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martes, 18 de marzo de 2008

SARKOCHADO

(Vira Gasot)

Después
de haber conocido en detalle el resultado de las elecciones municipales en Francia, a donde la izquierda, representada principalmente por el Partido Socialista ha conquistado la gran mayoría de ciudades grandes y medianas del país, llega el momento de la interpretación de estos resultados, que en el decir de los principales diarios, sean estos de derecha o de izquierda, el concordato es unánime : La derrota de la derecha, tiene como único responsable a Nicolas Sarkozy.


Pero, las advertencias claras de la población votante no parecen ser consideradas ni en su magnitud, ni en el timbre de sus exhortaciones que el gobierno desestima peligrosamente, haciendo dar, por medio de sus grandes líderes, declaraciones respuesta a estos resultados, totalmente anodinas y desvinculadas de un honesto reconocimieto de la dimensión y del carácter contestario de la embestida socialista, que sin ninguna duda, tiene un acento de advertencia clara y serena.


« Los descontentos que no quieren reformas estàn más bien a la izquierda, y los descontentos que piensan que no las ponemos en marcha, están a la derecha » Esto dice, como resumen de la respuesta gubernamental, el portavoz Jean-François Cope, una surte de diletantismo ambiguo que se emparenta extrañamente con el perro alanista del hortelano. Un Sarkochado.


Advertencia, titula en efecto un artículo publicado hoy, por « El País » y que petetenece a la pluma de Eric Fottorino, nuevo director del diario « Le Monde » de Francia. Fottorino, con inmensa generosidad analisa los errores de la derecha y perdona en cierto modo a Nicolas Sarkozy, a condición de que este emiende sus erráticas actitudes y se meta a ejercitar su papel de presidente para el que fue elegido.


Según nuestra modesta opinión, el triste resultado de la derecha, obedece a factores concretos derivados del divorcio entre los actos y la palabra del Presidente Sarkozy. El recio y contundente orador, el infatigable paladín del nuevo orden, con sus propuestas monumentales pero sin real sustento financiero, ha practicado desde el comienzo de su gobierno, una temeraria política de protección y preservación de los grandes interes económicos a los que se ha allanado el camino, en el fondo y en la forma.


En el fondo, Francia continua empedrada en una dura caida del poder adquisitivo de su población, que debe asumir, con el mismo monto de sus salarios, aumentaciones faraónicas, asociadas también a una naciente inescrupulosidad expeculativa de los sistemas de distribución masiva. Fottorino habla de Francia como un pais esclerotizado en su economía, sus arcaismos estatales y sociales y su meritocracia en crísis.


Sarkozy, parece no haber comprendido que la crísis que sacude a su país, necesita de acciones puntuales que no favorescan al patronato de la forma tan descarada como él los encara. Tampoco ha comprendido, al parecer, que el uso político de sus avatares personales y privados, ventilados en la plaza pública con ostentaciones inútiles, entrertienen al popularum por un cierto tiempo, pero el desenfado por su propia privacidad, es muy poco francés y no gusta todo el tiempo..