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martes, 26 de junio de 2007

CHÁVEZ SI, CHÁVEZ NO: LA CIA INFILTRO EL PLANTÓN

(Vira Gasot)


El enorme carga montón mediático que no logra temperar ni disminuir la velocidad de crucero, que ha emprendido Venezuela en su voluntad de transformarse y tomar plaza, un poco más cerca de lo que es humano y decente en la construcción de una sociedad justa, accede, poco a poco, a consolidar ese parapeto indistinto con el que sueña la CIA: organizar en el continente, una muralla sanitaria y ramplona, cuyos adoquines variopintos que se pueden reclamar del liberalismo “honesto”, exclusivos o excluyentes, inodoros o asépticos, sociológicos o teológicos, Demócratas y demócratas, es decir, toda la plélaye de gentes cuyos desacuerdos con el Presidente Chávez tengan bemoles, vayan, objetiva e inevitablemente a cimentarse con los que no lo tienen.

Son pocos los leales opositores que avalan esta certitud; su combate, tiene en cuenta esta abominable estrategia y son respetables.

En estos días, han aparecido las declaraciones del actual director de la Agencia Central de Inteligencia, que confirma lo que todos sabemos desde siempre, y lo que fue, en su momento, negado por célebres politicastros, como Haya de la Torre cuando sostenía que “todos los partidos de izquierda son divisibles por dos” y “es natural que vean a la CIA hasta en la sopa…”

Hoy, la CIA publica con absoluta decontracción, un enorme documento desclasificado “TOP SECRETO”, permitiéndose empaquetarlo en un dudoso celofán de humor negro al que denomina “Joyas de la Casa” y en el cual, confirma su responsabilidad en el asesinato de múltiples líderes de izquierda, sobresaliendo la declaración de Kissinger, que acusa a Robert Kennedy de haber sido, personalmente, el organizador de uno de los tantos atentados perpetrados contra el líder de la Revolución Cuba, Fidel Castro. Las joyas deslumbrantes que “salen a la luz”, sospechosamente colocadas en las marquesinas de la divulgación mediática, no mostrarán jamás el indestructible hilo que las une, hilo conductor que la humanidad entera le gustaría ver y descubrir, en lo que tiene de hediondo y criminal.

No sólo fueron los políticos encaramados en las más altas esferas de la función pública en el Perú y en América Latina, los que compitieron en mejor señalar y ridiculizar la “fiebrosa imaginación de los rojos”, negando a raja tabla todo rastro o toda cimiente local de la CIA, fueron también los periodistas, algunos periodistas, de aquellos que como hoy, se agazapan incontenibles, en los márgenes extensos de sus editoriales diatríbales y cuyo parangón con los de antaño, supera a veces a los Chrinos Soto y a los Salazar Larraín, adalides de lo malo lo feo y lo horrible que según ellos comportaba en aquellos años, toda alternativa de izquierda. Amen de los Organismos internacionales, porque hasta resulta tedioso enumerar sus histrionismos, visiblemente telé comandados por la CIA.

La CIA desclasifica también una cierta infomación sobre sus métodos en infiltración, propaganda y manipulación de organizaciones, métodos harto conocidos, los mismos que todavía se aplican y funcionan eficazmente en paises como los nuestros. Una muestra, el reciente plantón frente a la Embajada de Venezuela, en donde se distribuyeron volantes de típica factura delictiva, consistentes en imitar y radicalizar al extremo, una fraseología determinada, con el cantado objetivo de atraer la repulsión, la cólera y la condena; estos, son actos inconfundibles de inteligencia, actos de una innegable práctica de penetración frente a la cual, ciertos aprendices de brujos políticos, de encantadora inocencia y de piadosa presunción, sacan a relucir como pruebas de lo que justamente prueba lo contrario.