, sobre todo, en los transportes y en los servicios en general.

Aunque ellos reconozcan que tales estoicismos los hace felices, no regresarán más, porque para eso son las vacaciones: para coleccionar verdaderos recuerdos que quedarán gravados para siempre y para ensanchar las páginas de los catálogos de turismo que, al costado de la larga lista de precauciones sanitarias que aconsejan de efectuar -antes de embarcase a la aventura con destinación al pais de los Incas-, aparece también, una larga lista de recomendaciones e invocaciones a la paciencia no tanto contra la impuntualidad, sino mas bien contra el estado de las carreteras, la inseguridad en los aeropuertos y el peligro de ciertos transportes. Recomendaciones que siguen al pie de la letra, desde el primer momento que pisan nuestro territorio nacional. Que el Gobierno reflexione en ello…




Citaciones que la historia de la demagogia guardará en su disco duro:

“Si de los 16 millones de peruanos mayores de edad, esperara o se hiciera esperar, una media hora en una jornada, ello significa 3 millones de horas hombre perdidas por año… y se midiera económicamente, serían 5 mil millones de dólares los que se pierden… la impuntualidad tiene un costo inmenso para el país…”
(El doctorcito)

“Hay que romper las cadenas de la impuntualidad, para que el próximo 28 julio cuando termine la campaña, por el respeto y la impuntualidad, estemos mejor , con la mirada puesta al futuro, nos comprometamos a unir esfuerzos, para que la puntualidad sea una virtud del pueblo peruano”… “El respeto debe ser esencial para los peruanos y convertirse en viga del edificio nacional…”
( El Primer Ministro)

1 comentario:

Anónimo dijo...

El canal 7 apoya esta propuesta. Vea Ud. con cronómetro cuantas decenas de minutos se atrasan los programas hoy.