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lunes, 12 de mayo de 2008

CHAO ITALIA

(Vira Gasot)
Da mucha pica que Italia, ese extraordinario País de la claridad, del arte y del amor, haya sucumbido en manos de la versión política, la más negra y la más indigna de su deslumbramiento universal. En lo que concierne a la inmigración, la derecha Italiana vuelve a las andadas, o más bien, a las andanadas de medidas subrepticias que prepara contra la inmigración clandestina, aceitando sus armas para abrir un fuego cruzado contra los Rumanos, Rumanos que según el propio Berlusconi y su alter ego, el bisoño alcalde fascista de Roma, han asediado y hasta sitiado la capital, para dar de Roma una imagen de ciudad menesterosa. Eso, hay que combatir a sangre y fuego. El combate concierta por lo tanto, los mejores argumentos reaccionarios y la ofensiva sacrosanta que se prepara, parece zurrarse olímpicamente en los tratados y en los acuerdos fundacionales del espacio shengein y en las recientes normas de la Unión Europea.

El primer Consejo de Ministros que tendrá lugar la próxima semana en Nápoles, deberá descubrir sus sesudas conclusiones con la nueva tipificación del delito de inmigración clandestina, la ampliación del tiempo de retención o prisión forzada que se aplica a los inmigrantes, limitación de las posibilidades de reagrupamiento familiar sirviéndose de pruebas de ADN, el uso de la marina para disuadir en alta mar, a todos los candidatos al estatuto de clandestinos y otras medidas que comienzan ha asustar a las organizaciones no gubernamentales, incluyendo “Caritas” cuyos responsables han declarado que estas perspectivas sombrías que perfila el belusconimo, inquieta e interpela a todos los que ayudan a los inmigrantes a huir de sus países en razón de la guerra, o simplemente del hambre.

Mas de medio millón de Rumanos viven en Italia y todos ellos entran en el mismo saco de la acusación criminal, saco de claras continencias racistas, acusaciones falaces que las autoridades, como el xenófobo Roberto Maroni, Ministro del Interior, justifica mezclando criminalidad e inmigración en una amalgama típica que la derecha ya empleó en otros países y que da magníficos resultados cuando se hace depender la óptima seguridad de los ciudadanos, del mayor o menor grado de inmigrantes, mentira universal que esconde otros problemas fundamentales, o que fundamenta la irracionalidad del racismo y la xenofobia.