(Vira Gasot)
En las elecciones de ayer domingo los helvéticos han optado por la intolerancia, tras la neta victoria de la Unión Democrática de Centro, UDC, partido cuya referencia a la democracia y al centro en tan ilustre membrete, resulta caricatural y hasta ofensiva a los principios que sustentan a la propia democracia.
En efecto, esta organización ha superado en su campaña electoral, a las invenciones más idiotas del racismo primitivo que las huestes de Jean Marie Le Pen y el mismo monigote en Francia, nos empujaban hacia la incredulidad absoluta por sus célebres elogios al níspero y a la pureza de la raza blanca.
Por la primera vez, este pais que muchos imaginan como el oasis envidiable donde se cocina la paz y el progreso con envidiable tranquilidad y distinguida elegancia, ha caído muy bajo: Candidatos amenazados de muerte, afiches remojados en veneno ofidio, mismo producto ponzoñoso en los vasos de los polemistas, en lugar de agua; graves mentadas de madre y demás recuerdos genealógicos bilingüistas en las manifestaciones y en las contra manifestaciones, en breve, toda celada artera ha legitimado su clandestinidad y ha sido validada con tal de acceder al Parlamento Federal, y la derecha lo ha conseguido…
Ha conseguido con su 30% del voto electoral, laminar al Partido Socialista hasta enfundarlo en el ostracismo, hasta globalizarlo de traumas y reconocer su derecho a la neurosis con pataleta, Partido Socialista que ha totalizado un poco menos que el 21%. ..La derecha también ha casi desaparecido al centro y los verdes no han logrado amenguar la caída vertiginosa de la izquierda, en suma, la derecha se reconforta y se maravilla con su victoria, únicamente comparable con lo que sucedió hace un siglo, después de la guerra…
Han vencido a sus adversarios (centristas) y han derrotado a sus enemigos (izquierda). Christoph Blocher dormirá tranquilo sobre sus dos orejas y con las dos orejas y el rabo del toro que los electores suizos le acaban de conceder…Nadie reconoce a Suiza, Suiza viene de cambiar de piel…pero el electrochoque y la tembladera continúan…
Más que extrañarse por esta importante victoria del partido UDC, hay que preguntarse el porqué de la derrota brutal del Partido Socialista, ¿sufre acaso, los mismos embates que los otros partidos hermanos en Europa, como el PS de Francia, que no acaba de comprender ni asimilar las causas de su debacle y se autodestruye ante la decapitante victoria de la derecha Sarkozista?
¿Se trata de una epidemia pasajera que posiciona a los partidos social –demócratas de Europa en un minoritarismo que se agrava por los parecidos scores que obtienen la izquierda y la ultra-izquierda?
¿Ha llegado el momento del retorno a la ortodoxia o al matrimonio, sin separación de bienes con el centro -centro, o con el centro derecha?
Irreversiblemente en Suiza, es cosa hecha. A partir de hoy, este país se alinea - poco importa que lo sea vergonzosamente-, con la presición esclavizante de un Swatch aunque sea de plástico, desde la xenofobia por la puntualidad, hasta la puntualidad de la xenofobia que gobernará el Estado Helvético, sin contestación, tutelando una anunciada gestión racista, que se inspira en los incisos flamantes y degradantes del grueso vademécum europeo, en materia de intransigencia y discriminación.
Sin duda, las primeras medidas del nuevo gobierno nacionalista, proteccionista, conservador y reaccionario, tocarán el estatuto de los refugiados y de los trabajadores extranjeros, distribuidos desde hace ya 20 años, en los diferentes cantones (26) de la confederación, y que nunca fueron admitidos como seres humanos sino como borregos o como ovejas negras (tal como se les retrata en la publicidad xenófoba), incrustadas arbitrariamente en el supremo redil de las ovejitas blancas, ovejitas blanquecinas suizas que lucen su lanita inconfundiblemente, albo lechosa, en el paraíso de la indecencia financiera como una reminiscencia inútil del sentido bíblico, no de apartar a las ovejas descarriadas, sino que el discurso segregatorio y racista ha transformado a las ovejas negras, en extranjeros indeseables a los que inevitablemente se debe separar, léase expulsar.
Casi a la misma hora en que los resultados de la elección Suiza inundan los noticieros del mundo, la Unión Europea, desde Bruselas, acaba de dar un volterazo espectacular en su Política de emigración, admitiendo que la vía de la salvación económica de Europa pasa obligatoriamente por la mano de obra fresca y bien calificada proveniente del extranjero, mano de obra necesaria para poder suplir a una población que envejece a un ritmo escalofriante: Hacia el 2050, un tercio de la población tendrá más de 65 años y se necesitan cholitos cultivados para poder pagar las pensiones…poblar los servicios… estopar las deslocalizaciones, entre otras mil necesidades…