(Vira Gasot)
A muchos de mis amigos europeos les cuesta trabajo comprender, que la opinión precautoria de la Asociación Pro Derechos Humanos, de no considerar al MRTA en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Européa -en razón de que ya no existe y en razón de que, una tal tipificación podría dar apertura a interpretaciones autoriatrias que faciliten los excesos represivos del gobierno contra opositores sociales y contra organizaciones populares-, haya podido propiciar tan inmenso revuelo.
El Propio José Ignacio Salafranca, mentor de la moción MRTA depositada en el Parlamento Européo, declara abrumado que quiere, “dejar en claro que resulta un poco fatigante la atención que este asunto está suscitando” (Perú 21, ed. 1 de mayo)
Conociendo la incontinente irritabilidad del Presidente Alan García, los pronosticados exesos represivos no tardaron en manifestarse y no tardaron en certificar las fundadas preocupaciones de APRODEH, que en materia de respeto por los Derechos Humanos en el Perú, son efectivamente nulos y hasta la máxima autoridad religiosa del país los contesta y los condena por considerarlos, impiadosamente, como ”una cojudez”.
A muchos de mis amigos europeos les cuesta trabajo comprender, que la opinión precautoria de la Asociación Pro Derechos Humanos, de no considerar al MRTA en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Européa -en razón de que ya no existe y en razón de que, una tal tipificación podría dar apertura a interpretaciones autoriatrias que faciliten los excesos represivos del gobierno contra opositores sociales y contra organizaciones populares-, haya podido propiciar tan inmenso revuelo.
El Propio José Ignacio Salafranca, mentor de la moción MRTA depositada en el Parlamento Européo, declara abrumado que quiere, “dejar en claro que resulta un poco fatigante la atención que este asunto está suscitando” (Perú 21, ed. 1 de mayo)
Conociendo la incontinente irritabilidad del Presidente Alan García, los pronosticados exesos represivos no tardaron en manifestarse y no tardaron en certificar las fundadas preocupaciones de APRODEH, que en materia de respeto por los Derechos Humanos en el Perú, son efectivamente nulos y hasta la máxima autoridad religiosa del país los contesta y los condena por considerarlos, impiadosamente, como ”una cojudez”.
Razón suplemetaria para que en este valle de tantos lagrimones ignorantes y de ignorancias profundas, APRODECH, y en general las organizaciones de Derechos Humanos, tengan que batirse como diablos para catequizar a las angelicanas sotanas que sueltan tan terribles blasfemias y que también, tienen acceso a los derechos humanos.
García en ravia, con su berrinche zapateado, decretó la salida de 64 organizaciones gubernamentales del Concejo de Derehos Humanos e instruyó a su fidelísimo sabueso, el ex “lucha armada”, Don Cucho Haya de la Torre, de la Agencia de Coperación Técnica Internacional, para que “investigara” la proveniencia y el uso de los recursos que reciben del exterior las ONG concernidas, penalizando cómicamente a dos de ellas.
En el fondo, se produjo la ejemplarización elocuente de las desmedidas reacciones represivo-depresivas del Doctor García, con su orden de amendrentar y perseguir ilegalmente a la “subversión política” ampayada en un complot tracionero contra la patria. Ese fue un sublime escándalo, con Parlamento y todo, con gritos en el cielo y con monigotes y monaguillos apristas y apristones, secundando solidarios al presidente, en el coro de las sandeces a capela, esterentóreo, en vivo y en directo.
Para esta gente, los Derechos Humanos no sólo son cojudos, son también un anacronismo subersivo que hay que liquidar. Es pasto ideal para los búfalos expertos en cachiporras y armas blancas.
Estos excesos megalomaniacos se desinflarán por su propio peso, o por el abultado volumen de ridículina que contienen. En todo caso, para los europeos y para nosotros, eso suena a sainete de dictadorcillo bananero y mediocre, con sus cóleras de impostaciones musolinianas y con sus excomulgaciones rinbombates ( “traidores a la patria”). A todo este pisoteo de los derechos del ser humano, le faltó el colorario de su grosería habitual, es decir, el puntapie, la patada doble que declara adjudicar a quienes no comulgan con sus humores. Pero la imagen que los europeos tienen, ya está formada. Para ellos, nuestro país es un pais terriblemente atrazado, incapaz de comprender que el respeto por los Derechos Humanos son el fundamento de la civilización y que ellos atajan las derivas y los terrorismos mesiánicos pero también los terrorismos de estado, son el primer frente contra el enquistamiento de los dictadores sanguinarios, como ocurrió en Chile, en Argentina y como ocurre en China o en Colombia, son, en suma, los que promueven y fabrican la igualdad y los que develan las injusticias.
El propio García se sienta donde se sienta, porque hubieron Derechos Humanos en el combate por la Democracia. Por ello, quienes los denigran como lo hacen en el Perú, nos están anunciando las antesalas del retorno a un pasado reciente, con sus sindicatos enmudecidos, con sus izquierdas atoradas en la confusión y el confusionismo, con una oposición desarticulada y por lo tanto rica en coincidencias objetivas con el poder y con una prensa alineada militarmente en la sumición, y militantemente en la mentira.
