(Vira Gasot)
EL presidente Sarkozy, viene de recibir un memorable cachetadón con la victoria del partido socialista en las elecciones locales de este domingo. Voto sanción a su política o voto sanción a su actitud, ambas cuestiones parecen entremezclarse, porque la ausencia concreta de resultados sobre “sus reformas” han desencantado a los franceses, sobre todo, en materia de aumentación sensible del costo de vida.
Y en cuanto a su actitud, siempre desbordante de episodios privados y de una megalomanía narcisista incorregible, ha logrado sacar de sus casillas a una gran parte de clase política y de la población de ese país, que ve en él, como el liquidador de una tradición republicana en el estilo de gobernar. Sea como fuere, la advertencia es sonora.
A cuatro años de distancia de las elecciones regionales del 2004, el Partido socialista y sus aliados electorales ganaron en las elecciones municipales de ayer, después de la insultante derrota infligida en las elecciones presidenciales y legislativas del 2007. Los socialistas creen desde luego, que se trata de una condena inapelable a la política general del gobierno, basados en la amplitud de su victoria. La derecha maquillará, como es natural, los resultados electorales y machacará como ya lo hace desde ayer, en la TV, sosteniendo tercamente que “estas elecciones específicas tienen significado local y no nacional”
Sus llamados desesperados a la no abstención de los electores, no ha sido escuchada y en cuanto al MODEM, la formación centrista dirigida por François Bayrou, sale de esta elección con el rabo entre las piernas, sobre todo, porque apostaron convertirse en los dirimidores de la alternativa derecha-izquierda y perdieron, desde su presidente en Pau, aún cuando varios de sus alcaldes salientes, hayan conservado sus puestos.
Entre las ciudades importantes detentadas por la derecha después de varias decenas de años y que han sido ganadas por los socialistas, están, Toulouse y Amiens, pero las ciudades que estuvieron históricamente ligadas a la derecha, desde siempre, han dejado de serlo espectacularmente, como, Metz o Caen y la reconquista de lo que la izquierda perdió en el 2001, es también espectacular con la victoria en Strasbourg, Blois, Quimper, Colombes o Evreux.
El avance de la izquierda se manifiesta también en ciudades como París, Lyon, Dijon y Nantes que han sido conservadas por sus edilicios, sin ninguna dificultad y aun cuando el bastión de Marsella hay resistido al empuje de la Izquierda, asi como en Orléans, Aix-en-Provence, Le Havre y otras ciudades medianas como Calais, Agen ou Châtelleraut que han quedado en manos de la derecha, la victoria socialista es considerable y tiene para ellos, el dulce sabor del desagravio.