Decíamos, en nuestro último post para Perublogs, a propósito de las elecciones en Francia, que a la lectura de todos los diarios europeos, la batalla por la segunda vuelta debería comenzar con la mirada fija en los casi 7 millones de franceses que, votando Bayrou, votaron por el centrismo en ese pais, complicando seriamente las posibilidades de acceso al Eliseo a los candidatos finalistas de la primera vuelta, Ségolène Royal y Nicolas Sarkozy. Y así fue.
Ambos candidatos, como es natural, continúan a multiplicar sus guiños de ojo interesados en esa dirección. Guiños que, en nuestra modesta manera de ver, tienen el acento de la súplica, del ruego, de la reclamación y del emplazamiento. Guiños que implican la necesaria concesión de presupuestos ideológicos y políticos y que desde luego, ponen en peligro lo ya adquirido. El pueblo francés, suele ser estricto con los vaivenes y los coqueteos coloquiales, que insinúan calar o mordisquear en los principios...
En el caso de la candidata socialista, se han descuidado otros sectores importantes o, en todo caso, se ha descuidado una estrategia de captación electoral más estructurada, en dirección de los abstencionistas, de los decepcionados de izquierda y, sobre todo, en el electorado potencial de Sarkozy, en aquella importante franja de “dubitativos” que aun no saben si Francia merece el Sarko “macho” que los seduce, o el Sarko “facho” que también les da miedo, porque comienzan a conocer al personaje: incontrolable y dominado por su irascibilidad; imprevisible por su prepotencia y su gusto por la advertencia y la amenaza…
En el caso de Sarkozy, la mirada al centro parece más natural, por la probable mayor afinidad ideológica y por los antecedentes políticos, que, en un pasado reciente, vió al candidato centrista como Ministro de Educación en el Gobierno de Derecha de Alain Juppé; entre 1995 y 1997. Sarkozy lo recuerda y lo subraya, agregando además, que los valores de ambas comunidades políticas son “tan cercanos” y que los centristas tienen una posición que los aguarda en la mayoría presiदेncial.
Mientras tanto, las encuestas hablan de una reducción de la distancia favorable a Royal, situándola, algunas de ellas, entre el 48 y el 49 % contra un potencial 51, ó, 52 % de Sarkozy। Esta aumentación, se habría debido a los últimos golpes mediáticos que ambos candidatos protagonizan cotidianamente y que habrían sido nocivos contra el candidato de la Derecha, por una serie reiterada de resbaladas embarazosas.
Así, el anunciado duelo televisivo entre la candidata socialista y el perdedor de la primera vuelta, François Bayrou, fue torpedeado en los canales de gran sintonía nacional, por las notorias influencias que Sarkozy ejerce sobre la TV en general, gracias a sus contactos familiares o de interés con casi todos los grandes patrones de los medios audiovisuales. Ya existen graves antecedentes sobre la particular práctica política del candidato de la Derecha, quien, en el caso de la Revista Paris Macht, por ejemplo, su director se vio destituido de sus funciones por haber publicado y fotografiado las pruebas de la infidelidad de su mujer, en los Estados Unidos.
A la imagen de Benito Musolini y de sus célebres caprichos y desplantes, Nicolas Sarkozy se mimetiza en “camisón negro” a medida que avanza el
dia de de la elección; hace poco, antes de su presentación en una estación de TV, armó un tal berrinche porque no le habían dispuesto una “loge”
(camerino), que las empleadas que se ocupan del maquillaje, salieron corriendo de miedo, desesperadas, en busca de refugio…No hay dia que pase
sin que estas extravagancias marginales, ocupen al candidato y ocupen a la prensa, sobre todo a “Liberation” que, en sus últimas ediciones, da cuenta
pormenorizada de sus exabruptos.
Es, también “Liberation” el periódico que ha contribuido a desbaratar la estrategia de Sarkozy, quien al dia siguiente de la primera vuelta,
intentó presentarse ante el pueblo francés como una víctima odiada e incomprendida de la izquierda. Frente a su discurso en donde abundaban
las afirmaciones, “porque no me comprenden” “Qué les he hecho para odiarme tanto”, el periódico abiertamente Royalista, responde en un vibrante
editorial, bajo el título ¿Cuál odio? Lo siguiente:
“No, Nicolas Sarkozy. Usted no es el mártir de esta campaña, la víctima de una injusta conjetura, el Santo Sebastián de la derecha francesa, amarrado
por lo rojos en el árbol del suplicio. La mayor parte de vuestros adversarios no están animados por el odio, el miedo o el resentimiento. Y, según
toda probabilidad, no habrá un “Frente Anti Sarkozy” que vocifere y haga muecas, lo que a Usted le haría más fácil la tarea. Hay, únicamente un
desacuerdo franco, directo y fundamental con la política que Usted propone. Ni más ni menos. Debe Usted darse cuenta de ello, incluso si Usted no
aprecia la contradicción que así se expresa en las sociedades libres...