García en ravia, con su berrinche zapateado, decretó la salida de 64 organizaciones gubernamentales del Concejo de Derehos Humanos e instruyó a su fidelísimo sabueso, el ex “lucha armada”, Don Cucho Haya de la Torre, de la Agencia de Coperación Técnica Internacional, para que “investigara” la proveniencia y el uso de los recursos que reciben del exterior las ONG concernidas, penalizando cómicamente a dos de ellas.
En el fondo, se produjo la ejemplarización elocuente de las desmedidas reacciones represivo-depresivas del Doctor García, con su orden de amendrentar y perseguir ilegalmente a la “subversión política” ampayada en un complot tracionero contra la patria. Ese fue un sublime escándalo, con Parlamento y todo, con gritos en el cielo y con monigotes y monaguillos apristas y apristones, secundando solidarios al presidente, en el coro de las sandeces a capela, esterentóreo, en vivo y en directo.
Para esta gente, los Derechos Humanos no sólo son cojudos, son también un anacronismo subersivo que hay que liquidar. Es pasto ideal para los búfalos expertos en cachiporras y armas blancas.
Estos excesos megalomaniacos se desinflarán por su propio peso, o por el abultado volumen de ridículina que contienen. En todo caso, para los europeos y para nosotros, eso suena a sainete de dictadorcillo bananero y mediocre, con sus cóleras de impostaciones musolinianas y con sus excomulgaciones rinbombates ( “traidores a la patria”). A todo este pisoteo de los derechos del ser humano, le faltó el colorario de su grosería habitual, es decir, el puntapie, la patada doble que declara adjudicar a quienes no comulgan con sus humores. Pero la imagen que los europeos tienen, ya está formada. Para ellos, nuestro país es un pais terriblemente atrazado, incapaz de comprender que el respeto por los Derechos Humanos son el fundamento de la civilización y que ellos atajan las derivas y los terrorismos mesiánicos pero también los terrorismos de estado, son el primer frente contra el enquistamiento de los dictadores sanguinarios, como ocurrió en Chile, en Argentina y como ocurre en China o en Colombia, son, en suma, los que promueven y fabrican la igualdad y los que develan las injusticias.
El propio García se sienta donde se sienta, porque hubieron Derechos Humanos en el combate por la Democracia. Por ello, quienes los denigran como lo hacen en el Perú, nos están anunciando las antesalas del retorno a un pasado reciente, con sus sindicatos enmudecidos, con sus izquierdas atoradas en la confusión y el confusionismo, con una oposición desarticulada y por lo tanto rica en coincidencias objetivas con el poder y con una prensa alineada militarmente en la sumición, y militantemente en la mentira.
Ya, en el terreno de lo práctico y fuera de las grandes definiciones principistas, ¿en qué podria beneficiar al Perú, concretamente, una condenación del Parlamento Européo, instado compulsivamente a que arremeta sobre las cenizas de un movimiento que se suicidó, mas por la naturaleza de sus exacciones que por su derrota militar? Como dijimos anteriormente y hoy lo repetimos, aun en el caso de que esa organización reverdeciera sus insensatas afecciones, sitúandose de nuevo en la cresta de la matanza ciega, sería absurdo considerar que APRODEH tiene responsabilidad o quiere protegerlos. Por el contrario, APRODEH tiene la responsabilidad de señalar claramente, como lo ha hecho, que más peligrosas que las cenizas de la locura del terror, son las brazas de la represión terrorista que muchos atizan y buscan agigantar. Como ocurre hoy. Solo basta leer los diarios. La dictadura está naciendo.
Las opiniones que en el futuro puedan revelarse equívocas, no cuestionan en absoluto la sinceridad con la que fueron emitidas; la imprudencia y la insensatez que pudiera existir, sólo se definien como tales en la dimensión del recocimiento honesto; entre tanto, todos estamos obligados a opinar y una opinion, buena o mala, negativa, temperada o positiva, es una opinión. Opinión que debe respetarse a pripori y debe ser admitida en el contexto de la tolerancia que define, en ultima instancia, a toda sociedad democrática que se respeta y que respeta las ideas de todos. Y, si de combatirlas se trata porque esas ideas se juzgan equívocas, hay que combatirlas con ideas,
APRODEH, no ha hecho otra cosa que emitir una opinión en el justificado y noble ambito de sus prerrogativas, quiéranlo o no, los defensores de los Derechos Humanos en el Perú, constituyen la única fortaleza coherente contra las tentaciones de pauperización colectiva y sus concecuencias, que tanto caracterizan a las aspiraciones de eficacidad económica del neoliberalismo predator.
Son la conciencia al interior de la justicia, su palabra mide los avances de la sociedad, su silencio, la estanca.
No respetar sus puntos de vista, asumiendo la violencia irracible de la condenación, sólo dará carta blanca a las exageraciones y a las desmesuras que ya se producen, a la escalada de insultos y de injustas calificaciones febriles, sin que falten las apelaciones tentadoras del código penal que también ya se producen; en breve, se creará un pandemoniun sin ritmo ni concierto, que sólo beneficiará a los sectores que suspiran por la autocracia y la mano dura, a los sobones que sueñan con lo expeditivo, a los asesores mediaticos reconocidos o no, que también sueñan con la casería de brujas para poder saldar sus cuentas particulares y, al gobierno, que sueña con dotarse de argumentos y de instrumentos contundentes, para no impedirse de justificar la represión que busca el silencio, la impunidad frente a sus yerros y frente a sus torpezas.
Es triste constatar que con el Apra en los comandos y como país, somos una banda de pobres diablos.