publizida.es

martes, 26 de febrero de 2008

ZAPATERO Y RAJOY

(Vira Gasot)

Después de 15 años, los españoles han presenciado en sus pantallas de televisión, un combate de titanes que se enfrentaron ayer en la noche para seducirlos, para obtener los votos que otorgarán el poder al mejor en las próximas elecciones generales del 9 de marzo. Zeus y Cromos adoptaron la técnica del brebaje envenenado, el intercambio de adjetivos calificativos viscosos, densos y…mentirosos, sin que ninguno apabullara por K.O. a su contendor, dado que la mayoría de los argumentos, exhalantes de sendos y abultados dossiers, eran archiconocidos por la población.

Mientras Zapatero se ocupaba de sus zapatos macroeconómicos, con información técnica difícilmente rebatible, Rajoy se rajaba demorándose en la microeconomía, golpeando a raja tabla el supuesto desinterés del gobierno por hacer frente al aumento en el precio de los artículos de primera necesidad, el pan, el pollo…etc. En breve, la danzarina de la demagogia evolucionando por encima del rigor y por enésima vez, convocaba a los fantasmas que pagan muy bien, la inmigración “sin control” de Zapatero, sus “torpezas” e irresoluciones con el terrorismo, su “traición” de negociar por su cuenta, sus “provocaciones” contra el modelo de Estado y la unidad de España, con los Estatutos vasco y catalán y… talán, tolón...

Los momentos estelares de este pugilato, se encuentran curiosamente antes y después del combate. Manuel Campo Vidal, el mítico moderador de la televisión española, que también recibió a Felipe Gonzáles y Aznar en el 93, hablaba de lo duro y de lo milimétricas que fueron las negociaciones con los representantes de ambos candidatos, para unanimisar el férreo guión, en donde se pactó todo, hasta incluso, el numero de pestañeos que cada contendor tenía derecho a liberar durante la lid.

Fueron, en realidad, largos días de tensión, desde los acuerdos que definieron la llegada y la forma de la llegada de los adversarios en el Palacio Municipal de los Congresos, su ubicación y sus desplazamientos, sus declaraciones, el tiempo… que si a la derecha, que si a la izquierda…En fin, de manifiesto también las exigencias de contar con un Plateau de TV brillando de todos sus costados, de un gris metalizado abominable, la instalación de reguladores de temperatura, para garantizar un apolítico 21 grados de calor, se vio y se confirmó, además, la utilidad de las modernas ciencias de la comunicación, que también estuvieron a la altura en lo que toca, al aporte de su neutralidad y de su peso en el lenguaje de los signos, señales y colores, que se demostró en la elección del terno, la camisa, la corbata, los bigotes o la barba… si teñidas o no, es decir lo que hace mejores quecos a la telegénica…En breve, toda la panoplia bullanguera de efectos y posturas antinaturales para parecer más natural, en medio de una camionada de cientos de miles de euros, gastados a la memoria de los artificios artificiales, dejando lo esencial y trascendente, en el cajón y que a mi modo de ver, tenia mucho que ver con el porvenir de ese pais del cual, ninguno de los dos dijo, esta boca es mía.

Después del “cara a cara”, los periodistas sucumbieron a sus votos de imparcialidad y se libraron al ejercicio de reemplazar a sus ídolos prolongando bien entrada la noche, un pugilato de posiciones irreconciliables que reclamaban la victoria para el uno y para el otro, a una hora en que la mayor parte de los ciudadanos había apagado el televisor, dejando la ligera sensación que zapatero no había perdido, frente a quien, como líder de la oposición, con el beneficio de la usura y el desgaste de 4 años de gobierno del Presidente saliente, tenía la obligación de no perder y Rajoy perdió en toda la linea.