El gran perdedor
Vuestro proyecto es liberal. No es un crimen. Es incluso un avance en la opinión de muchas personas: Más que impuesto por la falsa fatalidad de la
mundialización, este proyecto liberal será escogido, si Usted gana en todo conocimiento de causa. Pero si el liberalismo no es un crimen, el liberalismo
tiene consecuencias. Para los liberales, sólo la libre selección de los agentes económicos, sin el freno de una ley mínima, permite llegar al óptimo
colectivo. La mayor parte de medidas previstas por Usted, prudentes o audaces, reposan sobre esta convicción. El enojo es que el dogma no
se verifica jamás en la práctica. El mercado, dejándolo actuar por si sólo, conduce –todo el mundo lo sabe- a la eficacidad, pero conduce también a la
injusticia। Usted desea hacer mucho por la eficacidad. Nada, o casi nada, por la injusticia.
Vuestro proyecto es liberal. No es un crimen. Es incluso un avance en la opinión de muchas personas: Más que impuesto por la falsa fatalidad de la
mundialización, este proyecto liberal será escogido, si Usted gana en todo conocimiento de causa. Pero si el liberalismo no es un crimen, el liberalismo
tiene consecuencias. Para los liberales, sólo la libre selección de los agentes económicos, sin el freno de una ley mínima, permite llegar al óptimo
colectivo. La mayor parte de medidas previstas por Usted, prudentes o audaces, reposan sobre esta convicción. El enojo es que el dogma no
se verifica jamás en la práctica. El mercado, dejándolo actuar por si sólo, conduce –todo el mundo lo sabe- a la eficacidad, pero conduce también a la
injusticia। Usted desea hacer mucho por la eficacidad. Nada, o casi nada, por la injusticia.
Una sóla medida simboliza a todas las otras: La casi supresión de los derechos de suseción। Se comprende que Usted deseé proteger el
derecho a la propiedad, que comprende el derecho a poder testar libremente, pero esta medida entra en contradicción con otra medida que importa
más en nuestra República: La igualdad de oportunidades. Los unos se darán mucho trabajo, como Usted lo desea. Los otros (como decía
Beaumarchais), se darán únicamente el trabajo de nacer…
Por todo esto se ha hecho una revolución. Asegúrese, no habrá una revolución contra Usted. Nadie desea ver vuestra cabeza en el extremo de una
pica. Pero por esta razón y por muchas otras, son numerosos, esté Usted seguro de ello, los que no desean verla, el domingo 6 de mayo, con la
sonrisa del vencedor…”
Para nosotros, el problema no es el 6 de mayo sino el 7. Ese día se sabrá si la Francia de la libertad, de la democracia y de los derechos humanos,
se ha despertado en las profundidades oscuras de la derecha reaccionaria. Esa derecha cuya certitud de su victoria arrogante, ya le hace decir
barbaridades inaceptables, como prometer que será enterrada la herencia de mayo 68, causante según Sarkozy de todos los males del hexágono…
Esperemos que mayo, mes de frondas revolucionarias, desinflen estas ilusiones. Mientras tanto, esperaremos el gran debate fijado para el 3 de mayo.
¿Quién me enlaza?
derecho a la propiedad, que comprende el derecho a poder testar libremente, pero esta medida entra en contradicción con otra medida que importa
más en nuestra República: La igualdad de oportunidades. Los unos se darán mucho trabajo, como Usted lo desea. Los otros (como decía
Beaumarchais), se darán únicamente el trabajo de nacer…
Por todo esto se ha hecho una revolución. Asegúrese, no habrá una revolución contra Usted. Nadie desea ver vuestra cabeza en el extremo de una
pica. Pero por esta razón y por muchas otras, son numerosos, esté Usted seguro de ello, los que no desean verla, el domingo 6 de mayo, con la
sonrisa del vencedor…”
Para nosotros, el problema no es el 6 de mayo sino el 7. Ese día se sabrá si la Francia de la libertad, de la democracia y de los derechos humanos,
se ha despertado en las profundidades oscuras de la derecha reaccionaria. Esa derecha cuya certitud de su victoria arrogante, ya le hace decir
barbaridades inaceptables, como prometer que será enterrada la herencia de mayo 68, causante según Sarkozy de todos los males del hexágono…
Esperemos que mayo, mes de frondas revolucionarias, desinflen estas ilusiones. Mientras tanto, esperaremos el gran debate fijado para el 3 de mayo.
¿Quién me enlaza?
