Un dia, dos diputados en delicada misión parlamentaria en el extranjero, rompiendo todo decoro, expusieron ante el mundo entero, su humanidad lamentablemente abandonada, pero festiva, y al ritmo de alegres zambas contagiosas y de zambitas coquetas y pechugonas…
Y, lo que pudo haber sido una discreta noche de farra, a la que todo el mundo tiene derecho, se convirtió en un escándalo mediático, que hasta hoy resuena cuando se revisa la antología de la vergüenza, o de la desvergüenza, sobre todo, porque uno de los sedientos y fogosos diputados, era, nada más, ni nada menos, que el desbancado vocero de la célula del partido gobernante, en el Congreso.
Otro dia, Se descubrió que el autor de las fotografías de los diputados, pegándose la sublime mona carioca, fue otro parlamentario, quien había innoblemente propulsado, a la redacción de una revista de refinado gusto sensacionalista, las pruebas de la “débuché”. Se trataba de alguien con esterilizadas convicciones éticas y morales: Era, nada más, ni nada menos, que el desbarrancado tránsfuga y ex vocero de un partido político notorio.
Los dias se suceden y no se asemejan, asi, otro dia, un diputado, experimentado en los arcanos del secreto militar, aquel que participó ilegalmente en la fundación de bandas paramilitares asesinas, en tanto que marino (lo que ya es de por si, una intrigante pregunta), se surra en el poder judicial y manda a la porra a la jueza que lo convoca para testimoniar...Era, nada más, ni nada menos, que el actual Vicepresidente del Perú.
El mismo dia, calamitosamente, otro parlamentario célebre por sus apegos a la jurisprudencia leguleya, pone el grito en el cielo porque su amigo, el pescador de ranas, o el “almirante”, es convocado de grado o fuerza por la justicia, agitando desesperadamente en la mano, una vieja edición de una vieja y falsa amalgama de pretendidos derechos constitucionales, a favor de los delincuentes de cuello y corbata…Era, nada más, ni nada menos, que
un viejo zorro, abogado, formado en la insidia y el deshonor político, próximo de Haya de la Torre.
Hoy dia, se produce un gol increíble, que desde la media cancha del Congreso, una respetable diputada con sello del PPC, logra introducir en el arco de la indignación nacional, el gol de la carcoma purulenta y secreta, el gol que retrata, de cuerpo entero, los perfiles inconfundibles de una corrupción subterránea, de la cual, el gobierno estuvo notificado cuando se le anunció que, otras formas de “compensación económica” se pondrían en práctica, para oponer y responder a su demagógica austeridad, con la rebaja de sueldos y emolumentos.
Esta vez, se trata de la diputada Elsa Canchaya, que contrató a una “asesora doméstica”, sin calificación, a quien declara haber asesorado personalmente, para adquirir una tal calidad…Esto, sólo puede ocurrir en el Perú…Y aquí terminamos para continuar otro dia, con muchísimos más ejemplos de indignidad...
