“El mundo debe prepararse para lo peor: para la guerra con Irán”
Bernard Koushner Ministro de Relaciones Exteriores de Francia.
17 de septiembre 2007.
La inesperada victoria electoral del petizo Sarkozy, que lo ha posicionado en la primera magistratura francesa, ha inaugurado su gobierno con infinitas muestras y gestos de un incontrolable afán de lujo ostentoso y arrogante, y cuyo financiamiento atribuye a sus ricos amigotes, capitanes mayores de la industria, patrones cebados de inimaginables fortunas en el hexágono francés y en el mundo entero, quienes según el, le pagan graciosamente las facturas de sus grandes y cortas vacaciones doradas en playas y mansiones de ensueño.
En el aspecto internacional, esa inesperada victoria representa, para el Presidente americano, George Bush, un magnifico regalo caído del cielo, regalo abatido en el mero centro de sus depresiones y de sus ambiciones, porque significa también, un inesperado como bendecido sostén a sus veleidades belicosas, que amenazan de prolongación, extendiéndose al país de los ayatolas, Irán.
La imagen de Sarkozy, científicamente entretenida por numerosos orfebres de la imagen y de la palabra, se bifurca también, entre la súper actividad mediática que menea entre París y las capitales europeas y en el incorregible avasallamiento de las funciones de sus ministros, comenzando por el Premier, François Fillon, que apenas opone una cándida resistencia de bella adolescente sonrojada, cuando “Sarko” lo define como un colaborador y no como el Primer Ministro de Francia.
¿A dónde se ha extraviado esa tradición de pesos pesados, de la talla de Raymond Bar o Jospin, para no citar a todos los demás primeros ministros, que de una u otra forma pujaron la historia de Francia?
¿Dónde está Dominique de Villepin, con su encendida toma de posición contra la guerra en Irak y contra la demoledora lógica de guerra total de los neo cons americanos, que han provocado el más grande descalabro mortífero de la historia reciente de la humanidad, con sus 700 mil víctimas?
La irrupción de Sarkozy sobre el escenario internacional, aporta en sus maletas de campaña electoral, la eventualidad de la guerra. Para ello ha nombrado, paradójicamente, a un socialista tránsfuga que era amante de la paz y que ha vendido su camiseta para obtener transfusiones de figuración y pavoneo enfermizo, aceptando conducir el ministerio de Relaciones Exteriores y su anunciada política de apoyo incondicional a la Casa Blanca, me refiero, al otrora dignísimo “Doctor French”, Bernard Koushner.
Sarkozy, acaba de hablar por su boca dejando planear claramente la inevitabilidad de la guerra con Irán y nos aconseja tomar todas las precauciones necesarias, aconsejando también a los estados miembros de Europa, a tomar sanciones unilaterales contra Irán, fuera del cuadro de la ONU si el Consejo de Seguridad no se pone de acuerdo sobre medidas suplementarias. El ministro de relaciones exteriores de Holanda, Maxime Vehagen, ha sido el primero en anunciar su participación en la nueva coalición europea que se prepara, mientras que la Alemania de Angela Merkel hace saber lo mismo, lo que, juntos con Inglaterra, constituirán el eje promocional europeo pro guerra contra Irán.
Para complementar la fragancia a pólvora, o más precisamente, los perfiles espantosos del hongo nuclear, Sean McCornack, portavoz del Ministerio de Asuntos Extranjeros americano, ha declarado;” Francia tiene ahora, los mismos objetivos que nosotros, impedir que el régimen iraniano se dote de el arma nuclear”
Mientras que, del lado de los que buscan soluciones pacíficas, como el Director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), Mohamed Elbaeri, ha recusado la perspectiva de un eventual recurso a la fuerza contra Irán sobre su programa nuclear, con una sensata declaración que debe “hacernos recordar que el uso de la fuerza, no puede considerarse sino, cuando las otras posibilidades son agotadas, veamos lo que pasó con Irak y sus armas de destrucción masiva”, ha declarado en Viena, ante los 144 paises miembros de la AIEA.
Las 6 grandes potencias implicadas en el dossier, deben estudiar el 21 de septiembre un proyecto de resolución de la ONU, previendo nuevas sanciones contra Irán, Pero ya están anunciadas las cartas y aparentemente, los motores de los aviones escogidos para dar consistencia a la provocación, se han puesto en marcha, veremos qué dice la Rusia de Putin, el próximo 9 de Octubre cuando en Moscú, Sarkozy le comunique los designios belicistas del Pentágono y de la Casa Blanca.
