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jueves, 20 de septiembre de 2007

EN EL DOLOR, HERMANOS. EN EL FRAUDE, SOLIDARIOS

Mientras que los asaltantes suben a los buses para desvalijar a algunos peruanos, el congreso es un bus lleno de asaltantes que nos desvalijan a todos los peruanos, incluidos los asaltantes.

Qué mejor universidad del delito y de la infracción moral que el actual parlamento rapaz, para incentivar el robo, institucionalizar la coima, legalizar la trafa, exaltar el prevaricato, magnificar el hurto, santificar la malversación, beatificar el fraude, venerar la defraudación, reverenciar el latrocinio, honrar la estafa, encomiar el latrocinio, elogiar el chantaje, alabar la maniobra baja, glorificar la muñeca timera, en fin, canonizar la uña y gendarmerizar el índice.

Dedo dirimidor, también mal honesto como el que levantó, inconstitucionalmente Velásquez Quesquén, el aprista de la farándula y el carnaval nocturno, para inclinar del lado de la ramplonería indecente, la balanza procaz de la argolla protectora de la Benítez.

La gravedad de la falta, meritoria de una expulsión que habría honorado al congreso, fue trastocada por una modesta sanción de suspensión de funciones, la cual, gracias a la artimaña compañera, también pretende rebajar sus efectos al contabilizar dicha suspensión por dias calendario y no por dias legislativos, como era costumbre hasta ahora.

La filosofía de la impudicia que siempre ha practicado el Apra, olvida que la justa punición a la Benítez, debía contener elementos de moralidad
y de ejemplaridad; la tímida condena, que incluso ella trafican, reduciendo sus efectos tan escandalosamente, hace revertir sobre ellos la ignominia que nos permite afirmar que el Congreso, se ha convertido en un antro de asaltantes de la dignidad y del honor de todos los peruanos: En el dolor, hermanos. En el fraude solidarios…