publizida.es

martes, 3 de julio de 2007

EL HARA-KIRI DEL ÚLTIMO SAMURAI

(Vira Gasot)

Considerar a Fujimori como el último de los samuráis, es un insulto indignante que se funda en la total ignorancia del personaje en fuga, personaje que ha logrado sorprender a ciertos políticos japoneses, como al presidente Shizuka Kamei, diputado por Hiroshima oeste, del Nuevo Partido del Pueblo, “Komumin Shinto” en el cual, el ex presidente del Perú presenta su candidatura como senador para las elecciones del 29 julio próximo.

El Nuevo Partido del Pueblo, es una formación política escindida del partido gobernante Liberal Demócrata, cuyo ministro de Defensa viene de renunciar hoy, luego de sus polémicas declaraciones, justamente sobre el ataque nuclear americano sobre Hiroshima y Nagazaki en 1944.

Hablando de los Samuráis, pensando en el gran Toshiro Mifume, permítanme decirles que estos simpáticos súbditos del pais del sol naciente, suelen compararse con la efímera belleza y fragilidad de los cerezos japoneses, cuyos pétalos, mucho antes de haber perdido su fragancia y su color, sienten que deben desprenderse del árbol, para morir con dignidad y elegancia, como un verdadero Samurai imagina morir en el combate, en la flor primaveral de su edad…

El honor, la justicia y la fidelidad son, en la respetable acepción japonesa que se desprende del Código Moral Samurai, tres virtudes esenciales que sólo existen acompañadas de otros sentimientos humanos, fundamentales como la lealtad, la corrección personal en todos los actos de la vida, la sinceridad y el respeto, asi como la modestia y la humildad. A esta suma de cualidades probas y de integridad, harán falta también, un gran sentido de la cortesía y de la educación, mucho coraje, y un gran control de si mismo.

¿Se puede aplicar a Fujimori, algunos de estos rasgos que definen la dimensión de un Samurai?

No, mil veces no.

Fujimori no es un Samurai pero se ha hecho el Hara-Kiri por cobardía y por miedo. Y ese desentrañamiento virtual, también apócrifo, lo posiciona de lejos en las antípodas del código del honor, y, a la larga lista de acusaciones formales y en toda legalidad para obtener su extradición, se agrega la última maniobra “senatorial” que quizás sea la última y la mejor prueba de su doblez, doblez que aplica a la medida de su doble nacionalidad y que han sido ambas, evocadas por el dictador, indistintamente, cada vez que sus intereses y sus conveniencias personales lo han necesitado, haciendo tabla raza de los más elementales principios como son, entre otros, el respeto por el pais que recibió a su familia con los brazos abiertos, que le dio una formación y educación universitaria y que llegó hasta el paroxismo de aceptarlo como su presidente, en una claro respeto por la diversidad y la tolerancia o en todo caso, en un claro rechazo a los nefastos nacionalismos estrechos, de los que afortunadamente nuestro pais no sufre ni padece.

Es, a este país que el dictador le debe todo, donde ha dejado su huella de muerte robo y latrocinio y mofa. Es, a este país, donde su sadismo se asoció a la matanza, desaparición y tortura de numerosos peruanos y es, a este país al que continua a infligir los más descarados sarcasmos y escarnios, a manipular y provocar las dilaciones de todo orden para escapar a sus responsabilidades, como todo sátrapa presto ha hipotecar a su madre, con tal de hacer de las suyas, para salvar el pescuezo.

En el Japón, no todos los políticos tienen una visión admirativa de dictador, como se pretende. Ahora se conocen los periplos de sus delegados
que fueron a tocar las puertas de todas las tiendas políticas, incluidas las del partido comunista, para “conversar” y sondear las posibilidades de su inscripción en las listas electorales. Muchos de estos políticos declinaron cortésmente los ofrecimientos de sus enviados especiales, siendo el antiguo Jefe de la Policía japonesa, el Presidente Kamei, el único que sucumbió a los encantos del dictador, y hasta se trasladó a Santiago de Chile para legitimar la injuriosa huida hacia delante, del tránsfuga peruano japonés. El representante del Partido Comunista, declaro: “Tenemos el derecho de saber cuáles son las verdaderas intenciones de Fujimori en el Japón…”

Se dice que Fujimori no tiene muchas posibilidades de ganar en las elecciones de fin de este mes, pero esta certitud no es ni matemática ni políticamente imposible. Gracias al complicado sistema de elecciones vigente en ese pais, el valor de los votos de diferente orden determina una asociación de los partidos políticos con ciertos deportistas o artistas de todo género, conocidos y populares por el gran público, para atraer el mayor número de votantes. Por lo que, una hipotética victoria del fujitivo Fujimori, representaría una derrota para el gobierno por no haber utilizado, como no lo hace hasta ahora, de todos los medios diplomáticos y de todos los medios políticos para prevenir que se perfila sobre el Japón, una terrible epidemia de peste.

La cobarde actitud de neutralidad que manifiesta el gobierno, es un recurso de manufactura criolla que esconde difícilmente, antiguas y recientes coincidencias, viejas y nuevas convergencias, pretéritas y renovadas sospechas de participación activa, en la corruptela institucionalizada más grande de la era republicana.