(Vira Gasot)
Han sido 44.5 millones de franceses los que fueron convocados a las 65 mil oficinas de voto, en todo el país, para expresar sus preferencias electorales habiendo sido, 11 millones de entre ellos, los que han ungido como ganador de la primera vuelta, desde hace exactamente cinco minutos, al conservador Nicolas Sarkozy, quien obtiene así, el 29.5 % de la votación general. Este score es el más alto de un candidato de la derecha, después de Valéry Giscard d’ Etaing, en 1974, quien alcanzó el 32% y fracción.
La segunda calificación corresponde a Ségolène Royal, quien obtiene el 26 % y aleja de este modo, el peligro que todos los socialistas temían, cuando en el 2002, Lionel Jospin, había sido eliminado desde la primera vuelta por el ultra derechista Le Pen.
Han comenzado a sonar ya, débilmente, las sirenas y los claxon de algunos vehículos, mientras que grupos minúsculos de los partidarios de Nicolas Sarkozy se precipitan, sin duda, hacia el local central partidario. En general, el ambiente en París es más bien moroso y calmo, se diría que es el momento de “descompresar” un poco de la terrible incertitud vivida estos últimos dias, por el alto porcentaje de indecisos, lo que provocó las más locas hipótesis.
En efecto, en el ultimo dia precedente a la consultación popular, dos instituciones de reputada seriedad y prestigio internacional vieron sus predicciones enfrentadas en la interpretación de los datos, dando, en el caso de la célebre Sofres, a la candidata socialista y al candidato centrista, un “virtual cruzamiento de curvas” mientras que, la estricta CSA y BVA, anunciaban una rebipolarización del binomio, izquierda derecha, en provecho de Royal y Sarkozy.
Apenas supo los resultados finales, el primer candidato a la segunda vuelta, Nicolas Sarkozy, se dirigió a la nación en un discurso que se sugiere conciliador, pero con la intensidad inconfundible del mensaje reclutador que comienza ya, a dar las primeras pautas para el segundo round de la contienda electoral. Contienda que se anuncia extremadamente difícil en su fase final, el próximo mes de mayo, y que la tonalidad entre las huestes Sarkosistas girará alrededor de la inseguridad y la protección que propone: “En los 15 días que restan, quiero dirigirme a los que tienen miedo, a los que sufren, yo voy a protegerlos contra la violencia… contra la delincuencia… contra la deslocalización…”
Otro pasaje de su breve declaración, que lo identifica plenamente en el cenit del discurso reaccionario de la derecha del orden y de la moral tradicional, anuncia los objetivos políticos de su misión: “Yo quiero luchar por la identidad nacional, por la moral, por el trabajo, por la moralización del capital financiero, por una Francia Republicana y fraternal…”
En los próximos dias haremos un comentario mas profundo sobre este evento, mientras tanto, si leen el último artículo sobre las elecciones francesas, en Conversaciones en la Capilla Ardiente, verán que no estuvimos lejos en nuestras proyecciones… Buenas noches.
¿Quién me enlaza?