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jueves, 13 de marzo de 2008

DIOS LOS CRIO Y ELLOS SE JUNTAN: LOS CERDOS

(Vira Gasot)

CREO que desvarío sin remedio. Creo que mis convicciones y aun más, mis sentimientos se tiñen de afrecho, ese noble producto que dan a comer a los cerdos y que tanto les apetece. Creo que lo que cambia para bien en el Perú, son los otros. Yo me mantengo entupidamente aferrado a ideas infectadas, que se desagregan de un cerebro terco y sin duda, de purulencias que dan asco y horror.

La certeza de no existir en el mercado ninguna medicina, nada eficaz que cure mi dolencia, esa insoportable enfermedad que me margina, sólo puedo invocar la extirpación compasiva, previa represión aislante a ser practicada por los otros, por los que cambian para bien en el Perú y de preferencia, por Tula Benítez, la mas clara, la más grande exponente del honor, de la moralidad y de la decencia peruana.

Pero, hasta el último segundo de mi existencia, seguiré insistiendo en que el cuchitril de las perfidias increíbles, de los verdaderos cerebros fétidos y desviados, se encuentra en el Parlamento Nacional y particularmente en las células modificadas del Apra, virtuales campeones de la indecencia, de la corrupción escandalosa, del tráfico leguleyo que moviliza los costados y las profundidades oscuras y que invectiva lo esencial, el centro de la moral.