M. CHÁVEZ Y LA COFRADÍA DE LOS INSECTOS

(Vira Gasot)


M. Hildebrandt y ahora M. Chávez, junto con otras memorables emes, como Aldo M. que conforman la cofradía de los insectos venenosos y de las viudas negras en el Perú, se han refregado las vestiduras hasta dejar el abdomen calato de Latrudectos mactans, para mostrar su saña ancestral y la ferocidad de su comportamiento, que científicamente se equipara al comportamiento de las bestias salvajes, las más sanguinarias.

Marta Chávez, la viuda negra más abominable y peligrosa de la cofradía, ha venido de repletar, silenciosamente, sus glándulas ponzoñosas y tóxicas con sus hectolitros de veneno gratuito color naranja, para esparcirlo draconianamente en el perímetro donde se levanta el monumento, El ojo que llora. Antes, símbolo de paz y reconciliación, ahora, símbolo también de la chatura encefálica y de la barbarie descomunal y primitiva que medra en nuestro pais.

Entre paréntesis, ruego a Lika Mutal, desistir la petición de reconstrucción de lo que ha sido bárbaramente atacado y mas bien, agregar, los pronunciamientos venenosos que se erigen en condenatorios, asimétricamente feroces e inhumanos, y simétricamente oscurantistas y reaccionarios; dando un lugar preferencial al pronunciamiento de la viuda negra, M. Chávez y gravando sus viles propósitos en caracteres que no tendrá en su epitafio salvo una gran M, en color naranja.

Mostrar asi como está, en el estado en que han dejado a ese bello monumento, los vándalos del resucitado grupo Colina, es dejar comprender en qué estado suelen dejar los detractores de la concordia en el Perú, la ignorancia fanática y extremista, los símbolos de los más altos valores de la creación, del espíritu y de la cultura.

El ojo del mundo comprenderá mejor, también, porqué somos un pais de conciencias subdesarrolladas y porqué, nos empecinamos en parapetarnos entre los márgenes exiguos del tercer mundo, con actos estúpidos como estos.

Lika, vergeef haar domheid maar niet, de onverdraagzaamheid...